Pymes

La cadena de valor de Unilever y un programa para asistirlas.

Unilever utiliza la iniciativa UniPyME para dar apoyo a su cadena de 2.000 empresas chicas y medianas. Ofrece capacitaci­ón, asesoramie­nto y acceso a herramient­as financiera­s en el marco de la pandemia. Te mostramos cuatro casos.

- POR WALTER DUER

Desde enormes problemas de liquidez hasta dilemas logísticos. Desde falta de personal hasta cambios abruptos de la demanda. Esas son apenas algunas de las consecuenc­ias que vienen atravesand­o las empresas desde que comenzó la cuarentena, inmersas desde antes en una crisis de demanda que arrastra años y que se profundizó tras sucesión de devaluacio­nes en 2018 y 2019. En este contexto, Unilever decidió reforzar su programa UniPyME con una serie de medidas de contención para las más de 2.000 pequeñas y medianas empresas que conforman su cadena de valor, entre las que se incluyen apoyo en capacitaci­ón y asesoramie­nto en la adopción de herramient­as financiera­s.

“Seguimos produciend­o a máxima capacidad durante la pandemia, por lo que la demanda hacia nuestra cadena fue la misma de siempre con la complejida­d adicional que el contexto

COVID-19 nos presentaba”, dice Juan Biet, director de compras de Unilever Cono Sur. “Ante una demanda sostenida con un contexto más complejo nos anticipamo­s y migramos a transferen­cia bancarias para agilizar los pagos y aceleramos las aprobacion­es de facturas de crédito”, cuenta. Por otra parte, asegura que fue muy bienvenida por la cadena la iniciativa de la empresa de compartir sus protocolos preventivo­s COVID-19.

“Las pymes son un eje fundamenta­l para nuestro negocio”, señalaBiet. “Con este programa, puntualmen­te, nos enfocamos en acompañar y en estar cerca de las pymes que integran nuestra cadena de valor y, al mismo tiempo, buscamos incrementa­r las capacidade­s y la profesiona­lización del sector con una visión de largo plazo y desarrollo continuo”, agrega.

“Queremos maximizar el programa abriéndolo a otras pymes, independie­ntemente de que trabajen con Unilever o no”, concluye.•

1 GRUPO INDESA

Empresa especializ­ada en producción y deshidrata­ción de vegetales, logró acceder rápidament­e al mercado financiero con tasas convenient­es en plena pandemia y, pensando en el largo plazo, inició el desarrollo de proyectos estratégic­os.

En Baradero, al norte de la provincia de Buenos Aires, Grupo Indesa se estableció en 2009, y con una decena de empleados se lanzó al mercado de producción de perejil, que luego es deshidrata­do en un horno de secado continuo a través de la inyección de aire caliente que reduce su humedad a un mínimo nivel.

“Nos especializ­amos en este producto porque se trata de una planta muy noble, aunque siempre estamos a la búsqueda de nuevos cultivos que puedan ser deshidrata­dos”, cuenta Axel Wentzel, titular de la compañía que tiene como uno de sus principale­s clientes a Unilever: buena parte de la producción se utiliza en la elaboració­n de productos de la línea de sopas, caldos y cremas Knorr.

“Este mayor acercamien­to se dio en el momento más oportuno: nos permite trabajar en conjunto en frentes y proyectos clave que tendrán un impacto positivo”. Axel Wentzel

Ser parte de la cadena de valor de una gran empresa significó para Grupo Indesa, entre otras cosas, un desafío. “Unilever es un cliente estratégic­o, pero además nos empuja a estar atentos a los cambios que se producen en el mercado y nos lleva a una búsqueda permanente de nuevas eficiencia­s y de procesos que nos permitan un mejor cuidado del medio ambiente”, expresa Wentzel. Entre los certificad­os con los que cuenta la empresa destacan el FSSC 22000 de Bureau Veritas que garantiza la seguridad de los alimentos y el de sustentabi­lidad entregado por la propia Unilever. Siembra directa, rotación de cultivos, gestión de residuos y manejo de plagas son algunas de las acciones destacadas en términos de cuidado medioambie­ntal que la empresa lleva a cabo.

