“Invertimos en dos máquinas de control numérico, terminamos un galpón de 850m2 y adquirimos tres hornos y dos ensambladoras. Y estamos certificando ISO 9001”.
Le han vendido ascensores hasta a Cristiano Ronaldo. Pero en realidad son más conocidos por el innovador desarrollo que aplicaron a la producción de su producto estrella.
Elevadores Neumáticos SA es una fabricante de ascensores para casas de familia de Paraná, Entre Ríos, con 55 empleados. Desde 2002 ha producido más de 6.500 ascensores, 90% de los cuales fueron exportados a países de todos los continentes. El producto que los hizo conocidos es un ascensor sin cables, pistones ni cremalleras, que se eleva de acuerdo al principio físico de la bombilla del mate.
Patricia Popelka, gerente General de la firma, asegura que en los últimos años se propusieron crecer al 30% anual en términos de producción. Y eso exige inversiones permanentes.
“Últimamente invertimos en dos máquinas de control numérico computado, terminamos un galpón de 850 m2 y adquirimos 3 hornos especiales para curvado de policarbonato, así como dos camas de ensamblado de cilindros. Y estamos trabajando en el proceso de certificación de ISO 9001, que esperamos concluir a fin de año”, detalla.
La inversión total ascendió a $27 millones, que en su totalidad se financió con reinversión de utilidades. “No somos muy amigos del crédito y menos cuando las tasas para inversión están en el 30%. Este año recurrimos a la línea del 24% para capital de trabajo y el año pasado sacamos una línea de prefinanciaciones de exportaciones”, explica Popelka.
La empresaria cree que a pesar de la pandemia y las dificultades que plantea el comercio exterior, este año van a cumplir con la meta de crecimiento que se habían propuesto. Cuenta que en los últimos meses tuvo cancelaciones de exportaciones por seis contenedores a Estados Unidos, pero que por otro lado ganaron clientes en India y lograron colocar otros dos contenedores en Europa. En la región, dice, han exportado a Colombia, Bolivia, Uruguay y Venezuela.
“Es complicado entrar en Latinoamérica, donde los aranceles son altos, entre 16 y 20%, sin contar las trabas para homologar el producto. Pero también es cierto que este año en otros países debimos resignar márgenes para no perder mercado. Y en Argentina todo ha sido más difícil”, dice Popelka.
Elevadores Neumáticos homologó su primer ascensor en 2003 en Estados Unidos y luego siguieron varios países europeos. “Aquí en la Argentina, recién en 2018 el INTI nos dio el visto bueno y hemos vendido unidades en distintas provincias. Pero al día de hoy seguimos sin contar con la autorización para vender en la ciudad de Buenos Aires”.
¿Cómo funciona el producto? “La cabina del ascensor se desliza por un tubo transparente, de policarbonato y aluminio, en función de la diferencia de presiones: sube a partir de la extracción del aire, que es lo que hacemos cuando succionamos la bombilla”, explica Popelka. “Para descender, simplemente se abre una válvula y la cabina baja por gravedad regulada” .
La empresaria cuenta que el origen de la empresa se remonta a 1993 cuando se asoció su coterráneo Carlos Sors, quien es el inventor del elevador inspirado en la bombilla de mate. El desarrollo de producto, agrega, llevó varios años y una inversión del orden de los U$S 500 mil, antes de que apareciera el prototipo. Luego fue el turno de las patentes internacionales.
Deinos SRL es una empresa de servicios para la industria hidrocarburífera de Catriel, Neuquén, con 60 empleados. Comenzó como transportista y fue sumando una amplia variedad de servicios: soldaduras, producción de hormigón elaborado, trabajos metalúrgicos, obras eléctricas, civiles y mecánicas. En cuanto al transporte, el parque de equipos y vehículos de la firma está integrado por camiones, camionetas, minibuses, hidrogrúas, motoniveladoras, excavadoras y retropalas.
Su fundador es Eduardo Torres. Criado en Catriel, Torres estudió Informática en Mendoza, donde además
TODO TERRENO.
