El Mercosur y las pymes, a 30 años
Diez casos de empresas que siguen apuntando a los países del bloque comercial para hacer negocios.
Transcurridos 30 años desde su nacimiento en el Tratado de Asunción, el Mercosur cosecha más críticas que elogios entre especialistas en comercio internacional y grandes empresarios locales o de multinacionales, pero suele ser defendido por buena parte de la comunidad pyme.
Para unos la experiencia regional se quedó en el tiempo y para otros ha sido un buen vehículo de internacionalización de las empresas, que en todo caso debe aceitar algunos de sus instrumentos. Si hay un dato insoslayable es que los flujos comerciales en la región pierden intensidad con el paso del tiempo.
Ricardo Rozemberg, economista, profesor de la Universidad de San Martín y consultor del Intal, dijo que el espacio conformado inicialmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay resultó de gran importancia para el desarrollo de negocios externos, sobre todo de pymes manufactureras.
“Diez años después del Tratado de Asunción de 1991 que fundara el Mercosur, 40% del total de ventas al mundo de las pymes industriales argentinas era a los países socios. Casi una década después, en 2010, esa participación se había reducido a 38,5%. Para 2019, más cerca en el tiempo, es de menos de 20%”, afirmó dice Rozemberg.
Crisis recurrentes, generalmente derivadas de la inestabilidad macroeconómica, asimetrías productivas, financieras e impositivas entre los países miembro, actuaron potenciando las interrupciones o desvíos comerciales, relativizando las chances de internacionalización de las firmas de la región.
Félix Peña, director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación
ICBC, afirmó que para las pymes el Mercosur representa algunos pros y otras tantas contras.
“Entre las ventajas pueden mencionarse la ampliación del mercado y la posibilidad de que las pymes operen del otro lado de la frontera. También del potencial efecto de tornar más atractivo invertir en una pyme, con ventajas para operar en un mercado de gran tamaño”.
Agregó Peña: “Entre las desventajas figuran el aumento de la competencia resultante de ese mercado más amplio y las incertidumbres respecto a las promesas de acceso, así como las condiciones económicas para operar en el mismo”.
Con lógica similar Julieta Zelicovich, especialista en Relaciones Internacionales y profesora de la Universidad Nacional de Rosario, señaló que el principal efecto positivo del proceso de integración regional fue la eliminación de aranceles para el comercio entre los países socios. Pero no fue el único.
“La desgravación arancelaria impulsó el intercambio de bienes, algo que se vio especialmente en la década de los 90. En segundo lugar hay cuestiones menos difundidas, como una agenda específica para abordar la problemática de las pymes en frontera. La mesa de coordinación y agenda específica no es menor y claramente logra marcar una diferencia con otros procesos de integración”, dijo.
Rozemberg aseguró que el primer período de expansión de los negocios en el ámbito
del Mercosur, durante los años 90, se dio en el contexto de la estabilidad macroeconómica, tanto en Brasil como en Argentina. Y que aquella estabilidad “macro” propició la mejor versión de la integración.
“En aquel marco de estabilidad regional, la apertura impulsó a empresas de diferentes tamaños y actividades a ensayar operaciones, no sólo de exportación y de importación con los países vecinos, sino también de tipo estratégico, abarcando iniciativas que iban desde joint ventures hasta aprovechamiento de canales de distribución y esquemas de cooperación técnica y/o tecnológica”.
En sentido contrario, apuntó Rozemberg, los desequilibrios posteriores cambiaron el mapa de negocios.
“Entre 2003 y 2007, el Mercosur registró una recuperación parcial y luego un período con altibajos hasta 2011. Desde entonces transcurrió una década perdida en términos de crecimiento, inversiones y exportaciones”.
ARANCEL
En los últimos años, a medida que avanzaba el proyecto de libre comercio con la Unión Europea, se fue instalando una consigna, aun no concretada: la de una progresiva flexibilización del Arancel Externo Común, a fin de facilitar el ingreso de bienes y servicios de extrazona y eventualmente avanzar hacia acuerdos con terceros países en forma unilateral.
“Es importante que las pymes tengan claro qué se proponen los países del Mercosur cuando hablan de flexibilizar el arancel externo común, así como cuando negocian acuerdos con otros países y bloques comerciales. Esas cuestiones no van a ser posible responderlas hasta que no se conozcan las propuestas concretas de los respectivos gobiernos en ese sentido”, dijo Peña.
Para Jelicovich, el impacto de las reducciones en el arancel externo común debe ser analizado en términos sectoriales. “En el caso de los insumos, especialmente de aquellos que no se producen localmente, la reducción tarifaria debería tener un impacto positivo sobre la competitividad de las pymes. La clave de esta reducción es apuntar a la progresividad del arancel en función de la agregación de valor, y considerando sectores sensibles y estratégicos”, dijo. “El Mercosur debería priorizar la cohesión del bloque a efectos de preservar el margen de preferencia y de facilitar el comercio intrazona, reduciendo las barreras, revisando las normas de origen y mejorando la infraestructura”.
Según Rozemberg, la recuperación del Mercosur requiere de políticas domésticas y regionales. En lo nacional, sugierió, hace falta estabilizar la economía y generar un escenario de crecimiento sustentable que impulse a los empresarios a tomar decisiones de inversión e innovación. Y en lo regional, para Rozenberg hay que canalizar los esfuerzos por afianzar el libre comercio intrazona, fomentando la ampliación de las cadenas regionales de valor y las asociaciones empresariales conjuntas.
“Con las políticas apropiadas será factible recuperar el dinamismo y aprovechar algunas de las buenas noticias que nos va a dejar el contexto post pandemia: un mundo digital mucho más desarrollado, que puede habilitarnos a superar la limitación de vivir lejos de los mercados de consumo más importantes”, dijo.
En la siguiente producción, te mostramos diez casos de empresas que, a contrapelo de la “década perdida” dentro del Mercosur, hacen o buscan hacer negocios dentro del bloque regional.•