Microscopio digital de florescencia
Luis Ragone, dueño de la empresa MIcro Digital de Concordia, Entre Ríos, desarrolló un tipo de microscopio que permite detectar anticuerpos en pacientes en contacto con el SARS-CoV2, pero también se podrá usar para detectar bacterias en los cítricos o en la minería.
Luis Ragone, licenciado en Criminalística y fundador de Micro Digital, una empresa especializada en la fabricación de instrumentos ópticos, desarrolló un microscopio digital de florescencia para detectar anticuerpos de pacientes en contacto con el SARS-CoV2. “El equipo ya está testado con resultados positivos en la detección de otros virus como el de la Influenza A o B”, asegura.
Las aplicaciones de su microscopio, explica Ragone, son múltiples: colabora en la detección de anticuerpos en plasma de individuos convalecientes para ser utilizado como tratamiento en personas afectados por COVID-19, para la confirmación de que un individuo ha desarrollado inmunidad al SARSCoV-2 actual y , por último, permite la evaluación de nuevos inmunosueros para su utilización como posibles estrategias terapéuticas. Además, remarca Ragone, es portable: se puede llevar en un maletín sin riesgos a que se rompa o descalibre. La idea, cuenta, surgió cuando leyó en las noticias que el Instituto Malbrán había desarrollado un kit de test de diagnóstico de anticuerpos y que utilizaban este tipo de microscopios. Ragone afirma que hasta el momento nadie lo había fabricado en el país. “Gran parte del proyecto, lo que tiene que ver con lo óptimo, ya lo tenía resuelto por otros desarrollo de la empresa, pero también tuve que innovar en lo que refiere a la tecnología de la iluminación y otros temas que desde Micro Digital no se trabajaban”, cuenta el emprendedor, quien para este proyecto invirtió alrededor de $200.000, entre ahorros propios y reinversión de la empresa.
Por ahora el microscopio está en etapa de aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). De contar con la aprobación, Ragone saldrá a ofrecerlos a hospitales, laboratorio e institutos de investigación. Y estima que es también una herramienta aplicable a la industria. “Por ejemplo, acá en Concordia se utiliza la inmuno fluoresencia para detectar virus o bacterias en los cítricos. También es aplicable para las empresas de agua o para la minería”, asegura.
La gran ventaja de su equipo, dice, es que puede sustituir importaciones con costos diez veces menores a los equipos importados. “Además, el problema es que estas las marcas importadas sólo se pueden ser usadas con sus propios reactivos; no sirven otros. De modo que de por vida tenés que comprarles a las empresas importadoras sus reactivos y, obviamente en dólares.”.