Impulsados por la necesidad
En la nota de tapa de esta edición de Pymes, casi una veintena de emprendedores cuentan cómo fue su primer mes durante la cuarentena, en su mayor parte con gastos pagados de su propio bolsillo y sin perspectivas de mejora hacia adelante. Son empresas franquiciadas, un sistema que en la Argentina ocupa a 30.000 locales y que había funcionado como un verdadero paraguas anticrisis en los últimos años. Ahora cambió todo.
Algunos de ellos, pocos en verdad, se esperanzan con un rebote de la actividad económica una vez que el shock de la pandemia haya quedado atrás. Por el momento, todos están buscando hacer un control de daños. “Si tengo un quebranto del 100% y con el delivery vendo el 20%, entonces el quebranto es de 80%”, dice Diego Gutiérrez, franquiciado de Chungo. ¿Sirve de algo? Sólo el tiempo lo dirá: ¿Cuánto le sumará a Gutiérrez y otros miles de emprendedoras y emprendedores como él haber sostenido como pudo, en estas primeras y críticas semanas de la cuarentena su negocio?
Para el dueño de una pyme la respuesta a esta pregunta es sencilla: es lo único que puede hacer. Las pymes no son multinacionales que deciden donde les conviene radicar sus inversiones. Aun aquellas que exportan, dependen fuertemente del mercado interno. Sus dueñas y dueños van a tratar de mantenerse en pie con otra clase de vigor, el que nace de la necesidad.
El Dossier cuenta los casos de diez jubilados que encararon sus emprendimientos luego de su retiro. Algunos ahora también tienen su actividad jaqueda por la cuarentena. Pero transmiten, historia tras hisoria, esa clase de actitud que tanta falta hará a todos los emprendedores para hacer frente al día después de la pandemia.
Nos vemos en junio.