Los hermanos Pablo y Eduardo Torres en Catriel. Comenzaron como transportistas y se diversificaron. Tienen 60 empleados.
trabajó cuatro años en la empresa Energía Mendocina. Cuenta que allí, en 2005, le surgió la posibilidad de alquilar una camioneta a un contratista de YPF, en Lujan de Cuyo.
“Así comenzó Deinos. Por entonces yo trabajaba en una digitalizadora en Buenos Aires y viajaba los fines de semana a Mendoza. Un día mis viejos, que tenían un negocio en Catriel, se enteran de una empresa que estaba construyendo una planta de tratamiento de crudo en la zona, que necesitaba alquilar seis camionetas. Me pasaron el contacto y a los pocos días estaba reunido con el gerente de esa empresa”.
Torres no tenía los recursos necesarios para comprar los vehículos, pero contó con el apoyo de su familia. Luego se plegó Juan Pablo, su hermano, y el emprendimiento se trasladó a Catriel, donde sumaron el servicio de lavado y mantenimiento liviano de los vehículos, tarea que realizaban en el garaje de la casa de los padres. Más tarde fueron contratados hacer transporte de personal. Torres, que hoy tiene 45 años, recuerda que él hacia el turno mañana y su padre, el de la tarde.
Luego el relato retrocede hasta su primera infancia para explicar el por qué del nombre de la empresa. “A los tres años me diagnosticaron linfoma de Hodgking y estuve cuatro años con tratamiento oncológico. Mi vieja me llevaba en colectivo, día por medio, al Hospital de Neuquén, que estaba a 120 kilómetros. En el medio tuve una peritonitis, pero no me pudieron operar, por falta de defensas. La cuestión es que los médicos le dijeron a mis viejos que rezaran. Por eso cuando tuvimos que elegir el nombre de la empresa nos inclinamos por Deinos, que significa Dios con nosotros, en griego”.
El negocio familiar fue creciendo y diversificándose. Sobre un predio de seis hectáreas que tenía la familia incorporaron locales para la venta de materiales para la construcción y constituyeron una constructura, para levantar un barrio de viviendas para alquiler o venta, con financiamiento de la firma. Paralelamente construyeron 5.000 m2 de naves para depósitos; abrieron un taller de arenado y pintura, incorporaron tecnología y renovaron maquinaria. El plan de inversiones se consolidó a lo largo de este año. “A fines del 2019 consultamos a la gente de Garantizar SGR para ver cómo podíamos financiar la inversión y ellos nos contactaron con el Banco de la Provincia del Neuquén (BPN) que nos otorgó un crédito por $40 millones a muy buena tasa”.
Surgido en 2003 por iniciativa de dos profesionales de la química y dos de las ventas en Rosario, Laboratorios Mervak produce fármacos veterinarios para grandes y pequeños animales, que comercializan en el ámbito local y exportan a otros países de la región.
Con ventas en crecimiento permanente desde su aparición en el mercado, la empresa se encontró ante un cuello de botella productivo importante en 2014, que llevó a sus directivos a diseñar una estrategia de expansión.
“Entendimos que necesitábamos mayor infraestructura y empezamos a buscar terrenos, hasta que adquirimos un lote de 2.000m2 en el Micro Parque Industrial, un nuevo parque que comenzaba a ser construído en General Alvear, a la entrada de Rosario sobre la autopista a Buenos Aires”, dice Edgardo Chiacchiera, socio gerente de la empresa.
En su nueva fábrica, la empresa fue avanzando hacia la construcción de tres líneas de productos generales, productos betalactámicos y productos hormonales.
“En julio terminamos de construir las áreas de lavado y esterilizado de frascos y empaque automático y sumamos depósitos, oficinas y una sala de generación de agua pura para uso inyectable. Y para garantizar la calidad de los productos estamos terminando dos nuevos laboratorios de control de calidad y químico microbiológico, totalmente equipados. En total, la inversión en la planta del parque industrial supera el millón de dólares”.
Si bien la mayor parte del financiamiento de la nueva obra salió de las utilidades de la empresa, también obtuvieron créditos del Consejo Federal de Inversiones (CFI) a través del Banco de Santa Fe por $ 6 millones, a una tasa del 20%. Más recientemente gestionaron un crédito en el Banco Nación, que quedó a disposición de la empresa.
