Contradicciones que perjudican
Esteban Balay es un empresario muy joven que exporta servicios de realidad aumentada a Perú, Ecuador y Uruguay. Su empresa tiene nombre de banda de rock, 3Destiny, pero su negocio es para tomárselo en serio. “Cuando empezó la pandemia estábamos exportando unos 7.500 dólares por mes, luego pasamos a 15.000 y ahora estamos viendo que terminaremos el año con 20.000 a 30.000 dólares mensuales”, cuenta Balay en la nota de tapa de esta edición. El suyo es uno de los seis casos relevados de empresas que exportan servicios digitales.
Que es lo mismo que decir que exportan conocimiento. Lliana Gary, CEO de InvGate, cuenta cómo un emprendimiento nacido desde cero en Buenos Aires puede exportar por cifras dignas de cualquier filial multinacional.
El Estado, siempre ávido de dólares, debería buscar cómo clonar a esta clase de exportadores. Pero como señala la consultora Vivian Monti en ese mismo informe, lo que se termina haciendo es impedir el debut de la Ley de Economía del Conocimiento que todos los sectores políticos, incluido el que hoy gobierna, habían votado.
En el Informe Especial, el secretario Pyme Guilllermo Merediz detalla la batería de medidas que tomó el Gobierno para asistir a casi 350.000 empresas en plena pandemia, sosteniendo a la vez los niveles de empleo con la asistencia de los programas ATP. No es poco lo que se hizo. Pero en medio de esa urgencia, el mismo Poder Ejecutivo se tomó el tiempo y los recursos necesarios para armar su propia versión de la ley de la Economía del Conocimiento, que acaba de sancionar el Congreso. Una ley más lenta y burocrática que la anterior, según analiza la especialista de KPMG. Y en el medio, además, los emprendedores se perdieron un año de beneficios. Nos vemos en diciembre.•