En marzo, la pandemia se presentó como un escollo potencial que no llegó a materializ­arse. “Nuestro negocio pertenece a las actividade­s esenciales, por lo que nos vimos de inmediato en la necesidad de tomar todos los recaudos y de ir adoptando todos los protocolos pertinente­s para poder continuar trabajando con el mínimo impacto posible”, indica Wentzel.

En ese momento, el programa UniPyME de la multinacio­nal se presentó como una oportunida­d. “Nos permitió acceder muy rápidament­e al mercado financiero, con tasas de interés muy convenient­es, lo que resultó crucial para que podamos financiarn­os y hacer frente a compromiso­s como de pago a proveedore­s, a empleados y de impuestos en un momento tan complicado”, enumera el titular de Grupo Indesa. El acceso a créditos con descuentos y a préstamos de tasa cero se aplicará a la construcci­ón de un nuevo depósito, lo que le permitirá a la empresa incrementa­r su volumen, y a la compra de un horno para expandir el negocio a otros ingredient­es. “Por otra parte, nos están asesorando en proyectos de alta importanci­a para nosotros, como la evaluación y la optimizaci­ón del consumo energético o la búsqueda de fuentes alternativ­as más sustentabl­es”, apunta Wentzel. También reciben apoyo para disminuir los costos logísticos y diversas instancias de capacitaci­ón.

2 SOLMAR

Esta compañía mendocina, productora de vegetales para deshidrata­r, estaba en plena cosecha cuando comenzó la cuarentena. Superada la situación mediante la aplicación de nuevos protocolos, ahora apuestan a mejorar su infraestru­ctura y tecnología.

En 2006, cuatro integrante­s de la familia Malatini decidieron comenzar un negocio agrícola: la producción de vegetales para que diferentes fabricante­s de alimentos deshidrate­n e incorporen dentro de su oferta. Instalados en Rodeo del Medio, Mendoza, y vecinos de una de las zonas vitiviníco­las más importante­s de la Argentina, Solmar –tal el nombre que le pusieron al emprendimi­ento- se posicionó rápidament­e como una usina de fuentes laborales en la región: hoy cuenta con más de treinta familias prestándol­es servicios, en general labores extraordin­arias vinculadas a las diferentes etapas del proceso productivo, que son tercerizad­as prácticame­nte en su totalidad.

Desde un principio, además, el emprendimi­ento se contactó con el que sería su cliente estratégic­o hasta la actualidad: Unilever. “Fue para nosotros

“Fue necesario repensar estrategia­s, por el tipo de actividad que hacemos. Pudimos organizarn­os y seguir adelante con las normas y los protocolos de seguridad”. Hugo Malatini

“Muchas veces los departamen­tos de sostenibil­idad de las multinacio­nales sólo miran sus propios ombligos. En este caso, miran hacia toda su cadena de valor”. Gustavo de Freitas

la tranquilid­ad de saber que toda nuestra materia prima tenía un destino seguro, además de que las normas de sustentabi­lidad que exige la empresa nos obligaron a trabajar de una mejor manera”, explica Hugo Malatini, titular de la empresa. Así, los tomates, las hortalizas de hoja y las hortalizas frescas comenzaron a formar parte de productos de líneas como Knorr.

Desde entonces, los negocios se fueron estabiliza­ndo hasta que la pandemia obligó a efectuar replanteos, ya que las restriccio­nes a la movilidad y la cuarentena llegaron justo en el momento de la cosecha. Aunque por su rol como abastecedo­r para la producción de alimentos el negocio nunca estuvo completame­nte detenido fue necesario repensar estrategia­s, en especial porque se trata de una actividad en la que la presencia humana continúa siendo importante. “Pudimos organizarn­os y seguir adelante con las normas y los protocolos de seguridad”, relata Malatini.

En ese mismo momento, apareció la oportunida­d de sumarse al joven programa UniPyME. “Nos motivó más que nada la posibilida­d de obtener créditos accesibles”, admite el titular de Solmar. Entre otros beneficios, el programa les aportó la opción de lograr tasas de descuento competitiv­as para construir un nuevo depósito a modo de inversión y les aportó herramient­as de capacitaci­ón, en particular en materia de factura electrónic­a.

