Pymes

Gran gran parte del negocio se vio afectado por la cancelació­n de la Feria del Libro, una cita esperada tanto por las editoriale­s como por los libreros.

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ENTREGA PERSONALIZ­ADA

Ubicada en el barrio porteño de Núñez, la librería Momo opera desde 2014 a cargo de Margarita Rodríguez Acero, una correctora literaria que se pasó a esta actividad luego de que nacieron sus hijos. Momo se especializ­a en literatura infantil y juvenil.

“Con esto de la cuarentena estuvimos más de un mes sin trabajar, encima nos agarró a mitad de marzo, que es un mes muy importante para las librerías, porque es el mes que nos recuperamo­s del verano, es el comienzo de clases. Durante mucho tiempo me quedaron manuales, incluso facturados, porque no los podía entregar”. Rodríguez Acero se encargó personalme­nte de muchas de las entregas, una vez que pudo tramitar el permiso para circular.

“Trato de ir yo a dejar el pedido, pero también estamos utilizando motos. Al principio, durante casi un mes no tuvimos ingresos. Hoy la gente nos contacta por Instagram o por Facebook, pero de cada cinco pedidos, solo tres progresan, la gente se está cuidando mucho. Los libros para chicos son más económicos, pero hay que manejarse con el costo adicional del delivery”.

COMPRA FUTURA

La librería Brezal, de Matías Zoja, hace ya unos años que tiene su propio local online. Zoja cuenta que a partir de la cuarentena no sólo reforzaron la opción del delivery por moto, sino que hicieron foco en la toma de pedidos para dejar en reserva, hasta que el cliente pueda acercarse al local para retirarlo.

“Ni bien arrancó la cuarentena trabajamos para que todos los pedidos se canalicen por medio de la tienda online. También implementa­mos la venta futura, como una forma de poder comprar para que se pueda retirar con un valor determinad­o una vez que se levante la cuarentena. La propuesta del vale de la compra futura es en conjunto con otra librería: pagás un valor determinad­o y cuando lo vas a retirar, una vez terminada la cuarentena, no cambia el precio, aunque haya aumentado”. Ese sistema de “compra futura”, explica, comenzó cuando muchas editoriale­s que no pudieron sacar sus nuevos títulos, o no pudieron terminar de imprimirlo­s. “Con este sistema se genera una solidarida­d entre los autores, las editoriale­s y las librerías. Nos vamos ayudando entre todos”, dice.

Zoja abrió Brezal en 2016, tras pasar varios años trabajando en diferentes editoriale­s. “El local en el que estamos era donde estaba la famosa

librería del Zorro Rojo. El dueño se estaba yendo y me consultó si me interesaba el local. Quisimos darle un perfil similar al que ya tenía con eje en libros infantiles, policiales, novela gráfica y de editoriale­s Independie­ntes, muy pequeñas. Con eso fuimos peleándola, pero bien”.

CERO DESCUENTO

“En 2016 encaramos el desafío de abrir la librería”, cuenta Gabriel Waldhunter, de la librería homónima, especializ­ada en títulos de psicología. Dice que, a pesar de la crisis del sector, sigue manteniend­o a sus 16 empleados. “Mi compromiso es cuidar las fuentes de trabajo. Hoy estamos vendiendo por Mercado Libre. Todo lo que podemos hacer en el salón hoy lo estamos haciendo, por medio del teléfono”.

Las ventas no sólo se vieron afectadas por el lado de la demanda, sino que además tuvieron menos títulos disponible­s. “Muchos de mis colegas están trabajando con compra futura, y algunas cadenas están comenzando a hacer descuentos, algo que está prohibido, ya que la Ley del Libro establece que todas las librerías deberíamos vender el mismo precio. Nosotros estuvimos haciendo más que nada trabajo administra­tivo, o envíos de los cuales nos encargamos nosotros mismos, o a través de un servicio de moto. La mayoría de las consultas fueron de libros universita­rios, no tanto de ficción”.

Waldhunter cuenta que su camino fue diferente al resto, ya que funcionaba­n como una

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 ??  ?? “Ni bien salió el decreto que nos permitió retomar empezamos a hacer entrega sin cargo, en los barrios aledaños”.
CÁNDIDA. Eleonora Passaretti fundó esta librería de Córdoba hace ocho años. Funciona en el Paseo de las Artes, del barrio Güemes.
“Ni bien salió el decreto que nos permitió retomar empezamos a hacer entrega sin cargo, en los barrios aledaños”. CÁNDIDA. Eleonora Passaretti fundó esta librería de Córdoba hace ocho años. Funciona en el Paseo de las Artes, del barrio Güemes.

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