Bodegas Lagarde Pioneros en su sector
“Fuimos una de las primeras bodegas argentinas en exportar vino embotellado. Empezamos fuera de la región. Hoy llegamos a 35 países y Brasil es el cliente número uno”.
Fuimos una de las primeras bodegas argentinas en exportar vino embotellado. Empezamos exportando fuera de la región. Hoy llegamos a 35 países y Brasil es el cliente número uno”, dijo Sofía Pescarmona, CEO de Bodegas Lagarde, una de los nombres emblemáticos de la vitivinucultura local.
“Hemos ido aprendiendo a partir de las más altas exigencias de los mercados internacionales”, agregó Pescarmona. “Nos hemos posicionado incluso en mercados no tan tradicionales como Filipinas, Grecia o Guatemala”.
Bodega Lagarde está ubicada en la localidad mendocina Mayor Drummond, en el departamento de Luján de Cuyo. Fue fundada en 1897 y adquirida por la familia Pescarmona hace 50 años. Cuenta Pescarmona que el dueño anterior soñaba con posicionar los vinos de esa zona entre los mejores del mundo.
“Cuando la familia se hace cargo de la bodega, nos propusimos continuar con la misión de estar entre los mejores”.
La vía elegida fue a través de la innovación productiva. Bodegas Lagarde fue de los pioneros en cultivar cepas no tradicionales en la región, como el Viognier o el Moscato Bianco.
Las primeras exportaciones fueron a comienzos de los años ‘80, a Estados Unidos y Japón, gracias a los contactos internacionales y los negocios de la familia propietaria, en aquel momento muy fuerte en la producción y exportación de turbinas.
“Los volúmenes no eran altos pero sí importantes para la construcción de nuestra imagen y la de Argentina a nivel internacional. Hoy en nuestra colección de vinos antiguos hay contra-etiquetas de cosechas de más de 30 años escritas en japonés, otras en inglés, y eso es algo invaluable”, agregó Sebastián Barboza, gerente general de la bodega.
En los años ‘90 la expansión de las exportaciones continuó a buen ritmo y con el correr de los años la región latinoamericana se convirtió en el destino principal. Según el directivo, las proyecciones son muy positivas más que nada por la cercanía con los países de la región y el consiguiente ahorro en el costo de transporte. No así en materia arancelaria.
“Para mejorar las exportaciones de vino se deben eliminar las barreras que afectan el comercio y promover las condiciones para una competencia justa. Basta mirar el posicionamiento que alcanzó Chile con sus acuerdos de libre comercio con otros países, para entender las mejores condiciones y beneficios arancelarios logrados en mercados como China y Estados Unidos”, señaló Barboza.