Emprendedores locales en la tendencia foodtech.
Nuevos emprendimientos locales se suman a la tendencia global del desarrollo de alimentos, sobre todo a base de plantas, gracias al uso de tecnología.
La tendencia es clara. Se prevé que el mercado global de alimentos a base de plantas crezca en el mundo a una tasa compuesta anual del 11,9% hasta 2027, para alcanzar los 74.200 millones de dólares. Así lo proyecta la firma de consultoría e investigación de mercado india Meticulous Research.
Las razones de la adopción de alternativas lácteas, sustitutos de la carne y huevos de origen vegetal se encuentran tanto en la oferta como en la demanda. En un sentido, debido al aumento de incidencia de la intolerancia a la proteína animal, al incremento de la población vegana y a la paulatina toma de conciencia de muchos consumidores sobre la necesidad de producir mejores alimentos de manera sostenible. En el otro, a raíz de las inversiones de riesgo recibidas por los fabricantes de productos de origen vegetal y la creciente investigación y desarrollo de nuevos productos.
El interés de los gigantes de la alimentación en este segmento es evidente. Danone ya se había puesto a la vanguardia con la compra de la productora estadounidense de alimentos y
bebidas vegetales WhiteWave Foods, en 2017. Pero el año pasado, Cargill apostó al segmento, junto con el holding de cadenas de comida rápida Yum China. Y Pepsico hizo lo propio, al adquirir la fabricante de salchichas sin carne Bai Cao Wei.
La lista de grandes jugadores del mercado de productos alimenticios a base de plantas también incluye a las californianas Beyond Meat e Impossible Foods -financiadas por Bill Gates y Google, entre otros inversores de riesgo-, las australianas Sanitarium Health y Wellbeing y la coreana Sahmyook -las tres pertenecientes a la Iglesia Adventista del Séptimo Día-, junto con las canadienses Garden y Daiya.
En este escenario, flamantes startups fundadas en nuestro país vienen sumándose a esta tendencia global del mercado de alimentos, sobre todo como proveedoras de materias primas, gracias al uso de nuevas tecnología. Es el caso de la desarrolladora de productos no-GMO (es decir, sin organismos genéticamente modificados) a base de arvejas, garbanzos y porotos Elementa Foods. Más precisamente, de harinas y texturizados.
“Trabajamos en toda la cadena de generación
Se prevé que el mercado global de alimentos a base de plantas crezca en el mundo a una tasa compuesta anual del 11,9% hasta 2027.
de materias primas saludables. Tenemos una división de semillas con la que no sólo abastecemos al productor sino que lo acompañamos en el proceso de producción. Contamos con un equipo especializado en nutrición humana y animal que trabaja en la transformación de ambas industrias con ingredientes y materias primas sustentables. Es decir que nos involucramos en la producción agrícola y también en los procesos de transporte e industrialización”, indica Gastón Saint Paul, CEO de la startup creada a mediados del año pasado.
El emprendedor coincide en que la demanda global está volcada al consumo de alimentos más saludables y sustentables. Pero destaca que requieren de trazabilidad desde su obtención hasta su llegada al consumidor final, así como de eficiencia en el procesamiento. “En nuestro caso, desarrollamos un producto tecnológico que trabaja junto con IBM FoodTrust sobre blockchain. Nos permite registrar toda la cadena de valor, de forma tal que garanticemos la transparencia del proceso desde la genética utilizada en el campo hasta el empaquetado del producto final”, continúa el vocero de la firma, que prevé superar los 1.100 millones de pesos en ventas en este 2021.
Bajo esas condiciones, entiende que desde la Argentina, Chile y en el futuro Brasil pueden transformarse en un oferente de proteínas alternativas para los mercados de Europa y Asia. “La ventaja comparativa respecto de nuestros competidores es nuestra integración vertical en la cadena, trabajando directamente con los productores e involucrados en la aplicación de tecnologías desde la obtención de materias primas. Esto nos permite garantizar la inocuidad y calidad de los productos que ofrecemos”, completa.
Por supuesto que, al tratarse de una tendencia en auge, no resulta el único ejemplo. Otro caso es el de Tomorrow Foods. Fundada en 2018, la
se dedica al desarrollo de soluciones integradas llave en mano, compuestas por proteínas vegetales, ingredientes funcionales e innovación, en un esquema B2B cuyo perfil de cliente es el de las pymes de alimentos y bebidas.
“Montamos en conjunto con el INTI, en el Centro de Agroalimentos de Pergamino, una planta piloto de extracción y aislación de proteínas, que nos permitió desarrollar un portfolio diversificado a partir de cultivos de arveja, garbanzo, poroto mungo y arroz de producción sustentable. Esa es la base del ingrediente principal de las soluciones que desarrollamos para la industria alimentaria”, sostiene Agustín Belloso, cofundador y CEO de la firma.