“Nunca trabajamos con créditos bancarios, aunque en más de una oportunidad lo habíamos intentado. Esta vez fue diferente porque nos ayudó mucho la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC) simplificando los trámites. Pero por lo general siempre hemos optado por reinvertir”.
En lo que va de este año la empresa desembolsó alrededor de U$S 100.000 para la compra de cuatro máquinas manejadoras de aire, que proporcionan aire totalmente estéril a las salas productivas, mantienen la temperatura y humedad controlados dentro de estrictos parámetros de calidad, además de renovar la totalidad del aire de los ambientes.
Chiacchiera recuerda que en 2003 obtuvieron la habilitación de SENASA, un año después sacaron el primer producto al mercado y desde entonces han ido sumando fármacos todos los años. En la actualidad cuentan con 60 productos registrados.
“La idea es mudarnos al Parque Industrial a fin de año, luego de las habilitaciones de rigor, donde estaremos en condiciones de competir con cualquier laboratorio del mundo”, afirma.
“Además multiplicaremos la producción, con lo cual estimamos triplicar la dotación que hoy nos acompaña”.
Con 50 empleados, casa matriz en Mar del Plata y sucursales en Lomas de Zamora y varias ciudades patagónicas, Refmar es una empresa dedicada al diseño e instalación de cámaras frigoríficas de conservación o congelado, que ahora está en proceso de expandir su operación más austral, en Puerto Madryn.
Diego Fernández Lasuen, socio gerente, asegura que siempre están invirtiendo pero que en este caso se trata de una apuesta estratégica, porque apunta a consolidar la diversificación de la empresa.
“La inversión fue pensada y está siendo ejecutada para reforzar una segunda línea de negocio de la empresa, que es el frigorífico de pescado Cigalfer, de Puerto Madryn, adquirido en el 2017. Consiste en la construcción e instalación de una tercera cámara frigorífica de 650 toneladas de almacenamiento, que permitirá elevar a 1.500 toneladas la capacidad total de almacenaje. Los productos que más se guardan allí son el langostino, el calamar y la merluza”.
La nueva instalación frigorífica, que estiman entrará en actividad antes de fin de año, requirió una inversión total de entre U$S 400 y 450 mil, que fue financiada con un crédito de Banco Galicia, con avales de Garantizar SGR.
“El crédito lo obtuvimos en condiciones ventajosas: a cuatro años y a una tasa fija de 35%, en pesos, inferior a la tasa de mercado de ese momento. Fue clave el papel de las garantías, porque nos permitió acceder a un monto superior al que nos hubiera correspondido sin avales; en mayor plazo y rápida gestión”, agrega Fernández Lasuen.
¿Por qué la inversión? El directivo asegura que fue una cuestión de experiencia acumulada. “A lo largo de los años aprendimos a reconocer las demandas de infraestructura de frío insatisfechas en diversas zonas productivas. Aprovechando la experiencia y los recursos, decidimos desarrollar las instalaciones que requería la industria, en este caso la pesquera”.
Mucho antes, en 2011, Refmar había construido Frigohue, una planta frigorífica llave en mano, para peras y manzanas en General Godoy, Río Negro. la cual en sus especificaciones técnicas consigna que se instalaron 10 cámaras de atmósfera controlada.
La empresa fue fundada en 1977 por las familias Cechi y D’Alessio de Mar de Plata, pero el primero se retiró en 1986, lo que habilitó la entrada a la sociedad de Oscar Cinalli, uno de los actuales socios. Tras el fallecimiento de D’Alessio, sus herederas vendieron su parte a Cinalli y sus tres hijos y al recién incorporado Fernández Lasuen, en 2016.
Además de establecimientos frigoríficos para las industrias cárnica, láctea, pesca y fruticultura, la empresa fabrica y distribuye túneles de congelado y enfriado, evaporadores, condensadores y frigoríficos llave en mano. También realizan montajes en obra y servicios de mantenimiento correctivos y preventivos.
En su cartera de clientes figuran nombres como MC Cain Argentina, Danone Argentina y Mastellone.
ANTICIPACIÓN. Los Cinalli (padre e hijos) con Diego Fernández Lausen. “Aprendimos a reconocer demandas de infraestructura de frio insatisfechas”.