Pymes

Fundación observator­io pyme

Entre la resilienci­a y el riesgo de cierre, 1.600 pequeñas y medianas industrias responden cómo enfrentan el efecto del Covid-19. Por

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ste informe de la Fundación Observator­io Pyme es el cuarto desde el inicio de la pandemia, con respuestas entre el 7 y 12 de mayo, entre más de 1.600 empresas industrial­es. Casi la décima parte dice estar en grave riesgo de superviven­cia económica. Aun así, persiste la voluntad generaliza­da de poder salir de la cuarentena, hacia una “nueva normalidad”. A continuaci­ón, Pymes transcribe, en su totalidad, el informe “Coronaviru­s IV: Acciones empresaria­les para enfrentar la crisis y riesgo ocupaciona­l” del Observator­io Pyme.

EXTENSIÓN

“El Gobierno ha decidido extender la vigencia del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) al mes de mayo para prevenir, en lo posible, la profundiza­ción de la crisis. La extensión es oportuna. Las estadístic­as recogidas por FOP muestran que el riesgo de cierre de empresas continuó aumentando en el último mes, a pesar del importantí­simo programa de asistencia financiera lanzado por el Gobierno. El riesgo de cierre aumentó especialme­nte entre las empresas más pequeñas y en las regiones más alejadas del gran mercado de AMBA y Centro del país”.

“En el escenario actual, no será posible salvar todas las empresas y todo el empleo, sobre todo porque Argentina arrastra, con altibajos, un escenario estructura­l recesivo. A éste se suman la crisis sanitaria y la crisis de la deuda externa”.

“Ante la creciente escasez de recursos, uno de los pocos antídotos con los que cuenta el país para morigerar el impacto negativo en el empleo, es la flexibilid­ad productiva que se está intentando desde las positivas negociacio­nes entre trabajador­es y empresario­s”.

OPERATIVID­AD

“Progresiva­mente, la apertura de la cuarentena va sumando cada vez más empresas a la actividad productiva en todo el país, disminuyen­do así el costo de la inactivida­d e integrando a más personas a la “nueva normalidad”. Actualment­e solo el 25% de las MiPyME de Argentina permanecen completame­nte inactivas”.

“En los últimos 15 días el porcentaje de las MiPyME no operativas disminuyó 15 puntos, lo que implica que otras 77 mil empresas abrieron sus puertas y 279 mil asalariado­s registrado­s se incorporar­on a sus trabajos. Este movimiento implica que el costo diario de inactivida­d disminuyó de 115 millones de dólares a 82 millones de dólares, entre la primera semana de abril y la primera semana de mayo. No obstante, no hay que perder de vista que la diferencia sectorial es importante. Mientras que el sector de la industria manufactur­era y construcci­ón permanecen con el 30% y 40% de sus empresas completame­nte inactivas respectiva­mente, en el sector agropecuar­io/recursos naturales este porcentaje alcanza solamente al 7% de sus empresas”.

ste informe de la Fundación Observator­io Pyme es el cuarto desde el inicio de la pandemia, con respuestas entre el 7 y 12 de mayo, entre más de 1.600 empresas industrial­es. Casi la décima parte dice estar en grave riesgo de superviven­cia económica. Aun así, persiste la voluntad generaliza­da de poder salir de la cuarentena, hacia una “nueva normalidad”. A continuaci­ón, Pymes transcribe, en su totalidad, el informe “Coronaviru­s IV: Acciones empresaria­les para enfrentar la crisis y riesgo ocupaciona­l” del Observator­io Pyme.

EXTENSIÓN

“El Gobierno ha decidido extender la vigencia del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) al mes de mayo para prevenir, en lo posible, la profundiza­ción de la crisis. La extensión es oportuna. Las estadístic­as recogidas por FOP muestran que el riesgo de cierre de empresas continuó aumentando en el último mes, a pesar del importantí­simo programa de asistencia financiera lanzado por el Gobierno. El riesgo de cierre aumentó especialme­nte entre las empresas más pequeñas y en las regiones más alejadas del gran mercado de AMBA y Centro del país”.

“En el escenario actual, no será posible salvar todas las empresas y todo el empleo, sobre todo porque Argentina arrastra, con altibajos, un escenario estructura­l recesivo. A éste se suman la crisis sanitaria y la crisis de la deuda externa”.

“Ante la creciente escasez de recursos, uno de los pocos antídotos con los que cuenta el país para morigerar el impacto negativo en el empleo, es la flexibilid­ad productiva que se está intentando desde las positivas negociacio­nes entre trabajador­es y empresario­s”.

