“Más que una oportunidad, la crisis siempre es un bajón”.
Una encuesta a casi 500 dueños de pequeñas y medianas empresas realizada por la Asociación de Directorios Asociados (Adiras) arroja que para casi el 95 % la transición y sucesión empresaria son temas importantes, estratégicos, pero no prioritarios. Tal es así que sólo un 33% tiene diseñado un plan que favorezca la sostenibilidad de las empresas con protocolos familiares, o bien estructuras organizacionales con roles establecidos. “Es una situación natural en las pymes ya que el día a día verdaderamente agobia, en tanto que la falsa creencia del dueño como factor único e indispensable aún predomina. Ese es de los grandes mitos a desterrar”, afirmó Alejandro López Tilli, titular de Adiras, para quien “tener un protocolo familiar o de transición empresaria es una herramienta que apacigua muchos dolores de cabeza futuros y, al mismo tiempo, favorece mayores niveles de previsibilidad”. Una pregunta que se desprende del relevamiento es si la “sostenibilidad” de la empresa en el tiempo es una meta en sí misma. Lo cierto es que 14% de los encuestados directamente se desentendió de este valor asociado a las empresas. Para ellos la continuidad de la organización no es un objetivo, sino que su propósito está más vinculado con la rentabilidad.
Del 86% que sí afirmó tener expectativas sobre el futuro de sus organizaciones, las conclusiones también son diversas. De esos 430 dueños, apenas un 32% preferirían que sus herederos continúen con la empresa, mientras que otros se enfocarían en vender el 100% del negocio y asegurar el futuro económico de ellos (29%). En menor medida, sólo el 21% incorporaría un gerente que se ocupe de la operación, en tanto que un menor porcentaje (18%) incorporaría un socio en vistas de apaciguar obligaciones y traer algo de calma económica.
“Esta disparidad está asociada al porvenir que los dueños ven en la empresa, en la conveniencia de incorporar herederos en la plana directiva y decisoria, algo que puede ser contraproducente, y en el costo o fatiga del dueño que experimentó situaciones complejas y desearía alivianar el camino futuro”, agregó dice el titular de Adiras. En relación a la planificación de su propio retiro, 39% respondió que seguirán como accionistas de la empresa.
Entre quienes se imaginan dimitiendo, un 34% se ve asesorando a los sucesores y un 27% dimitiendo y desentendiéndose del negocio.
En otro orden, sólo un 39 % ha hecho una valuación de su empresa.
A su vez, 79 % de los encuestados admite tener algún proyecto propio alternativo a la operación de la firma. “Típicamente, estos dueños han hecho un gran esfuerzo para crear una empresa y es común que desconozcan o no se interesen en su valuación. ¿Por qué?, En no pocos casos, esa valuación no se condice con el giro del negocio”, explicó López Tilli.