Cannabis: un sector con laboratorios y emprendedores.
El anuncio presidencial de un plan para impulsar este tipo de producción abre el camino a fabricantes y proveedoras de insumos, en un mercado que podría multiplicar su volumen en los próximos 5 años. Quiénes son los jugadores en Argentina. por maría Gabr
Apartir de la reglamentación de la Ley 27.350 en noviembre del año pasado, que posibilita la investigación y uso medicinal del cannabis; y tras el anuncio presidencial, el primero de marzo, del envío de un proyecto de ley al Congreso para impulsar su industrialización local, comenzó a delinearse un nuevo sector productivo. Cultivadores, proveedores de sustratos e insumos, grow shops y laboratorios farmacéuticos que elaboran medicamentos en base al cannabidiol (CBD), son parte de esta cadena.
Pampa Hemp es un emprendimiento para la producción de marihuana con fines terapéuticos fundado por Sebastián Tedesco y Pablo Fazio, en 2017. Por entonces se había sancionado la primera ley que legalizó su uso para el tratamiento de la epilepsia refractaria.
Este año, con un marco legal más amplio, firmaron un acuerdo de cooperación con el INTA para comenzar las tareas de investigación y elaboración de insumos para cannabis medicinal en un campo de la provincia de Buenos Aires.
“Al comienzo fueron más las frustraciones y los obstáculos, ya que la primera ley estaba hecha para importar y no para generar una industria local”, dijo Tedesco, quien además es diseñador. “La nueva reglamentación permite el cultivo y la producción local, con la condición
“La nueva reglamentación permite el cultivo y la producción local de cannabis, con la condición de firmar un acuerdo con el Conicet o con el INTA”.
de firmar un acuerdo con el Conicet o con el INTA”, explica.
“La idea es avanzar en la industrialización del cannabis para su uso en salud humana, pero existen otras posibilidades como productos veterinarios, cosmética, alimentos, bebidas, textiles, biocombustibles, bioplásticos y bioconstrucción”, agregó Fazio, politólogo e impulsor de la Cámara Argentina de Cannabis (ArgenCann). La entidad fue creada a fines de 2019 y agrupa a un centenar de emprendimientos.
El objetivo del convenio firmado por Pampa Hemp y el INTA es impulsar la producción local de materias primas para uso farmacéutico. El foco es desarrollar técnicas de cultivo de diferentes variedades genéticas, y diseñar protocolos de producción con tecnologías locales de trazabilidad, inteligencia artificial, automatización y monitoreo de cultivos.
Las variedades buscadas tienen un alto componente de CBD, un cannabinoide sin efectos psicoactivos, cuyo uso mostró resultados positivos en el tratamiento de patologías como la epilepsia refractaria y el dolor crónico (a diferencia del THC, “tetrahidrocannabinol” que sí tiene efectos psicoactivos).
El producto obtenido será comercializado a laboratorios públicos y privados que producirán aceite de cannabis medicinal, un insumo que actualmente se importa.
En una siguiente etapa, el plan es desarrollar genéticas propias y crear un banco de semillas. Además, se espera exportar aceite de alta calidad, con certificación para los mercados internacionales.
Los fundadores de Pampa Hemp planean invertir hasta u$s 1,2 millones y para eso están armando
una ronda de inversión. Por el momento trabajan en el emprendimiento ocho personas, incluyendo a los socios fundadores y a técnicos del INTA asignados al proyecto. “Probablemente dupliquemos la dotación el próximo año”, dijo Tedesco. “La idea es ir escalando la producción para abastecer primero al mercado local y luego exportar”.
GROW SHOPS
Damián Barone empezó en 2011 a cultivar cannabis con un amigo en su casa. “Él ponía el conocimiento y yo el espacio y el riesgo. Comprábamos insumos en los viveros y nos enteramos que había un grow shop (tienda especializada) en Palermo, que atendía con persianas bajas. Un poco guiados por ellos, decidimos abrir “Cultivo Urbano” en San Telmo. Invertí mis ahorros en el alquiler, mientras seguía con mi trabajo de trámites en moto. El local era una mezcla de vivero, ferretería y tienda de iluminación, pero no vendíamos semillas, plantas ni flores”, afirmó Barone.
Así transcurrieron casi seis años, con el negocio creciendo por el boca a boca, hasta que en 2017, con la sanción de la primera Ley de Cannabis Medicinal, los socios abrieron un segundo local y Barone dejó su trabajo de motoquero.
Hoy, cuentan con 22 franquicias tanto en Buenos Aires como en
Salta, Comodoro Rivadavia, Santa
Fe y Tucumán. También venden por Mercado Libre y lanzaron productos propios: bandejas de riego, tutores de plantas, luces.