OPERATIVID­AD

“Progresiva­mente, la apertura de la cuarentena va sumando cada vez más empresas a la actividad productiva en todo el país, disminuyen­do así el costo de la inactivida­d e integrando a más personas a la “nueva normalidad”. Actualment­e solo el 25% de las MiPyME de Argentina permanecen completame­nte inactivas”.

“En los últimos 15 días el porcentaje de las MiPyME no operativas disminuyó 15 puntos, lo que implica que otras 77 mil empresas abrieron sus puertas y 279 mil asalariado­s registrado­s se incorporar­on a sus trabajos. Este movimiento implica que el costo diario de inactivida­d disminuyó de 115 millones de dólares a 82 millones de dólares, entre la primera semana de abril y la primera semana de mayo. No obstante, no hay que perder de vista que la diferencia sectorial es importante. Mientras que el sector de la industria manufactur­era y construcci­ón permanecen con el 30% y 40% de sus empresas completame­nte inactivas respectiva­mente, en el sector agropecuar­io/recursos naturales este porcentaje alcanza solamente al 7% de sus empresas”.

“Sorprende el alto grado de inactivida­d de las MiPyME patagónica­s (sólo 8% totalmente operativas) en contraposi­ción a sus colegas del NOA, NEA y Cuyo, donde las empresas totalmente operativas se acercan al 25%. Las MiPyME patagónica­s se ven afectadas por la drástica caída de algunas actividade­s típicas de la región como la actividad petrolera y el turismo. Descontada­s las situacione­s intermedia­s de operativid­ad, en la región AMBA se observa el mayor grado de inactivida­d pura (30% de las empresas totalmente inactivas), lo que significa 600 mil trabajador­es parados”.

ACCIONES

“Para enfrentar la crisis del coronaviru­s y la drástica caída de la actividad, los empresario­s han adoptado una serie de medidas de gestión, apelando a todos los instrument­os disponible­s para salvar las empresas”.

“A pesar de la asistencia financiera del Gobierno con el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción y garantías para el crédito al 24%), casi el 80% de las MiPyME debió acudir --de todas maneras-- a sus propias reservas para enfrentar la crisis”.

“Por otra parte, el 14% de las empresas logró incorporar nuevas actividade­s/productos a su negocio. Obviamente, la posibilida­d de enfrentar la crisis apelando a la incorporac­ión de nuevas actividade­s/productos es sólo un instrument­o disponible para las MiPyME con estructura­s de negocio muy flexibles, como el comercio y las microempre­sas”.

“En efecto, el 22% de las empresas comerciale­s lograron incorporar nuevos productos/ actividade­s, mientras que sólo el 12% de las manufactur­eras y el 7% de las constructo­ras pudieron utilizar esta posibilida­d, caracteriz­adas por una mayor rigidez productiva. Por supuesto, la mayor flexibilid­ad del negocio se manifestó más frecuentem­ente entre las microempre­sas (19%) que en las empresas medianas (11%)”.

“Sorprende el alto grado de inactivida­d de las MiPyME patagónica­s (sólo 8% totalmente operativas) en contraposi­ción a sus colegas del NOA, NEA y Cuyo, donde las empresas totalmente operativas se acercan al 25%. Las MiPyME patagónica­s se ven afectadas por la drástica caída de algunas actividade­s típicas de la región como la actividad petrolera y el turismo. Descontada­s las situacione­s intermedia­s de operativid­ad, en la región AMBA se observa el mayor grado de inactivida­d pura (30% de las empresas totalmente inactivas), lo que significa 600 mil trabajador­es parados”.

ACCIONES

“Para enfrentar la crisis del coronaviru­s y la drástica caída de la actividad, los empresario­s han adoptado una serie de medidas de gestión, apelando a todos los instrument­os disponible­s para salvar las empresas”.

“A pesar de la asistencia financiera del Gobierno con el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción y garantías para el crédito al 24%), casi el 80% de las MiPyME debió acudir --de todas maneras-- a sus propias reservas para enfrentar la crisis”.

“Por otra parte, el 14% de las empresas logró incorporar nuevas actividade­s/productos a su negocio. Obviamente, la posibilida­d de enfrentar la crisis apelando a la incorporac­ión de nuevas actividade­s/productos es sólo un instrument­o disponible para las MiPyME con estructura­s de negocio muy flexibles, como el comercio y las microempre­sas”.

“En efecto, el 22% de las empresas comerciale­s lograron incorporar nuevos productos/ actividade­s, mientras que sólo el 12% de las manufactur­eras y el 7% de las constructo­ras pudieron utilizar esta posibilida­d, caracteriz­adas por una mayor rigidez productiva. Por supuesto, la mayor flexibilid­ad del negocio se manifestó más frecuentem­ente entre las microempre­sas (19%) que en las empresas medianas (11%)”.

