Desarrollos “de nicho”
Inmunova procuró atacar desde su origen la enfermedad conocida como Síndrome Urémico Hemolítico, la cual sigue generando miles de casos de mortalidad infantil cada año, en el mundo y en la Argentina en particular.
“Para las grandes multinacionales un desarrollo que pueda vender algunos cientos de millones de dólares al año no es un gran negocio. Hay áreas que van quedando olvidadas porque a veces no hay ahí suficiente negocio para las multinacionales grandes, pero puede ser una cuestión estratégica en países como la Argentina. Eso es lo que ocurre con el Síndrome Urémico Hemolítico, la Argentina es uno de los países con más casos por población, todos los años”, explica Spatz. “Eso sin duda para nosotros es una oportunidad como científicos. Y desde el negocio, nos permite desarrollar aportes para el país y la ciencia a nivel mundial. Nuestros avances con el SUH tuvo realmente un impacto muy grande: vamos a los congresos mundiales de la especialidad y, la verdad, hay mucha gente que es muy reconocida mundialmente que colabora con el proyecto, que aporta y que tiene grandes esperanzas de que vaya a funcionar”.
El desarrollo de Inmunova, junto al Conicet, está patentado en 25 países.
-¿Aquellas patentes se tradujeron en productos que salieron al mercado?
-No, las patentes fueron las bases de dos productos. Lleva mucho tiempo en biotecnología investigar y llevar un producto al mercado. Muchas veces es un proceso de 10 años: desde que uno tiene una idea como un concepto y cierto conocimiento, a que realmente tenga un producto aprobado por la autoridad regulatoria, eso implica investigación, desarrollo, pruebas de concepto, después preclínicos (pruebas en animales) y luego vienen los ensayos clínicos en fase I, II y III. Llevar todo eso a escala mundial lleva en promedio 10 años. -Antes de la pandemia veníamos trabajando también en otra enfermedad grave para nuestro país, el virus Hanta, con el Instituto Malbrán, proyecto que también hubo que frenar. El Hanta virus también es un tema muy complejo, que genera epidemias. En este tema también trabajamos con un concepto muy similar, o sea un suero capaz de neutralizar el virus cuando empieza la enfermedad. En la última epidemia, además de los ratones como factor de transmisión, la hubo de humanos a humanos.