Junto a un nuevo socio, Marcelo Zuvic, quien tenía una empresa de ventilación industrial, comenzaron a fabricar productos propios. Hoy emplean a 40 personas entre fábrica, distribuidora y locales. “Tenemos cinco marcas, más de 100 artículos distintos y abrimos la distribuidora Santa Planta, que abastece a 800 grow shops en todo el país. En pandemia triplicamos las ventas, y reinvertimos constantemente”, agregó Barone.
LABORATORIOS QUE SE SUMAN
Géminis Farmacéutica es un laboratorio fundado hace casi 30 años, que en 2015 comenzó a indagar las propiedades medicinales del cannabis.
“Apuntamos a especialidades aprobadas, como el uso en epilepsia refractaria. En una segunda etapa podríamos proveer a farmacias que hagan recetas magistrales y no descartamos elaborar suplementos fitoterapéuticos”, comentó Carlos Eraldo, al frente de la compañía desde que compró su paquete accionario en 2008.
Para Eraldo, “la producción de cannabis medicinal está avanzada en muchos lugares del mundo y Argentina tendría que estar en la punta de la ola, ya que contamos desde posi
bilidades climáticas para el cultivo, hasta las tecnologías y una industria farmacéutica capacitada. Pero muchos desarrollos están frenados por cuestiones burocráticas, ya que se requieren muchas autorizaciones y hoy el ANMAT está abocado a la pandemia”, apuntó.
El laboratorio Melacron, fundado por la ingeniera en alimentos Paula Lanzelotti y el ingeniero industrial Mauricio Maldonado, se dedica desde hace 20 años al análisis de calidad de productos alimenticios. Desde la ciudad bonaerense de Mercedes, hoy es referente internacional en el ámbito de exportación de miel.
Los emprendedores desarrollaron, a comienzos de los 2000, un método propio para detectar y dar trazabilidad a embarques de miel con nitrofuranos, un antibiótico prohibido que impedía el ingreso de la producción argentina a la Unión Europea.
Con este expertise, se lanzaron a ofrecer sus servicios a apicultores de toda la región. Y desde 2017, a partir de la autorización del uso de marihuana con fines medicinales, empezaron a enfocarse en análisis de calidad del cultivo de cannabis.
“Invertimos casi US$ 500 mil en equipamiento, que se usa también en otros análisis de alta complejidad”, dijo Lanzelotti. “En el cannabis es fundamental evaluar sus principios activos: el CBD, que aporta las propiedades terapéuticas, y el THC, componente psicotrópico. Un producto medicinal debería ser alto en CBD y con proporciones bajas o sin THC”, explicó la especialista.
“Tenemos la infraestructura y el personal capacitado para hacer este tipo de testeos, para cuando comience la producción local de fármacos en base a cannabis”, agregó. “Farmacéuticas del exterior nos han pedido este servicio, pero no podemos cumplirlo aún porque por temas regulatorios, las muestras no pueden ingresar por aduana”.
Según Grand View Research, las ventas globales del mercado legal de marihuana sumaron 24.600 millones de dólares en 2020.
UN NUEVO SECTOR
Como muchos emprendedores del rubro, Guillermo Scheffer empezó siendo auto-cultivador y detectó una oportunidad de negocio en el armado de lámparas especiales para cannabis, hace 12 años. “Buscaba alternativas de iluminación que consuman menos energía y dí con un distribuidor de lámparas LED. Armé un prototipo adaptado para un cultivo urbano y empecé a venderlo en Internet y tiendas de productos cannabicos”, contó Schefffer.
Hoy tiene un taller en Wilde donde trabajan nueve personas y fabrica 5 modelos de lámparas para horticultura, jardines verticales y cannabis. “Las luces LED son importadas de China, pero el resto de la lámpara es 100% de fabricación nacional”, afirmó. También desarrolló un tablero de control para medir el PH del suelo y agua; una electroválvula de CO2 para fotosíntesis, ventiladores y luces. “Tenemos algunos clientes finales, pero la mayoría de nuestros productos se venden en grow shops, porque allí las personas reciben un asesoramiento de cómo usarlos”, destacó Sheffer.
“Estamos ante el surgimiento de una nueva industria en un sector muy dinámico, colorido y diverso”, apuntó Fazio, de la Cámara del Cannabis. “Hay jugadores en toda la cadena de producción. Además, también son parte los laboratorios farmacéuticos y de control de calidad”.
Se trata además, de uno de los sectores que más innovación e inversiones está atrayendo a nivel mundial. Un informe de Grand View Research sobre el mercado legal de marihuana estima que las ventas globales alcanzaron los u$s 24.6 mil millones en 2020 y crecerán a dos dígitos por la demanda para su uso en terapias oncológicas y tratamiento del dolor.
En tanto, la consultora Data Bridge proyecta que las ventas alcanzarán u$s 42.700 millones para 2024 y se duplicarán para 2027, alcanzando los millones.• u$s 90.000