Los parques industriales
“Todos coincidimos, en una primera etapa, en la importancia de preservar la salud de las personas, pero ahora, en una segunda etapa, necesitamos empezar a pensar en la salud de las empresas y de la economía”, dijo Juan Fernández, miembro del Comité Ejecutivo de UIPBA y Licenciado en Seguridad e Higiene, durante una conferencia vía Zoom convocada por la asociación civil Red Parques.
Fernández destacó la importancia del armado de un protocolo sanitario y el rol de los parques industriales como marco contendor a nivel de comunidad, para que más actividades productivas sean autorizadas a operar.
Marcelo Taboada, responsable de Medio Ambiente de los Polos Industrial Ezeiza y Spegazzini remarcó el concepto de complementariedad entre los parques industriales y las empresas: “La responsabilidad primaria y final del protocolo es la empresa y como tal no puede deslindarse de esa responsabilidad. No porque el parque tome la temperatura de una persona en el acceso o realice una limpieza de los vehículos que ingresan lo hace responsable de lo que pueda suceder en una empresa. Las empresas deben también tener sus propios protocolos “, remarcó.
Jorge Alonso, secretario de la asociación, agregó que los agrupamientos industriales ofrecen a los municipios una red de contención adicional frente a la pandemia. “Hoy es sabido que las industrias no son focos de contacto y en un parque industrial las empresas exceptuadas que están trabajando normalmente no han registrado ninguno foco de contagio, lo cual refleja la importancia de los parques industriales”.
En el Polo Industrial Ezeiza y Spegazzini, contó Taboada, diseñaron un protocolo para que pueda servir de ejemplo a las empresas que allí funcionan.
“Contempla desde la toma de temperatura de los ingresantes hasta cómo utilizar los artículos de limpieza para que sean más eficientes sin dañar la salud de la gente, ya que algunos productos combinados generan cloroformo, con lo cual también hicimos un poco de docencia”, explicó.
Fernández enumeró algunas buenas prácticas y consejos para la implementación de los protocolos:
A los protocolos hay que verlos en capas, la de la empresa, la del parque industrial, la de la jurisdicción y la del rubro. Por lo tanto es muy importante tener en cuenta el acceso y egreso a las instalaciones, pero también las actividades laborales y las de transporte; esas son las tres figuras que están requiriendo las autoridades; uno sanitario y de salud, otro de funcionamiento y operaciones y un protocolo de transporte.
En cuanto al trabajo hay que concentrarse en cumplir con el distanciamiento de un metro y medio entre las personas. Las barreras físicas como el uso de barbijos, guantes o máscaras faciales son siempre buenas, pero en el contexto del Covid 19 el riesgo se acota con el distanciamiento y buenas prácticas de higiene. Es necesario repensar esa forma de trabajar para evitar que las distancias se acorten.
Evitar el tránsito innecesario.
El armado de un protocolo implica planificarlo, escribirlo y controlarlo para mejorar o generalizar las medidas. Este documento es el que se entregará a las autoridades en caso de contingencia, es la herramienta que contará qué se está haciendo para operar de manera segura.
Toda medida que se implemente debe quedar documentada y debe ser distribuida a todo el personal.
Debe haber un sistema de auditoria interna para ver que el personal esté cumpliendo las medidas.
Los protocolos deben estar redactados de manera sencilla, deben ser auditables y posibles de cumplir.
Es necesario abrir equipos para liderar, capacitar, registrar, auditar y para la búsqueda de una mejora continua. Eduardo Rica, gerente de Polo industrial Ezeiza, remarcó la importancia de planificar también cómo actuar ante la llegada, según él inevitable, de los contagios. “Si tenemos instrumentada la forma de reaccionar, va a dar tranquilidad a nuestra gente y a las autoridades.”, argumentó.
Roberto Racca, titular de la firma DIRA que produce aguas y sodas de mesa, no le está yendo tan mal. Considerado como un rubro esencial su planta, ubicada en Morteros (Córdoba), nunca dejó de funcionar.
En la empresa trabaja un ingeniero de Seguridad e Higiene que activó un protocolo sanitario especial por la pandemia. Según Racca, desde siempre los operarios utilizan guantes, cofias y barbijos para trabajar, pero ahora extremaron la seguridad con dos controles diarios de temperatura a cada una de las 9 personas que trabajan en la empresa. Además, a modo de declaración jurada, cada uno contesta y firma un cuestionario para detectar posibles síntomas. Estas medidas valen tanto para el personal como para el dueño y su hija, que también asisten a la empresa a diario.
Las aguas y sodas DIRA se distribuyen puerta a puerta en un radio de 120 kilómetros alrededor de Morteros. “Al pertenecer mis principales clientes al rubro alimentos, todos han podido trabajar, por lo tanto, para nosotros la actividad se mantuvo, estamos en el orden de los 300.000 litros y a pesar de la pandemia la gente siguió comprando”, cuenta.
Racca pudo también cumplir con los sueldos de sus empleados y sus obligaciones impositivas mensuales. “Lo único que se ha modificado es que en la venta en cuenta corriente la morosidad creció 25% respecto a diciembre. Eso es lo más notable. Por eso, también decidimos ser precavidos porque prevemos una caída en las ventas. Dependemos del mercado y, si la economía se contrae, también nos afectará”, remarca. De todas formas por ahora no abre el paraguas, solo está atento a las noticias, para actuar rápido. “El problema no lo tenemos en Morteros, el problema está en Buenos Aires y Gran Buenos Aires”, opina.
Roberto Racca, titular de la firma DIRA que produce aguas y sodas de mesa, no le está yendo tan mal. Considerado como un rubro esencial su planta, ubicada en Morteros (Córdoba), nunca dejó de funcionar.
En la empresa trabaja un ingeniero de Seguridad e Higiene que activó un protocolo sanitario especial por la pandemia. Según Racca, desde siempre los operarios utilizan guantes, cofias y barbijos para trabajar, pero ahora extremaron la seguridad con dos controles diarios de temperatura a cada una de las 9 personas que trabajan en la empresa. Además, a modo de declaración jurada, cada uno contesta y firma un cuestionario para detectar posibles síntomas. Estas medidas valen tanto para el personal como para el dueño y su hija, que también asisten a la empresa a diario.
Las aguas y sodas DIRA se distribuyen puerta a puerta en un radio de 120 kilómetros alrededor de Morteros. “Al pertenecer mis principales clientes al rubro alimentos, todos han podido trabajar, por lo tanto, para nosotros la actividad se mantuvo, estamos en el orden de los 300.000 litros y a pesar de la pandemia la gente siguió comprando”, cuenta.
Racca pudo también cumplir con los sueldos de sus empleados y sus obligaciones impositivas mensuales. “Lo único que se ha modificado es que en la venta en cuenta corriente la morosidad creció 25% respecto a diciembre. Eso es lo más notable. Por eso, también decidimos ser precavidos porque prevemos una caída en las ventas. Dependemos del mercado y, si la economía se contrae, también nos afectará”, remarca. De todas formas por ahora no abre el paraguas, solo está atento a las noticias, para actuar rápido. “El problema no lo tenemos en Morteros, el problema está en Buenos Aires y Gran Buenos Aires”, opina.