“Hay un rebote de la actividad, pero desde el fondo del barril”.
Vicente donato
Desde la Fundaci{ón Observatorio Pymes (FOP) que encabeza, Vicente Donato y su equipo monitorean la actividad de las pymes industriales de la Argentina, a través de encuestas periódicas que realizan a partir de una base de datos propia, que les permite relevar a más de 1.000 industrias medianas y pequeñas en todo el país. Estas investigaciones aportan datos para el diseño de políticas públicas, el desarrollo asistencias y capacitaciones a medida de las reales necesidades de las pymes.
Donato, que escribió su tesis de posgrado del Istituto di Studi per lo Sviluppo Economico (Napoles, Italia) sobre el desarrollo de las pymes, señala que Argentina tienen pocas pymes considerando la cantidad de habitantes y atribuye la homogeneización de impuestos como una de las principales causas que desalientan la natalidad de nuevas empresas.
Este año el Obervatorio realizó cada trimestre una Encuesta Coyuntural entre las pymes industriales, que hoy les arroja cierta expectativa de recuperación, contra la incertidumbre que habían registrado en abril.
¿Hay una mejora?
Primero hay que aclarar que estamos en el piso. Hay una mejora de expectativas que es positiva, pero desde un nivel de recesión, se trata de un rebote. Nosotros medimos el nivel de actividad en función del Índice de Gestores de Compra que se usa a nivel internacional, y hoy arroja que estamos en recesión. Aclarado este punto, las expectativas mejoraron de manera uniforme en todas las regiones, en todos los sectores y en todos los tamaños de empresas; tanto en las pequeñas de menos de 50 ocupados como en las medianas de 50 a 250, aunque en estas últimas el rebote fue todavía más fuerte. Esta uniformidad no es un dato menor porque por lo general ocurren rebotes no tan parejos, a veces es para un sector y no para otros; la caída con la pandemia fue tan general que el rebote también es general.
¿Qué mejoró?
Con el aislamiento ocurrió algo bastante inédito que fue la caída al mismo tiempo de la oferta y de la demanda. Lo que hizo mejorar las expectativas fue simplemente que se relajó el aislamiento, sobre todo en Capital y Gran Buenos Aires. Fue un relajamiento de hecho, porque en realidad estaba prohibido y no pocas trabajaron en condiciones horribles para seguir produciendo.
¿En qué medida influyeron las medidas como los ATP o los créditos al 24%?
Y la prohibición de despidos. Fueron muy positivas y colaboraron en que el empleo resista la pandemia. La reducción de la cantidad de ocupados durante el segundo trimestre, en términos interanuales, fue menor a la del segundo trimestre de 2019 (-2,9% vs -5,5 %). Sin embargo, el rebote es algo que ya estaba empezando a pasar desde fines del 2019, de a poco se estaba reactivando el consumo. Y el empleo caía, sí, pero a tasas menores. Pero nadie crea que estamos en un mundo feliz; estamos batallando en el fondo del barril.
El Proyecto de Presupuesto 2021 prevé el fin de los ATP.
Nuestras estadísticas dicen que
90% de las pymes para mediados del 2021 esperan volver a un nivel pre pandemia. ¿Esto significa que vamos a estar bárbaro? No, vamos a estar como en marzo, subiendo muy lentamente, pero aún desde muy abajo. Pero es razonable pensar que a mediados del 2021 las empresas podrían estar preparadas para afrontar 100 % de los salarios. Por lo tanto, el cálculo por parte del Estado es razonable. Después hay que ver cómo evolucionan; hoy es un plazo razonable.
¿Cómo se incentiva la inversión?
Desde la Fundación partimos de la base de que hay un enorme diferencial de productividad entre las grandes empresas y las pymes. Éste es un rasgo típico de los países subdesarrollados, no hay nada en el medio, tenés dos puntas, sectores muy productivos y después un mar de baja productividad. Esa diferencia de productividad con una tasa de imposición fiscal uniforme produce un negreo total del empleo y la informalidad. Creo que hoy hay una oportunidad con la Ley de Presupuesto que se está tratando para deshomogeneizar la carga fiscal, que tiene que ser distinta para las empresas de menos de 30 ocupados que para las más grandes.
¿Cómo instrumentar eso?
Las empresas chicas tienen que pagar las contribuciones patronales
y poder desgravarlas del IVA. De esa manera blanquean las ventas y al mismo tiempo pagan las contribuciones, que en realidad es como que no las pagasen. Pero generaría que 3 millones de personas entren al sistema, puedan salir de las condiciones horribles que hoy están viviendo, y se genere una reactivación del proceso productivo e inversión.
¿Por qué las pymes exportan poco?
Es una fantasía creer que la devaluación es un instrumento para estimular las exportaciones de las pymes. El problema de las pymes es la inversión y no hay exportaciones sin inversión. Es una fantasía creer que sin revolución inversora va a haber revolución exportadora; no existe, no hay posibilidades. En la última encuesta que realizamos en el Observatorio le preguntamos a los empresarios cuál fue el efecto de la devaluación sobre su empresa: sólo 3 % dijo que estimula las exportaciones y 1% que los protege de las importaciones. Es decir, la balanza comercial no se mueve para nada. En cambio, más de 40% dijo que repercute en un aumento de precios y menos poder adquisitivo de sus clientes. Creer que la devaluación va a incentivar las exportaciones de las pymes es una fantasía. Hay que favorecer la inversión y el aumento de productividad para vender productos que el mundo pueda comprar. Yo creo que hay conciencia de que devaluando a mansalva no resolvemos. La devaluación es por un problema financiero, una cuestión que nada tiene que ver con las exportaciones de las pymes.
Y no se crean nuevas empresas.
En Argentina, contando las informales, tenemos entre 14 y 15 empresas cada 1.000 habitantes. Chile, Brasil, Perú tienen el doble de empresas pymes por habitante. Tenemos un cuarto de las que tienen los países europeos. Es decir, la actividad empresarial en la Argentina en los últimos 30/40 años se fue deteriorando y tenemos muy poca natalidad. Las que mueren no se sustituyen.
¿Por qué?
Por tres razones. No hay financiamiento para las iniciativas, en Argentina solo emprenden los ricos; segundo, por la presión fiscal, asomás la cabeza e inmediatamente pagás lo mismo que una multinacional y; en tercer lugar porque no hay recursos humanos calificados, la gente perdió el saber hacer, no hay técnicos. Entonces ¿quién quiere ser empresario en este país?
36 es lo que da hoy el índice que usamos (PMI) para medir la actividad. Cuando arroja menos de 40, es porque hay recesión”.