“Juntamos las iniciativas en esta red para estar conectados, abaratar recursos y optimizar la logística de entrega de insumos y tapabocas”.
entregaron 10 mil tapabocas y camisolines para personal de salud, de seguridad y recolección de residuos, entre otros.
La red se nutre de donaciones de instituciones, empresas y particulares que colaboran para adquirir la materia prima. Un grupo de voluntarios entrega la tela y los insumos para que las familias hagan los tapabocas; y luego los reparte. También se unió una red de “makers” que fabrican protectores con impresoras 3D.
“Decidimos juntar las iniciativas individuales en esta red siempre abierta a fin de estar conectados, abaratar recursos y optimizar la logística de entrega de insumos y tapabocas”, comenta María Fernanda Ipata, coordinadora de la iniciativa.
Además, la entidad organizó una feria virtual de emprendedores, charlas de apoyo y capacitación a través de la plataforma Zoom, y creó una Guía de Costureras para que las emprendedoras puedan vender los tapabocas y otros productos textiles.
NUEVOS MATERIALES
Ante el aumento de la demanda de materiales de protección desechables (y el consiguiente riesgo ambiental y sanitario que genera su uso y descarte), investigadores de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad del Litoral, junto a la empresa santafesina Perlade, están fabricando camisolines y batas reciclables. Este fue uno de los proyectos presentados ante el Programa del Consejo Federal de Ciencia y Teconología (Cofecyt) para la Articulación y Fortalecimiento de Capacidades frente al COVID-19.
“Somos una pyme familiar que fabrica envases, coberturas para el agro y bolsas de polietileno reciclables ”, explica Federico Coppola, titular de Perlade. “Ante la consulta de algunas instituciones de salud, tomamos el desafío de producir batas y camisolines reutilizables, reciclables y de costo accesible”.
Para desarrollar el producto, recurrieron al Centro de Vinculación