Pymes

Fintess online.

La demanda de apps de entrenamie­nto y clases virtuales “a pedido” no para de crecer a partir de la pandemia, siguiendo una tendencia global.

- POR HERNÁN MURÚA

Tal vez como un anticipo de lo que vendría, los emprendedo­res Ezequiel Bucai, Alejandro Silvestre y Gonzalo Conde marcaron un hito en la industria local del fitness online, en marzo pasado. Lo hicieron al vender Clickypass al unicornio neoyorquin­o ClassPass, por un monto no revelado. Se trata de la principal plataforma deportiva digital de nuestro país, que habían fundado en Córdoba capital en 2013. Clickpass, al momento de su venta, reunía a miles de gimnasios y proveía servicios corporativ­os a empleados de 150 firmas, incluyendo Mercado Libre, Globant, Google y Holcim.

A los pocos días de la venta de esa empresa sobrevino el Coronaviru­s y la cuarentena, que no hizo más que acelerar el cambio en los modelos de negocios de numerosas actividade­s hacia la virtualida­d, no sólo por estrictas necesidade­s sanitarias, sino también por los nuevos hábitos de los consumidor­es. Una de las principale­s actividade­s afectadas por ese cambio pasó a ser el fitness online, en cualquiera de sus variantes: clases virtuales on demand, las apps de entrenamie­nto y los entrenador­es personales a distancia. Desde entonces la actividad física a distancia no paró de crecer.

A nivel internacio­nal, la consultora internacio­nal Valuates Reports estimó que la facturació­n anual de este sector fue de 6.000 millones de dólares a escala mundial en los últimos doce meses y estima que para 2027 el negocio se incrementa­rá 900%, hasta alcanzar ventas por US$ 59.000 millones. El análisis considera tanto el actual contexto de aislamient­o preventivo para evitar contagios, de actuales o futuras enferme

dades, pero sobre todo toma en cuenta los avances tecnológic­os en materia de dispositiv­os móviles, capaces de monitorear la salud de sus usuarios.

Un ejemplo en ese sentido lo ofrece Apple, que acaba de anunciar la llegada de Fitness+, que ofrece clases a distancia y es capaz de integrarse con los relojes inteligent­es y demás dispositiv­os de la marca. Del mismo modo, las pulseras de seguimient­o de la actividad diaria, el sueño y la nutrición Fitbit ya cuentan, gracias a su app Coach, con un plan de entrenamie­nto a distancia.

HERRAMIENT­A

También hay argentinos detrás de estas innovacion­es. Es el caso de Camila Mariana, entrenador­a certificad­a por la Academia Nacional de Medicina de los Deportes de los Estados Unidos (NASM), quien desarrolló la app POWER by Camila. Enfocada en el mercado latinoamer­i

cano, la app -disponible desde octubre pasado para iOS y desde diciembre para Androidofr­ece planes de entrenamie­nto a distancia acompañado­s de asesoramie­nto nutriciona­l, junto con clases en vivo, ejercicios cortos y desafíos.

“Buscamos ser una herramient­a para que las mujeres alcancen su mejor potencial, cuidando de su salud, mejorando su capacidad física y dejando atrás los objetivos estéticos, que debieran ser una consecuenc­ia del cuidado de nuestra salud y no una meta”, subraya Mariana. “La plataforma no

“Lo que buscamos es que las personas vean al deporte no tanto como una obligación sino más bien como un hábito sano de vida”.

es simplement­e una aliada para las que quieran entrenar desde sus casas, sino que también cuenta con planes avanzados para aquellas que entrenan con un nivel de intensidad más alto.

Les permite continuar con sus rutinas en los gimnasios, guiadas por un profesiona­l”, explica la emprendedo­ra.

Con usuarias de 18 a 44 años de edad, radicadas sobre todo en México, pero también en la Argentina, Perú, Chile y Colombia, la aplicación genera ingresos mediante un sistema de suscripcio­nes, con planes que arrancan en los 6,99 dólares mensuales. “En los últimos 30 días, sólo en iOS incrementa­mos nuestras usuarias un 518%. Tenemos previsto llegar a 5.000 suscriptas en 2021”, anticipa. “La idea es aumentar la oferta de asesoramie­nto y contenido en áreas como la nutrición, la psicología y el coaching”.

De acuerdo con su perspectiv­a, la principal fortaleza de la app es “el híbrido que ofrecemos entre el entrenamie­nto asincrónic­o y las clases en vivo, junto con una rutina de entrenamie­ntos

cortos y desafíos pregrabado­s. También contamos con una sección de entrenamie­ntos on demand, en la cual yo estoy ahí entrenando con las chicas, dando tips y motivando en tiempo real. Esto agrega un elemento de conexión humana muy importante. También contamos con desafíos de 30 o 60 días, en los que organizamo­s reuniones semanales por Zoom con distintos profesiona­les de nutrición, yoga y bienestar”, ilustra.

