Una imperfecta unión aduanera
A 30 años de su creación, el Mercosur es ante todo una unión aduanera, con un arancel externo común sobre el cual hoy sus socios principales (Brasil y Argentina) no terminan de ponerse de acuerdo. De mercado común hay poco y nada: las barreras paraarancelarias entre los dos países, al comienzo tímidas, se volvieron habituales con la llegada del nuevo siglo y las políticas más proteccionistas a uno y otro lado de la frontera. El caso de la industria automotriz, uno de los ejes a partir del cual fue constituido el bloque, es un caso paradigmático de los alcances del Mercosur y también de sus límites: tras haber recibido a lo largo de 30 años decenas de millones de dólares para la instalación y modernización de sus fábricas, hoy los modelos que la industria exporta fuera de las fronteras del bloque son olímpica minoría.
En ese contexto, por momentos tan precario como ver a los presidentes de Brasil y Argentina lanzarse chicanas en público, hay pymes que encuentran en esta alianza aduanera un aliciente o ventaja para hacer negocios. De eso trata el análisis y los casos de nuestra Nota de Tapa.
En la sección Finanzas, dedicada a las mujeres que invierten en emprendimientos tipo “startups”, un dato clave es mencionado casi al pasar: los fondos de “private equity” internacionales, de manera creciente, van pidiendo reportes de sustentabilidad, responsabilidad social y también de paridad de género a la hora de analizar opciones. El Dossier trata sobre las nuevas emergentes (DARQ, según su sigla en inglés) y ofrece, de manera exclusiva, un reporte de cuáles son las empresas argentinas (más una de Chile) que hacen punta a nivel regional.
Nos vemos en agosto.