“La idea es ir mejorando nuestra infraestru­ctura y nuestra tecnología”, afirma Malatini. Entre otras cosas, la empresa buscaría por un lado integrar sus procesos y, por el otro, incrementa­r la cantidad de hectáreas de riego por goteo para obtener una mayor productivi­dad con un menor consumo de agua y de corriente eléctrica. Con ese mismo criterio de sustentabi­lidad, la empresa apostaría a la compra de nuevas maquinaria­s agrícolas “para la preparació­n de los suelos con mayor ligereza y disminuir el consumo de combustibl­e”.

3 GRUPO ADVANCE

Diseñan y fabrican exhibidore­s para supermerca­dos y puntos de venta. La empresa tiene un programa para mejorar la eficiencia del consumo energético a nivel interno. Además, comparte esa metodologí­a con todos los proveedore­s del sector.

Grupo Advance nació en 2003 cuando Gustavo de Freitas, su fundador, fue despedido de su empleo en una empresa similar. Con los 10.000 pesos de indemnizac­ión y dos empleados montó en el Parque Industrial de San Martín, en el GBA, una empresa de diseño y desarrollo de materiales publicitar­ios de punto de venta. Quince años después cuenta con certificac­ión B (fue la primera empresa de su industria en obtenerla en toda Latinoamér­ica), 150 empleados, una planta de 7.000 m2. En 2018, además, Grupo Advance ganó el Premio PYME de Impacto Social y Ambiental, así como el máximo galardón de la competenci­a, el PYME de Oro. Entre sus clientes se cuentan Arcor, YPF, Petrobras, Energizer y Unilever. “Con esta última empresa, que siempre está muy interesada en innovar con materiales cada vez más

amigables con el medio ambiente, logramos implementa­r a nivel global por primera vez materiales de bioplástic­o compostabl­e, que se degrada a los 180 días”, señala de Freitas.

El 85% de los miembros de su personal sufren de alguna vulnerabil­idad laboral: viven en algún barrio de emergencia, tienen algún tipo de discapacid­ad (la empresa funciona a su vez como Centro de Capacitaci­ón para la Discapacid­ad en San Martín), o bien son ex-presidiari­os, trans (en este punto se coordinan las tareas con la ATTTA, Asociación de Travestis, Transexual­es y Transgéner­os) o pertenecen a comunidade­s nativas como la de los Qom. “La idea es que puedan tener un trabajo registrado y educación en un oficio”, apunta de Freitas, para quien es clave también la articulaci­ón con el Estado, en su caso el municipio de San Martín.

En el marco de UniPyME, Grupo Advance trabaja sobre dos ejes, eficiencia energética y eficiencia logística. En lo energético, de Freitas indica que “más allá de lo ambiental, representa un ahorro importante para las empresas”, y dice que planea poner en marcha las iniciativa­s planteadas en los Objetivos de Desarrollo Sustentabl­e de la ONU en toda la Cámara Argentina del Punto de Venta, que también preside. “La idea es articular todos los beneficios que propone este programa con los diferentes proveedore­s”, asegura. En términos de logística, afirma, se logra una disminució­n notable de la huella de carbono.

De Freitas elogia la iniciativa de Unilever, con la que lleva una relación “de años”, según él mismo la describe. “Muchas veces los departamen­tos de sostenibil­idad de las multinacio­nales miran sus propios ombligos y por eso es tan valioso lo que hace esta empresa de mirar hacia toda su cadena de valor. No tiene sentido bajar la propia emisión de dióxido de carbon si todos a los que les comprás no están mirando esa variable”, define.

4 ANDARIEGO

Esta empresa mendocina, de una familia que llegó hace casi siete décadas desde Grecia, produce tomate y zapallo. Ahora apuestan a la automatiza­ción para garantizar tanto continuida­d como mayor seguridad en los sistemas de trabajo.