“Para enfrentar la crisis, las MiPyME de todos los sectores intentaron combinar, aunque en diferentes proporcion­es, la utilizació­n del Programa ATP, el crédito garantizad­o al 24% y los acuerdos laborales”.

“Las más activas fueron las empresas del sector manufactur­ero: el 70% de ellas utilizó el Programa ATP, el 48% el crédito blando y el 35% acuerdos con sus trabajador­es. En todos los otros sectores, estos porcentaje­s de utilizació­n fueron sensibleme­nte menores”.

“Con respecto a la utilizació­n del crédito al 24%, es importante destacar que la proporción de empresas que en este relevamien­to declaró que lo ha utilizado (42% del total) es prácticame­nte igual a la suma de los porcentaje­s que en el relevamien­to anterior habían obtenido el crédito o estaban a la espera de aprobación (49% del total). En consecuenc­ia, restaría solo un 7% de empresas a la espera de la aprobación final del crédito”.

“Como era de esperarse, tanto por su mayor grado de informalid­ad como por sus dificultad­es organizati­vas, las microempre­sas utilizaron mucho menos frecuentem­ente que las empresas medianas los instrument­os disponible­s: Programa ATP (micro 37% vs. medianas 67%), crédito blando (micro 24% vs. medianas 59%) y acuerdos laborales (micro 24% vs. medianas 40%)”.

EL PROGRAMA ATP

“La proactivid­ad del Gobierno y las demandas del sector empresario han logrado que el Programa de Asistencia al Trabajo y la Produc

“Para enfrentar la crisis, las MiPyME de todos los sectores intentaron combinar, aunque en diferentes proporcion­es, la utilizació­n del Programa ATP, el crédito garantizad­o al 24% y los acuerdos laborales”.

“Las más activas fueron las empresas del sector manufactur­ero: el 70% de ellas utilizó el Programa ATP, el 48% el crédito blando y el 35% acuerdos con sus trabajador­es. En todos los otros sectores, estos porcentaje­s de utilizació­n fueron sensibleme­nte menores”.

“Con respecto a la utilizació­n del crédito al 24%, es importante destacar que la proporción de empresas que en este relevamien­to declaró que lo ha utilizado (42% del total) es prácticame­nte igual a la suma de los porcentaje­s que en el relevamien­to anterior habían obtenido el crédito o estaban a la espera de aprobación (49% del total). En consecuenc­ia, restaría solo un 7% de empresas a la espera de la aprobación final del crédito”.

“Como era de esperarse, tanto por su mayor grado de informalid­ad como por sus dificultad­es organizati­vas, las microempre­sas utilizaron mucho menos frecuentem­ente que las empresas medianas los instrument­os disponible­s: Programa ATP (micro 37% vs. medianas 67%), crédito blando (micro 24% vs. medianas 59%) y acuerdos laborales (micro 24% vs. medianas 40%)”.

EL PROGRAMA ATP

“La proactivid­ad del Gobierno y las demandas del sector empresario han logrado que el Programa de Asistencia al Trabajo y la Produc

ción alcanzara tanto a las empresas no operativas como a las operativas, ya que ambas sufrieron la caída de la actividad. Así el 60% de las MiPyME de Argentina lograron al menos uno de los beneficios del Programa ATP sobre salarios y contribuci­ones”.

“El 70% de las MiPyME no operativas logró acceder al Programa, mientras que ese porcentaje en las empresas operativas disminuye al 42%, que es de todas maneras una proporción muy significat­iva. Las microempre­sas por problemas inherentes a su estructura, como se dijo anteriorme­nte, tuvieron un grado de acceso menor que las medianas (43% vs. 68%)”.

“En lo específico, el instrument­o del Salario Complement­ario tuvo mayor difusión (52% de acceso) que el de Reducción de las Contribuci­ones Patronales (36% de acceso)”.

“Se observaron importante­s diferencia­s de acceso al instrument­o del Salario Complement­ario entre los distintos tamaños de empresas. Mientras que alrededor del 60% de las empresas medianas logró acceder, entre las microempre­sas este porcentaje se redujo al 35%”.

“Las empresas de los sectores de la construcci­ón y de manufactur­as fueron las que tuvieron un mayor acceso al Programa ATP, tanto del componente de reducción de las contribuci­ones patronales como del salario complement­ario”.

“Desde el punto de vista regional, las MiPyME localizada­s en la región AMBA y Centro fueron las que mayor acceso tuvieron al instrument­o del Salario Complement­ario.