La iniciativa se financió con una ronda de 500.000 dólares, inversión que corrió por cuenta de la aceleradora de emprendimientos Grid Exponential. “Ya inauguramos el laboratorio de investigación, desarrollo y aplicaciones. Ahora, estamos finalizando el montaje de una planta industrial de extracción y aislación. Y avanstartup
zamos con una nueva ronda de inversión para llevar al mercado nuestros primeros productos”, aclara el emprendedor, quien estima alcanzar este año ventas por 600.000 dólares.
“A diferencia de las grandes empresas de ingredientes, que venden commodities, nosotros desarrollamos soluciones proteicas integradas a partir de cultivos de producción local. Como nuestra plataforma de investigación, desarrollo y producción se encuentra verticalmente integrada desde el campo hasta la formulación final, nos permite velar por la sustentabilidad, seguridad y calidad de nuestros productos. También podemos ofrecer trazabilidad y ajustar cada eslabón del proceso para maximizar la performance de nuestros ingredientes y soluciones”, concluye.
Un segmento particular de proveedores de foodtech, en tanto, se aboca a reemplazar con opciones naturales los colorantes, sabores y fragancias utilizados en la industria alimentaria que son derivados del petróleo. Una de esas opciones es el caso de la rosarina Michroma, fundada en agosto de 2019. Se trata de una startup de biotecnología, dedicada al desarrollo de una plataforma para producir dichos ingredientes naturales de forma escalable y sustentable.
Así lo explica uno de sus socios cofundadores, Ricky Cassini: “Muchos de los alimentos utilizan aditivos, que permiten hacerlos más atractivos de forma muy económica y con buen rendimiento. Pero están relacionados a problemas para el medio ambiente y para nuestra salud. En tanto,
las opciones naturales provenientes de agricultura son mucho más caras, tienen problemas de rendimiento y utilizan enormes recursos naturales, como agua y tierras, para su producción”.
Michroma ya levantó fondos por 600.000 dólares, de parte de Grid Exponential e Indiebio, y desarrolló su primer colorante de alto rendimiento para alimentos. Está manufacturado mediante el empleo de hongos como biorreactores, en un proceso similar a la producción de cerveza. “Estamos prototipando nuestro colorante rojo con empresas de alimentos, bebidas y golosinas. De hecho, ya contamos con una carta de intención de Danone”, subraya Cassini.
PARA EL CONSUMIDOR
Las proyecciones para el mercado de proteínas vegetales son más moderadas. Según la firma de investigación de mercado india Mordor International se elevan a 9.400 millones de dólares para 2024, a los que se sumarían otros US$4.000 millones aportados por las proteínas derivadas de los hongos y de las algas, gracias a un crecimiento anual de entre 7 y casi 9%.
Hay coincidencia en que el segmento B2C tendrá la mayor participación del mercado general de productos basados en plantas. Meticulous Research lo atribuye al aumento de las ventas de estos productos, tanto en las tiendas
físicas de los súper e hipermercados como en el sector minorista online, junto con el alza de los gastos de los consumidores veganos.
De esta manera se entiende, por ejemplo, el crecimiento de The Not Company, la startup chilena fondeada por Jeff Bezos, el creador de Amazon. A sus NotIceCream, NotMilk y NotBurger producidos en base a plantas acaba de sumar tres nuevas variedades de su NotMayo -con harina de garbanzo en lugar de huevo, más el resto de los componentes habituales de la mayonesa-, con ajo, páprika picante y aceite de oliva. La firma cuenta con un algoritmo de machine-learning, bautizado Giuseppe, que analiza los alimentos de origen animal y diseña copias con base vegetal.
Otra opción dirigida a los consumidores finales es la que propone Innomy, una plataforma de productos fungi-based meat. “Cultivamos alimentos enteros basados en proteína fúngica, que replican la experiencia de consumir carne, con bajo impacto ambiental y los beneficios nutricionales únicos de los hongos, al contener grandes cantidades de vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales. Nuestros primeros productos son hamburguesas, salchichas y nuggets. En una segunda etapa, prevemos desarrollar cortes enteros,
emulando las carnes de vaca, cerdo, pollo y pescado”, precisa Juan Pablo De Giacomi, socio cofundador de la iniciativa creada el año pasado.
“Reunimos 150.000 dólares y tenemos asegurados los capitales para el armado de la planta piloto. Ya tenemos acuerdos comerciales en Brasil y España, donde estamos siendo acelerados por el programa Spain Food Tech, coordinado por la aceleradora Eatable Adventures. Tenemos la intención de vender tanto con nuestra marca como producir para terceros”, señala el emprendedor, que calcula despachos por 200.000 dólares una vez concretado el lanzamiento de los productos, antes de fin de año.
De acuerdo con el representante de la startup, que busca una ronda de inversión de 1.500.000 dólares, los consumidores de este tipo de propuestas procuran suplir la ingesta de carne durante la semana por alimentos ricos, saludables y de producción sustentable. “Incluso los restoranes y hoteles están buscando opciones veganas. Una de nuestras ventajas es que el almacenamiento de los productos no requiere refrigeración, lo que genera grande beneficios en materia de logística”, concluye.•