La capacidad de adaptación
El certamen de CAME que funcionó como disparador de nuestra nota de tapa es un muestrario de la capacidad de adaptación de los emprendedores locales. Dos de los desarrollos con mayor valor agregado que se detallan en el informe nacieron (lo cuentan los propios entrevistados) leyendo el diario o mirando la televisión. Se trata de empresarios o investigadores que ya tenían adquiridos los conocimientos, o que contaban con los procedimientos y los materiales ya testeados en otro tipo de producición: lo que necesitaban era encontrar una vuelta de tuerca, o se les ocurrió una idea nueva. A partir de ahí, pusieron manos a la obra. Esos son aproximadamente una mitad de los casos. La otra mitad la componen emprendedores algo más jóvenes, que proponen desarrollos más “low tech”, pero con un empuje que terminó rompiendo con la inercia de cualquiera de las distintas cuarentenas que viene habiendo.
El Dossier muestra la interacción que tienen varios de los emprendedores que comercian a través de Mercado Libre, la empresa más valiosa de la Argentina y desde hace poco de toda Sudamérica (en agosto sobrepasó incluso a las brasileñas Vale y Petrobras). En la sección Empresas hay otros cuatro casos de interacción entre chicos y grandes: en este caso, con la multinacional anglo holandesa Unilever, que tiene su propio programa de fomento de su cadena de valor. Santiago Dodero, especialista en negocios familiares, pone el dedo en la llaga en la sección Entrevista: “La familia es la principal causante de la desaparición de empresas, mucho más que cualquier gobierno”, plantea. Y en Finanzas hay una completa radiografía de lo que buscan las empresas grandes que salen a “comprar” talento externo a través de inversiones en startups.
Nos vemos en octubre.•