Matwork
Viviana Kello se dedicaba a dar clases de inglés en empresas, una labor que no sólo le permitió conocer mucha gente y adquirir experiencia acerca de ambientes corporativos, sino también identificar las necesidades que presentaban las organizaciones. La crisis de 2002, cuenta, le abrió los ojos cuando vio el nivel de estrés y tensión al que pueden tener los empleados de las empresas..
“Un día buscaba material para las clases relacionado con el ‘burnout’ y como combatirlo y empecé a encontrar información sobre programas de empresas multinacionales destinados a mejorar la calidad de vida laboral. Me atrapó el concepto ‘incentivar la salud y una mejor vida en el trabajo’”, dice Kello, quien, agrega, pasó algunos años investigando sobre el tema: contactó a personas del exteempresas. rior para conocer en qué consistían los servicios que brindaban, qué herramientas utilizaban y cómo eran recibidas por el personal. La experiencia de un viaje de trabajo de su esposo durante algunos meses a Brasil la terminó de convencer. Y un día del año 2006 nació Matwork.
“Al principio sólo ofrecía masajes. Invertí 2000 dólares en cuatro sillas, folletería, uniformes, insumos, desarrollo de página web, etc. Por un tiempo fui yo sola, luego se incorporó mi marido”.
Kello cuenta que la primera empresa cliente apareció antes del mes. “Qué fácil que viene todo, me dije, y después conseguir el segundo cliente me llevó un año y medio. Pero para entonces ya habíamos incorporado otros servicios, como stretching, yoga, nutrición y charlas”. A partir de ahí inició un acercamiento con los departamentos de RRHH de las “Los gerentes se entusiasmaban con la idea, pero luego quedaba en la nada. Como era algo nuevo, temían implementar proyecto que luego fracasaran. Fueron tiempos de mucha dedicación, muchos contactos, entrevistas y también de muchas frustraciones. Me sostenía la idea de difundir la importancia de incentivar la salud dentro de las empresas. Y no me equivoqué”.
Desde su origen hasta el año pasado, desde Matwork se brindó servicios en más 110 empresas, con una cartera actual de 24 empresas.
“La crisis del coronavirus nos obligó a suspender los servicios, pero nos propusimos seguir activos, y así lanzamos el programa “Es momento de quedarse en casa”, con el que ofrecemos clases online o vídeos para acompañar y ayudar a a pasar la cuarentena”; señala Kello.
“En 2006 Invertí U$S 2000, en cuatro sillas para masajes, folletería, uniformes y desarrollo de página web”.