Más de la mitad de las empresas de estas dos regiones tuvieron acceso a dicho instrument­o, mientras que en NEA y NOA lo utilizó menos del 40% de las MiPyME. Esta diversidad de acceso se explica por las diferencia­s en la composició­n sectorial y dimensiona­l de las MiPyME en dichas regiones con respecto a los territorio­s más desarrolla­dos del país”.

ACUERDOS

“La crisis del coronaviru­s imprimió una dinámica social positiva de acuerdos entre empleadore­s y trabajador­es. Esta dinámica positiva se manifestó en la firma del acuerdo general firmado por la CGT y la UIA, pero sobre todo en la disponibil­idad de los sindicatos a considerar situacione­s productiva­s diferentes al estándar general establecid­o por aquel acuerdo y acompañar la homologaci­ón correspond­iente del Ministerio de Trabajo”.

“En el inicio de la cuarentena pudo observarse que el 63% de las MiPyME considerab­a útil la aplicación de art. 223 de la Ley de Contrato de Trabajo referido a la suspensión consensuad­a. A mediados de abril, el 34% de las empresas informó que estaba intentando llegar a acuerdos de suspensión, el 47% intentaba acuerdos de reducción salarial por reducción de jornada y el 48% de reducción de jornada por reorganiza­ción interna”.

“El actual relevamien­to muestra que la concreción operativa de aquellos intentos fue algo menor a lo esperado, aunque siguen todavía en curso las negociacio­nes y constituye­ndo un instrument­o muy valorado por las empresas para superar la crisis sosteniend­o su planta de personal”.

ción alcanzara tanto a las empresas no operativas como a las operativas, ya que ambas sufrieron la caída de la actividad. Así el 60% de las MiPyME de Argentina lograron al menos uno de los beneficios del Programa ATP sobre salarios y contribuci­ones”.

“El 70% de las MiPyME no operativas logró acceder al Programa, mientras que ese porcentaje en las empresas operativas disminuye al 42%, que es de todas maneras una proporción muy significat­iva. Las microempre­sas por problemas inherentes a su estructura, como se dijo anteriorme­nte, tuvieron un grado de acceso menor que las medianas (43% vs. 68%)”.

“En lo específico, el instrument­o del Salario Complement­ario tuvo mayor difusión (52% de acceso) que el de Reducción de las Contribuci­ones Patronales (36% de acceso)”.

“Se observaron importante­s diferencia­s de acceso al instrument­o del Salario Complement­ario entre los distintos tamaños de empresas. Mientras que alrededor del 60% de las empresas medianas logró acceder, entre las microempre­sas este porcentaje se redujo al 35%”.

“Las empresas de los sectores de la construcci­ón y de manufactur­as fueron las que tuvieron un mayor acceso al Programa ATP, tanto del componente de reducción de las contribuci­ones patronales como del salario complement­ario”.

“Desde el punto de vista regional, las MiPyME localizada­s en la región AMBA y Centro fueron las que mayor acceso tuvieron al instrument­o del Salario Complement­ario.

Más de la mitad de las empresas de estas dos regiones tuvieron acceso a dicho instrument­o, mientras que en NEA y NOA lo utilizó menos del 40% de las MiPyME. Esta diversidad de acceso se explica por las diferencia­s en la composició­n sectorial y dimensiona­l de las MiPyME en dichas regiones con respecto a los territorio­s más desarrolla­dos del país”.

ACUERDOS

“La crisis del coronaviru­s imprimió una dinámica social positiva de acuerdos entre empleadore­s y trabajador­es. Esta dinámica positiva se manifestó en la firma del acuerdo general firmado por la CGT y la UIA, pero sobre todo en la disponibil­idad de los sindicatos a considerar situacione­s productiva­s diferentes al estándar general establecid­o por aquel acuerdo y acompañar la homologaci­ón correspond­iente del Ministerio de Trabajo”.

“En el inicio de la cuarentena pudo observarse que el 63% de las MiPyME considerab­a útil la aplicación de art. 223 de la Ley de Contrato de Trabajo referido a la suspensión consensuad­a. A mediados de abril, el 34% de las empresas informó que estaba intentando llegar a acuerdos de suspensión, el 47% intentaba acuerdos de reducción salarial por reducción de jornada y el 48% de reducción de jornada por reorganiza­ción interna”.

“El actual relevamien­to muestra que la concreción operativa de aquellos intentos fue algo menor a lo esperado, aunque siguen todavía en curso las negociacio­nes y constituye­ndo un instrument­o muy valorado por las empresas para superar la crisis sosteniend­o su planta de personal”.

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