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Los peligros de la suba del dólar

Todo indica que habrá una alta inflación después de la cuarentena. Lo que aquí se propone es cómo hacer un mapa que permita detectar las amenazas que acechan y, en lo posible, mitigarlas.

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La acelerada suba del dólar es señal de que tendremos una alta inflación después de la cuarentena. El verdadero problema de la inflación es la variación de los precios relativos. Si todos los precios variaran a la vez y de la misma manera, incluido el dólar, la inflación no sería tan dramática. Pero hay cosas que suben más que otras. En momentos como este, algunos ganan porque otros pierden. No esperes que te diga cómo quedar del lado ganador. ¿Acaso todos pueden trasladar a precio el aumento de los costos? Lo que propongo es que sepamos dónde estamos parados. Qué hagamos un mapa de los peligros que enfrentamo­s, para mitigarlos en la medida que sea posible. Deberíamos hacer dos mapas. Uno asociado al flujo de fondos y otro al balance.

En el mapa del flujo, tendrías que separar tus ingresos y tus egresos según cómo pueden variar. Te sugiero que, como mínimo, los separes en 2: lo que está en pesos y lo que está en dólares. Podrías agregar más si distinguís entre dólar oficial y dólar alternativ­o, o si algunos pesos varían con la inflación y otros no. Los podrías pensar como flujos en distintas “monedas”

Se trata de que armes tantos flujos como “monedas” hayas elegido. El ideal sería que todos los flujos sean positivos, es decir, que ganes plata en pesos y en dólares. Esto se daría si los costos en dólares se pueden compensar con ingresos en dólares, por ejemplo, de exportacio­nes. Lo peligroso sería que el flujo en dólares termine resultando negativo, ya que si el dólar sube mucho el flujo en pesos puede no alcanzar para pagar los gastos en dólares.

Es importante que separes el flujo teniendo en cuenta cómo varían las cosas, más allá de la moneda en que cobres o pagues. Si un insumo suele seguir al dólar, aunque lo pagues en pesos, debés ponerlo en el flujo en dólares.

El consejo obvio en las circunstan­cias actuales es que tu flujo en dólares no sea negativo. Obviamente no siempre es posible hacer esto. Por ejemplo, si tenés demasiados costos en dólares, podés buscar algún proveedor local, aunque te resulte un poco más caro. El mayor costo sería como una “prima” por contratar un seguro contra devaluació­n.

Con el balance deberías hacer algo análogo: un “balance” por cada moneda. Usá datos actualizad­os, olvidáte del balance del contador. ¿Cuánto me deben los clientes? ¿Cuánto tengo en stock? ¿Qué le debo a los proveedore­s? ¿Cuáles son las deudas con el banco?

En este mapa te aconsejo que uses al menos 3 “monedas”: pesos que no ajustan, pesos que siguen la inflación y dólares.

Entre los pesos que no ajustan posiblemen­te tengas las cuentas a cobrar y a pagar, entre los pesos que siguen la inflación posiblemen­te tengas parte del inventario.

Tené en cuenta que si un proveedor te va a hacer una nota de débito por una variación del tipo de cambio, entonces esa cuenta a pagar está en dólares.

Nuevamente, la situación a evitar es que tu balance sea negativo en dólares o en pesos ajustados por inflación, y que sólo sea positivo en pesos que no ajustan. ¿Qué podés hacer para corregirlo? Si estás descalzado en dólares, quizás podés tomar un crédito en pesos para cancelar las cuentas a pagar en dólares. La tasa más alta del crédito en pesos sería el costo de cubrirte contra la devaluació­n.•

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