Cada año, una máquina nueva
Se la conoce como la empresa que inventó la bolsa de papel en la Argentina, ya que hasta su a parición en el mercado sólo se conocían las bolsas de plástico. “En 1973 yo estudiaba abogacía y un compañero me convenció de empezar a fabricar sobres para corbatas, con la idea de solventar mis estudios y gastos personales. Pero poco tiempo después, como el negocio mejoraba, agregué la venta de bolsas artesanales, de cartulina, para marcas importantes. Aproveché que había abierto ese canal”.
Quien así se expresa es Roberto Pedro Guerrieri, socio fundador de Romi Pack, una empresa radicada en el parque industrial La Cantábrica de Morón, con una planta de 17.000 m2 y 220 empleados, que ha llegado a producir más de 700 mil bolsas de papel por día.
Firmas como Sarkany, Cheeky, Cardon, Grimoldi, Legacy y Wineri, entre muchas otras, han confiado la producción de sus bolsas de venta a Romi Pack.
Guerrieri asegura que todos los procesos del ciclo de vida del papel son “huella de carbono negativa”, hoy un plus para la imagen de la marca, dentro de buena parte del espectro empresario.
La primera inversión de la empresa fue una máquina semiautomática comprada en Brasil, financiada con recursos propios. Pero de ahí en más, la firma fue tomando créditos a medida que iba creciendo. De ese modo fue financiando infraestructura, capital de trabajo, pago de sueldos y de proveedores.
“A los pocos años de estar en el mercado, con el negocio creciendo, incorporé máquinas italianas para impresión y confeccionadoras automáticas de origen japonés, que financié con reinversión de utilidades y líneas del Eximbank de Japón y de los bancos locales Provincia y Nación”, dice Guerrieri.
El empresario reveló que a lo largo de los años mantuvo una regla simple, pero exigente: incorporar un bien de capital de la más alta tecnología mundial por año. Para eso, cuenta, debía estar muy al tanto de las novedades e innovaciones que iban surgiendo en el mundo de la industria fabricante de bolsas. Y a la par, tenía que estar informado acerca de las alternativas de financiamiento de esos bienes.
Pero la mayor inversión de Romi Pack en su trayectoria ha sido la adquisición de un predio en La Cantábrica, que concretó en el año 2000, junto a la posterior construcción de la planta fabricante. En conjunto, el proyecto demandó una inversión superior a un millón de dólares.
La empresa no estuvo al margen de la fuerte recesión del mercado interno, en particular durante los meses de la cuarentena. “El 70% de nuestra facturación está enfocada en indumentaria y calzado, dos rubros que estuvieron muchos meses inactivos. Era imposible cobrar lo facturado o exigir el pago de cataratas de cheques rechazados ante una situación de impotencia de nuestros clientes que siempre habían sido impecables pagadores”, dice Guerrieri.
Con todo, el empresario no deja de mirar hacia adelante y a poco de empezar el 2021 ya había decidido la inversión para este año: una nueva planta de tratamiento de efluentes y la actualización de Sistema de Gestión. Una inversión del orden de los U$S 150.000, que será financiada con un crédito de la Línea de Inversión Productiva de Banco Provincia.
“Indumentaria y calzado estuvieron muchos meses inactivos. Siempre habían sido impecables pagadores, pero se produjo una catarata de cheques rechazados”.