Desinfección por luz ultravioleta
En la capital de Entre Ríos, un bioingeniero decidió que era momento de producir en escala este tipo de equipos. Se asoció con una metalúrgica y comenzó a fabricarlos y a proveer a hospitales. La iniciativa es la ganadora del certamen CAME Joven.
“Yo había estudiado el poder germicida de la luz ultravioleta, en la facultad. En la Argentina no es un sistema que se conozca demasiado, se usa para tareas específicas”. Santiago Romero Ayala
Santiago Romero Ayala (37) desarrolló en Paraná, Entre Ríos, un sistema de desinfección de ambientes y superficies por luz ultravioleta (UV-C), a través de un equipo móvil que administra la dosis precisa de luz germicida, de acuerdo a las dimensiones del espacio a desinfectar.
“Con esta tecnología se puede disminuir un 99% la carga viral a la que está expuesto el personal de salud o la población combatiendo con gran eficiencia el SARS-cov2, causante del COVID-19”, dice este bioingeniero de profesión. A su emprendimiento le puso LUMI-19.
Fue por televisión que Romero Ayala se enteró que China le había comprado a Dinamarca más de 2.000 robots autónomos para combatir por luz ultravioleta el virus. Él sabía del poder germicida de ésta tecnología, ya que había estudiado sobre el tema en la facultad.
“En Argentina no es un sistema que se conozca demasiado, lo suelen usar los laboratorios para tareas muy específicas. Así que, junto a Sebastián Ili Flores, también bioingeniero, nos pusimos a investigar cómo masificar su uso. Descubrir que había lámparas en el país me alentó a hacerlo”, explica.
Con $120.000 que tenía ahorrados compró 10 lámparas UV-C OSRAM y se asoció con Metalcerr, una metalúrgica paranaense especializada en la fabricación de muebles para el sector salud. Juntos armaron el primer equipo. “Nos propusimos que el sistema pueda hacerse con materiales
fáciles de conseguir en este contexto de pandemia: la electrónica debía ser sencilla y económica. No quise hacer algo robótico porque encarece el precio y el propósito es que sea fácil de usar por cualquier persona”, explica. En cuanto a las lámparas, a medida que avanzó el emprendimiento compraron 150 más y ya están en contacto con un proveedor del exterior para seguir importándolas de manera directa.
El sistema básicamente es una torre de tubos de luz en una estructura de metal con ruedas para trasportarlo fácilmente. Si bien sus clientes potenciales inmediatos son del sector salud, este tipo de equipos también está dirigido para el transporte, la industria y el comercio en general.
¿Cómo funciona? Irradiando luz ultravioleta dentro de un ambiente, durante aproximadamente 30 minutos. Tiene que ser en horarios en que no haya personal activo. “Se acciona manualmente y antes de empezar a funcionar deja correr unos segundos para que la persona pueda salir de la habitación antes de empezar a emitir las luces. El equipo además es inteligente, porque se apaga automáticamente si detecta la presencia de una persona, está pensado para la desinfección de los ambientes y superficies, pero sin exponer ni por un segundo a las personas que lo manipulan”, remarca.
El equipo de Romero Ayala ganó el premio de CAME Joven “Héroe Covid” y ya tiene salida comercial: el emprendedor cuenta que en menos de 60 días lograron la venta de más de 10 equipos, cada uno a un precio aproximado de $200.000. Su proyecto fue incubado por la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CA. DI.ME.), que también donó equipos. Hospitales de la región metropolitana como el Posadas, HIGA Paroissiens y el Policlínico Santa Marina, así como el Hospital Palma (Paraná, Entre Ríos) y el San Roque (San Salvador de Jujuy, Jujuy) están usando los equipos. “El precio es prácticamente al costo. Casi no estamos sacando ganancias porque la prioridad es mantenerlo lo más accesible posible”.