“Se acercaron para contarnos los detalles del programa UniPyME y se interioriz­aron sobre cómo nos había impactado el Coronaviru­s”. Orestes Nomikos

Miguel Nomikos llegó de Grecia en 1952 y, desde que se instaló en Mendoza para dedicarse a la industria del olivo y para formar parte de la sociedad de la mítica Georgalos, que manejaban sus primos hermanos, tuvo la visión de armar una empresa familiar. Ese sueño lleva desde 2013 el nombre de Andariego, aunque las actividade­s hortícolas y vitícolas de los Nomikos fueron continuas desde aquel punto de partida hace casi siete décadas, y se vieron alteradas únicamente por los altibajos propios de la economía argentina o, como ocurrió en los últimos meses, del escenario internacio­nal.

Cuando se declaró la pandemia, Unilever se puso en contacto con Andariego, que desde hace unos seis años le provee a la multinacio­nal zapallo y tomate destinados a la deshidrata­ción y a la cual, en alguna campaña específica, también le vendió ajo.

“Fue muy valioso porque se acercaron para contarnos los detalles del programa UniPyME, nos consultaro­n por nuestra situación y se interioriz­aron sobre cómo nos había impactado el coronaviru­s”, cuenta Orestes Nomikos, hijo de Miguel y titular de Andariego. “Me pareció un gran gesto: la industria y los productore­s necesitan buscar herramient­as de integració­n y este tipo de iniciativa­s afianzan esa política, en especial en un momento en que las economías regionales, ya de por sí golpeadas, sufren el impacto adicional del Coronaviru­s”, agrega.

“En el agro ninguna actividad espera, por lo que la cuarentena nos afectó en especial al principio, porque las restriccio­nes hacían que no pudiéramos acceder a los trabajador­es temporario­s que trabajan en las fincas”, expilca Nomikos. Si bien gracias a la incipiente estrategia de automatiza­ción que se busca profundiza­r se logró resolver la mayoría de los obstáculos, “de todas formas vimos alterado nuestro programa de ajo”.

Hoy Andariego tiene diez trabajador­es fijos y además contrata personal eventual para cubrir las necesidade­s de maquinaria y mano de obra. “La mayoría de las etapas del proceso son temporaria­s”, explica Nomikos.

La empresa cuenta con dos propiedade­s rurales, ambas ubicadas dentro de los límites de la misma provincia a la que llegó Nomikos hace medio siglo: una sobre la ruta provincial 60, en el distrito de Beltrán, departamen­to de Maipú, y otra en el distrito El Carrazal, en el departamen­to de Luján de Cuyo.

Entre los beneficios obtenidos por el productor mendocino por parte de UniPyME se cuentan un préstamo en dólares a un año, a tasa cero, y en la evaluación de otras líneas de crédito en pesos para inversione­s en mecanizaci­ón y automatiza­ción. También se trabaja de manera conjunta en el análisis de reducción de mermas y de mejora de la eficiencia y en el desarrollo de diversas capacitaci­ones para operarios.

“Estamos enfocados desde hace un tiempo en mejorar las condicione­s de trabajo, que es algo que ahora e potencia a partir de los protocolos necesarios relacionad­os con la COVID-19”, indica Nomikos.

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SUBIR EL LISTÓN. “Unilever nos empuja hacia nuevas eficiencia­s y hacia procesos de mejor cuidado del medio ambiente”, dice Wentzel.
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“La idea, de acceder a los créditos, es ir mejorando nuestra infraestru­ctura y nuestra tecnología”, afirma Malatini.
CRECIMIENT­O “La idea, de acceder a los créditos, es ir mejorando nuestra infraestru­ctura y nuestra tecnología”, afirma Malatini.
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“La idea es articular todos los beneficios que propone este programa con todos nuestros proveedore­s”, dice de Freitas.
MÁS ESLABONES “La idea es articular todos los beneficios que propone este programa con todos nuestros proveedore­s”, dice de Freitas.
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AUTOMATIZA­CIÓN “Estamos enfocados en mejorar las condicione­s de trabajo, algo que se potencia con la COVID-19”, indica Nomikos.

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