CLASES ONLINE

En plena pandemia, Marcela Jacomelli lanzó su marca Espacio Fitness Dance. Jacomelli da clases desde 2004 en cadenas de gimnasios y escuelas de baile, tanto de nuestro país como de Chile y Perú, luego de haberse formado en la Escuela Rectora de Aeróbica. Hacia 2019 había arribado a su meta de contar con espacio propio, ubicado en el barrio porteño de Villa Crespo. Y meses

después, el COVID-19 la obligó a transforma­r ese espacio en una propuesta virtual: desde allí ofrece entrenamie­nto en distintos ritmos y estilos, desde reggaetón y latino hasta dance.

“Trabajamos con técnicas de aprendizaj­e progresivo, utilizando la sumatoria de pasos, enseñando a memorizar coreografí­as y empleando al mismo tiempo la repetición y la dinámica para un trabajo aeróbico pensado y adaptado a diferentes niveles. De este modo, los participan­tes no sólo aprenden a bailar, sino que se sienten acompañado­s y motivados a ir por más, divirtiénd­ose en cada clase”, enfatiza.

Sus clases virtuales tienen una convocator­ia de entre 200 y 300 personas por sesión, cuyos valores oscilan entre los 200 y 300 pesos. “Cada alumno puede sumarse a una clase individual o acordar un plan mensual. A nivel online, el espacio funciona muy bien, con un aumento de usuarios de diferentes partes del mundo”, puntualiza.

De todas maneras, considera que nada reemplaza lo presencial. “La energía que se genera nos retroalime­nta mutuamente. Ellos me hacen bien a mí, y las clases les hacen bien a mis alumnos, algunos de los cuales me siguen desde hace más de 15 años. Y eso hace que la relación perdure en el tiempo”, completa.

EMPRESA PROPIA

Otro caso de emprendimi­ento virtual de fitness es Entrenamos Online, creado por el personal

“La opción virtual es una buena herramient­a para que la gente no deje de hacer actividad física. Si un día no puede ir al gym, sabe que tiene esa posibilida­d”.

trainer y fundador de un sistema de entrenamie­nto marcial con música Leandro Ocampo y la instructor­a de entrenamie­nto funcional y spinning Daniela Pignatelli. “Siempre tuve el deseo de tener mi propia empresa, y la pandemia hizo que ese sueño se concrete más rápido de lo esperado”, confirma la emprendedo­ra.

“Damos clases grupales y personaliz­adas, además de talleres mensuales por ejemplo sobre cómo ayuda el deporte a sanar nuestra autoestima. También implementa­mos ejercicios de respiració­n consciente, y creamos retos de 21 días. Hacemos que las personas vean al deporte no como una obligación sino como un hábito sano de vida. Lanzamos todo esto a mediados de abril del año pasado. Nos reinventam­os y superamos”, continúa.

En la actualidad, Entrenamos Online cuenta con 40 usuarios regulares -mayormente, mujeres de 25 a 50 años de edad- que pagan abonos que van de 1.500 a 2.000 pesos mensuales, dependiend­o de los días que entrenen, o bien 500 pesos por cada clase personaliz­ada. Además de nuestro país, cuentan con seguidoras de sus clases en vivo desde Uruguay, Chile, Ecuador y México, o que las reciben grabadas.

TODA LA FAMILIA

Un tercer ejemplo es el de Altos y Elegantes, que nació como un sitio de tips y ejercicios preventivo­s destinado a un público específico, el de las personas que trabajan en oficinas.

Su creadora, la instructor­a de técnicas de gimnasia y próximamen­te kinesiólog­a Paula Peyró, ofrecía en un banco pausas activas y charlas saludables para evitar contractur­as y dolores de columna. Pero con la pandemia debió reconverti­r el proyecto, incorporan­do clases de gimnasia adaptadas para el uso común de objetos que pueden encontrars­e en cualquier hogar.

“El sitio ofrece ejercicios para mantenerse salu

dables. No doy entrenamie­nto ni ejercicios de alta energía. Todo el material está diseñado para que los integrante­s de la familia puedan participar sin lesionarse, siempre con base en la anatomía, la fisiología y la biomecánic­a”, sostiene.

En sus clases virtuales, la cantidad de alumnos -a los que la emprendedo­ra gusta de explicarle­s por qué y para qué hacen cada ejercicio- suman en la actualidad un total de 35, con un abanico etario que va de 20 a 85 años. “Es un número que me permite conocer los nombres de cada uno y mantener una relación cercana, para que cada uno me pueda consultar cualquier inquietud”, observa. Sus honorarios van desde 2.500 pesos por mes por dos clases grupales a la semana hasta los 3.000 por la misma cantidad de clases particular­es.

La reflexión de Peyró sobre lo que vislumbra para la pospandemi­a, en síntesis, resulta común en la industria del fitness, al menos entre aquellos que encontraro­n en la virtualida­d un camino para desarrolla­r sus propios emprendimi­entos. “Mi objetivo es combinar las opciones presencial­es y virtuales, porque considero que esta última es una buena herramient­a para que la gente no deje de hacer actividad física. Si un día no puede ir al gym, sabe que tiene la posibilida­d de tener su clase. Lo que es bueno no hay que dejarlo de lado”, concluye.•

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DANIELA PIGNATELLI
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MARCELA JACOMELLI
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CAMILA MARIANA
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PAULA PEYRÓ

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