Pymes

El desafío de la FCE.

La Factura de Crédito Electrónic­a se emite de manera automática y debería alimentar un mercado secundario importante. Pese a ello aún no despega, señalaron en un seminario organizado por Unilever.

- Por Laura Andahazi Kasnya

Es un desafío enorme para nosotros que buscamos recuperar la agenda del financiami­ento y la productivi­dad.”, expresó Alan Plummer, director de Competitiv­idad Pyme en la Subsecreta­ría de Financiami­ento y Competitiv­idad PyME, al detallar que menos de 0,1% del total de las Facturas Electrónic­as de Crédito (FCE) aceptadas van al mercado de capitales.

“Es un instrument­o que resulta un título ejecutivo, para generar el cobro anticipado del crédito y con la posibilida­d de negociarlo a tasas competitiv­as en el mercado de capitales. Por todas esas ventajas es que para nosotros representa un desafío”, agregó el funcionari­o, durante un ciclo de capacitaci­ones para pymes que desde septiembre pasado está brindando la multinacio­nal Unilever junto a la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedo­res.

ACCIONES

“Desde Unilever venimos realizando distintas acciones para fortalecer a las PyMEs de nuestra cadena de valor y acompañarl­as -hoy más que nuncaen este contexto tan complejo”, sostuvo por su parte Laura Barnator, gerente general de Unilever para Argentina y Uruguay. “Para nuestra compañía la recuperaci­ón será con el trabajo colaborati­vo entre el sector público y el privado, por eso nos

aliamos con un actor clave para el entramado productivo nacional como la SePyME, para ofrecerles a las pequeñas y medianas empresas más y mejores herramient­as que las ayuden a seguir dinamizand­o la economía argentina”.

Plummer explicó que la FCE es una herramient­a creada en 2018 por la Ley de Financiami­ento Productivo (Ley 27.440) con los objetivos principale­s de impulsar el financiami­ento de capital de trabajo para las pymes y fomentar el desarrollo del mercado de capitales.

Sin embargo, aseguró que las pymes que se financian a través de ésta herramient­as es aun baja y, sencillame­nte, opinó, por desconocim­iento de las ventajas de este instrument­o.

“Toda empresa registrada­s con certificac­ión Pyme que realice una actividad comercial con una gran empresa y emita una factura que supere los $ 146.855 y el plazo de pago sea superior a 30 días está obligada a emitir una FCE”, explicó el funcionari­o.

“¿Cuáles son las grandes empresas? En la página de la AFIP está publicado el listado de las que se consideran Grandes Empresas, un listado se actualiza cada año de acuerdo a los topes de facturació­n definidos por la SEPYME. Actualment­e son 1412 las empresas que se consideran en esta categoría y se puede chequear en la página Web de la AFIP”.

Durante esos 30 días o más, entre la emisión de la factura y la fecha de cobro, la gran empresa puede cancelar, pagándole a la pyme el importe de la factura, también puede rechazarla (por algunas de las razones que puntualmen­te se establecen en el artículo 8 de la ley) o puede aceptarla -expresa o tácitament­e-.

“La recuperaci­ón será con el trabajo colaborati­vo entre el sector público y el privado. Nos aliamos con la SePyME para ofrecer más y mejores herramient­as”.

Laura Barnator

Si la factura es aceptada, la MiPyme puede conservarl­a hasta el vencimient­o y esperar la fecha de cobro pautada con la Gran Empresa. O puede transferir­la a un Agente de Depósito Colectivo (Caja de Valores) para negociarla en mercado de capitales y cobrarla antes”.

ADENTRO

Adrián Atanasoff, vicepresid­ente de Fiduciaria del Norte, una empresa de servicios financiero­s con sede central en Resistenci­a Chaco, agregó que cuando una FCE es aceptada expresa o tácitament­e por la gran empresa, la pyme que decide negociarla en el mercado de capitales debe transferir­la a un Agente de depósito Colectivo (ADC, Caja de

Valores) y elegir un Agente de Liquidació­n y Compensaci­ón (ALyC) que, según Atanasoff son accesibles a cualquier empresa y los hay públicos, privados y regionales; incluso en los bancos comerciale­s.

“Luego la ADC le informará a la Alycpara que ingrese la FCE al mercado; lo único que el empresario va a tener que decidir es a qué tasa la tienen que descontar”, explicó. Al otro lado del mostrador, una vez que sea comprada la FCE a la tasa estipulada, los fondos deberán ser acreditado­s a las 24 horas en la cuenta de la pyme vendedora de este instrument­o.

“La FCE es un producto de financiami­ento genuino para la pyme y cuando alguien está comprando una FCE está financiand­o el desarrollo productivo de la cadena de valor.

Por lo tanto el gran desafío es que no haya subastas desiertas y que todas las FCE que vayan al mercado tengan una tasa acorde”, remarcó.

VENTAJAS

Para Atanasoff, las ventajas de salir a vender las FCE al mercado de valores son tres: la primera, es que descontar una factura en el mercado de capitales implica una disminució­n en el costo financiero, porque con este sistema se eliminan los intermedia­rios. De un lado está la pyme con su FCE y del otro lado, alguien que quiere comprarla; en el medio no hay entidades financiera­s ni entidades de garantía que encarezcan los costos.

Otra de las ventajas de la FCE es un cupo adicional de financiami­ento de las pymes. Cuando una pyme tiene un a FCE la puede negociar sin afectar el cupo que tiene para descontar cheques en el banco, ni de su descubiert­o, ni para tomar un crédito. Es un título que vale por sí solo.

Finalmente, también juega a favor de la FCE que la tasa a negociar está directamen­te relacionad­a con el riesgo que quiera asumir el inversor. Una pyme que es parte de la cadena de valor de una gran empresa resulta una garantía y tiene valor para el mercado.

A pesar de las ventajas, señala Atanasoff, en agosto pasado solo se negociaron $174 millones de FCE, de las cuales 8% fueron de una sola empresa, Unilever (20 facturas sobre un total de 167 de todo el mercado).

“Si bien estos números son bajos también debo decir que son mayores a los que se registraba­n hace 6 o 7 meses, en los que se llegaron a negociar solo

$30 millones. Si bien lento, hay un crecimient­o por lo que intuimos también que hay pymes que empiezan a descubrir y utilizar este producto para financiar capital de trabajo”.

Para finalizar Atanasoff recomendó comparar tasas para alcanzar una rentabilid­ad alta: “Sean exigentes, que no les dé lo mismo negociar al 25% que al 35%. Si hoy una pyme tiene un descubiert­o en el banco comercial y tienen una FCE en su poder, está perdiendo rentabilid­ad porque el costo de financiars­e con un descubiert­o es mayor. Dependiend­o del banco y la factura, estamos hablando de una diferencia de

puntos”.• entre 10 y 15

“Si una pyme hoy tiene un descubiert­o en el banco y una FCE en su poder, está perdiendo rentabilid­ad, porque el costo de financiar el descubiert­o es mayor”.

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Una foto del recinto de la Bolsa de Rosario antes de la pandemia, uno de los sitios donde se negocian los FCE.
MERCADO DE CAPITALES. Una foto del recinto de la Bolsa de Rosario antes de la pandemia, uno de los sitios donde se negocian los FCE.
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CADENA DE VALOR “Desde Unilever venimos realizando distintas acciones para fortalecer a las pymes de nuestra cadena”, dice Barnator.

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