Diseño, ingenio e innovación
Una pareja de agentes inmobiliarios de Capital se puso a pensar y producir accesorios para puertas que evitan el uso de las manos.
Giselle Shebar y Nicolás Hansen son pareja y trabajan en negocio inmobiliario en la región metropolitana, una actividad suspendida a partir de la cuarentena. La pandemia los dejó sin departamentos para ofrecer y tiempo ocioso, que utilizaron para diseñar un accesorio para la apertura de puertas utilizando el antebrazo, o bien el pie, al que pusieron Pie-Dal.
“El emprendimiento surgió apenas unos días antes del decreto de aislamiento obligatorio”, cuentan. “La disponibilidad de tiempo nos dio el espacio para reconectar con nuestras raíces creativas y así nació la idea del pedal y el picaporte sanitario para abrir y cerrar puertas sin usar las manos”. Los pedales, cuentan, tuvieron buena aceptación en lugares de alto tránsito como hospitales, comedores, consorcios residenciales y oficinas. Los picaportes, un producto de más alta gama, los piden para oficinas, constructoras, restaurantes, comercios y colegios. Al cierre de esta edición, aseguran, llevan invertido aproximadamente un millón de pesos; todos ahorros propios.
“Al principio la estrategia comercial se trató de hacer conocer el producto y testearlo con nuestro entorno más cercano. Habiendo comprobado la funcionalidad y el éxito en la instalación, creamos nuestro sitio y nuestro perfil en redes sociales; el medio que mejor nos funciona para difundir y comercializar”, agregan.
Aseguran que no se trata de un emprendiendo puramente comercial, ya que los primeros pedales fueron donados a Casa Garraham y a Unicef. Y establecieron un sistema para atar las compras a nuevas donaciones: quien compre algunos de sus productos podrán elegir una institución o ONG para que ellos continúen haciendo entregas gratuitas del producto. Desde fines de marzo, cuando lanzaron el emprendimiento, llevan vendidos alrededor de 900 unidades y unos 300 pedales donados.