Acytra: una nueva perspectiva
“Vamos a lanzar una línea de cerraduras inteligentes y expandirnos en el exterior. Y estamos sumando las plataformas digitales, en contacto con el consumidor”.
Pioneros desde hace 60 años en cerraduras, ahora se aprestan al lanzamiento de productos inteligentes. Lograron aumentar la demanda en plena pandemia y evalúan, por primera vez, incursionar en el universo digital para llegar a un nuevo nicho de consumidores.
René Alfredo Billino inició su emprendimiento de carpintería metálica y herrería de obra en septiembre de 1947. Lo que hoy es Acytra comenzó en la localidad bonaerense de Sáenz Peña, en el partido de Tres de Febrero. Comenzó como una herrería de obra y luego se dedicó a la carpintería metálica y la la fabricación de muebles metálicos para oficinas y cajas fuertes. A partir de 1961 se especializó en la producción de líneas de cerraduras, cerrojos y candados de seguridad.
Acytra nunca había estado presente en plataformas digitales. “Esta industria se caracteriza por estar presente físicamente”, dijo Myriam Billino, hija del fundador y actual directora de la compañía. Y agrega que la campaña del HSBC les sirve para abrir nuevos frentes. “La campaña “Se vio materializada por el retorno directo de los consumidores finales, por lo que queda abierta la opción de ir por esta vía, en especial con las cerraduras digitales”, afirmó.
La impronta innovadora de Acytra proviene de su fundador. Alfredo Billino pasó dos años y medio desde que tuvo la idea de fabricar una cerradura de seguridad hasta que la concretó. Durante ese período fabricó las nuevas maquinarias, ya que hasta ese entonces las cerraduras eran en su gran mayoría a cilindro. A lo largo de su trayectoria, Billino registró 41 patentes de invención.
“Se desarrolló tanto la maquinaria como la matricería para la producción y se obtuvo la patente de invención del primer cerramiento de seguridad superior para puertas domiciliarias, algo sorprendente para un hombre que apenas había terminado séptimo grado”, agregó su sucesora.
La llegada de la segunda generación extendió y consolidó el alcance de la marca. “Logramos unos 1.500 clientes en 20 provincias, incluyendo cerrajerías, ferreterías, distribuidores y licitadores, con una cartera de más de 300 artículos entre candados, cerraduras y cerrojos”, enumera Billino. Hoy ya está incorporada la tercera generación, enfocada, según Billino, en intensificar los procesos productivos. ¿Objetivos a futuro?
En lo inmediato, lanzar una línea de cerraduras inteligentes con el respaldo de Kaasdas, compañía hightech reconocida en este rubro. Más adelante, expandirse en el exterior.
Con 14% de su planta de empleados como población de riesgo por la pandemia, la empresa debió contratar personal para suplirlos. Había preocupación por la continuidad del negocio y la estabilidad de las 40 familias que dependen de la empresa. “Otro inconveniente fue la escasez de materia prima”, dice Billino. “En lo personal fue muy duro, porque considero a todo el equipo como mi familia y me siento responsable por todos ellos”, aporta.
No obstante, la demanda aumentó. “Nuestros competidores no estaban trabajando, algunos no tenía dónde invertir sus pesos y otros se cubrieron de posibles aumentos”, señaló la empresaria.
Mirando hacia adelante, aparecen numerosos desafíos. “En lo externo, los desafíos son las dificultades de acceder a financiamiento y la necesidad de una reforma laboral, impositiva y de política de comercio exterior. Hacia adentro, buscamos optimizar la cadena de abastecimiento, incorporar tecnología y desarrollar productos para acceder a mercados nuevos”, detalla Billino. “Y estar presentes en plataformas digitales, para tener devolución del consumidor”.