En el mundo
El Tesla Model 3, creado por el empresario Elon Musk, es el auto eléctrico más vendido del mundo: ya hay 530.000 unidades dando vueltas por ahí. Desplazó del primer puesto al Nissan Leaf, y los analistas estiman que es por sus funcionalidades: tiene la opción de motor dual, frenos de alto desempeño, tracción en las cuatro ruedas, alerón de fibra de carbono para mejorar la estabilidad y suspensión baja para control en cualquier clima.
No obstante, la versión más barata del Tesla ronda los US$ 35.000. Con precios similares, a los dos modelos mencionados se suman el iNext de BMW y el Citigo IV, de Skoda, una firma de Volkswagen.
¿Qué pasa en Europa, el principal mercado para autos eléctricos? Según datos de la empresa Jato, especializada en análisis del mercado de automoción, el 13% de los automóviles vendidos en ese continente en febrero de 2020 fueron híbridos y eléctricos. Y hay varias iniciativas gubernamentales que pretenden aumentar este porcentaje.
El gobierno de Francia anunció en mayo un plan para salvar a su industria automotriz, basado en el impulso de los coches eléctricos. Se destinarán 8.000 millones de euros a ofrecer ayudas de hasta 7.000 euros por persona para adquirir estos vehículos, así como para llevar la infraestructura de carga a 100.000 puntos para 2021. El objetivo de la administración Macron es convertir a Francia en el principal fabricante europeo de coches híbridos y eléctricos, con una producción de ambos tipos de vehículos de 450.000 unidades en 2022.
Por otro lado, Alemania duplicó los subsidios para autos eléctricos, les bajó el impuesto al valor agregado (IVA) del 19% al 16% y privilegió un plan para aumentar los puntos de carga en vez de incentivar vehículos de combustión interna. Los automóviles eléctricos representaron sólo 1,8% de los patentamientos en
2019. Para impulsarlos, el gobierno alemán ofrece 6.000 euros para la adquisición de modelos que cuesten menos de 40.000 euros. Y ya hay entidades estatales que impulsan la prohibición de los coches nafteros y gasoleros para 2030. Algo similar ocurre en Noruega, donde no se podrán adquirir este tipo de autos a partir de 2025.
El gobierno español lanzó Moves 2020, un plan de 3.750 millones de euros para incentivar la compra de vehículos eléctricos y reforzar la infraestructura de recarga. De ese monto, 100 millones de euros estarán destinados a ayudas directas a quienes los adquieran.