El des-desarrollo
PARA EL POLITÓLOGO LUIS TONELLI, LA ARGENTINA PAGA EL PRECIO DE UNA FALLA INICIAL ENTRE LA SOCIEDAD Y SUS DIRIGENTES.
Durante un evento realizado en julio por el Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”, el politólogo Luis Tonelli (USAL) planteó que el principal desafío de la conducción política es revertir el “des-desarrollo”. Estos fueron algunos tramos de su exposición:
“El gran tema de fondo de la Argentina es que se ha ido construyendo mal en términos de la relación sociedad política. Hay una falla inicial que no se resolvió y se ha ido metamorfoseando en muchas y muchas cuestiones y problemas. La falla inicial fue el problema entre provincias, centro y periferia. Es un problema que se da en todos los países. Pero lo que resulta entre trágico y paradójico es el desdesarrollo”.
“Lamentablemente esto es un neologismo pero es real. La Argentina se desarrolló, obviamente no alcanzó el nivel de los países desarrollados pero tuvimos un desarrollo importante. Ahora, se supone que el desarrollo es un proceso sostenible, genera las propias bases de auto sostenimiento. Y en Argentina hemos tenido un proceso de desarrollo que implicó el des-desarrollo. No solamente es un tema paradójico, sino que nos duele en el alma porque esto significa pobreza, horizontes de vidas cercenados y muertes. Horizontes de vida acortados y frustraciones, en un país que es fantástico para vivir”.
“La Argentina tiene desde su origen un problema que sigue teniendo, que es el desbalance territorial. No hay país que haya tenido semejante desbalance. Si uno va a Australia va encontrar un país con desbalance, con desierto, pero las ciudades son más o menos similares. Melbourne, que fue capital en su momento, tiene la misma población que Sidney. También hay otras ciudades más pequeñas como Perth o Darwin, pero hay una distribución que no fue tan exagerada en su distancia, como lo fue en Argentina en 1850”.
“Lo que aquí sucedió es que este problema entre la elite porteña y las elites provincianas se resolvió de una manera típica argentina: institucionalizar el conflicto, meterlo a dentro.
Los Estados fueron diseñados, no para meter un conflicto adentro sino para ser árbitros, para decidir estratégicamente. Aquí, en Argentina, se metió el conflicto adentro. Lo que se hizo fue generar un Colegio Electoral donde siempre tenían mayoría las provincias del interior, lo cual desmiente una burguesía pampeana hegemónica en términos culturales, institucionales”.
“No quiero decir que nuestra Constitución sea mala, la primera parte sobre Derechos y Garantías es lo más avanzado en el mundo. Alberdi la copió de la Constitución de California. ¿Cuál es el problema? Que es una Constitución híbrida: Derechos y Garantías, para traer plata e inmigrantes. Derechos y Garantías para, instrumentalmente, que vengan capitales. Pero la base política es el orden conservador autoritario, entonces ahí hay una contradicción en términos de nuestra propia Constitución. Las gobernaciones hegemónicas fueron respetadas por la Constitución, porque esa era la base del orden político conservador al que se le adosaron estas garantías para que existiera una burguesía pampeana. Pero el eje es la clase política. Si no, no se la volaba de un plumazo”.
“Con esto no quiero decir que no hubo grupos de poder, por supuesto que en la Argentina está lleno de grupos de poder pero finalmente todo termina en un
Estado vaciado de capacidad de arbitrar”. “Y lo que tenemos es un Estado galpón.
¿En qué sentido? Si yo soy piquetero me llevo de una manito lo que puedo al galpón, si soy un gran contratista del Estado vengo con siete camiones y me llevo lo que quiero. O sea, meter el conflicto dentro del Estado termina en un déficit fiscal imparable por definición. S yo al conflicto social lo meto adentro del Estado, también lo transformo en penuria económica. Me parece que ese es el punto”.
“En la Argentina tenemos una clase política que es un ingrediente muy importante en el desarrollo, pero no tenemos su contracara social, no hay dirigencia social. Por eso digo que hay pocos incentivos para la producción, mientras que el funcionamiento del sistema esté ligado a esta lógica del yo te intercambio política por dinero. Esto está en la Constitución, se ha extendido y ahora todos juegan a lo mismo”.
para poder transportar nuestra energía, porque la demanda sigue creciendo. Vamos a tener posiblemente dentro de 10, 15 o 20 años un parque automotor eléctrico, los autos se van a tener que cargar y esa demanda de energía que vamos a necesitar para cargar un auto eléctrico de algún lugar hay que sacarla. De modo que hay que pensar en términos de ser responsables, de cómo manejamos nuestros recursos”.
“Hay que trabajar mucho en la eficiencia energética, un tema que por ahí viene demorado. Se está trabajando pero habría que mejorar la eficiencia energética. Y pensar todo el desarrollo energético a futuro, la manera en que queremos ir a energías más limpias y renovables. La minería también va a tomar un rol fundamental porque se van a necesitar cada vez más materiales eficientes para poder transportar esa energía. Hoy lo estamos viviendo con el litio y las baterías. Cada vez vamos a necesitar más material”.
“Por eso hay que trazar políticas donde podamos reutilizar las cosas, que se puedan llevar adelante programas de no tirar todo. Es un trabajo interesante, un desafío a futuro y la verdad a uno lo entusiasma porque necesitamos mejorar o por lo menos que los índices de nuestro planeta como así lo indican reportes a nivel internacional mejoren, para que mejore el tema del calentamiento y podamos seguir teniendo un mundo para muchas generaciones a futuro”.
ESQUEMAS FINANCIEROS
Regina Ranieri, directora de la Maestría de Políticas de Energías Renovables de UCEMA, se explayó sobre los mecanismos que se están aplicando en el mundo para financiar obras de infraestrucutra esquivando el “riesgo país” del Estado, para hacer más accesible la tasa de interés. Los siguientes fueron algunos de sus pasajes:
“La política energética y el planeamiento energético están íntegramente ligados con la capacidad de financiar los proyectos. Tenemos en Argentina las mejores condiciones del mundo en cuanto al potencial eólico, solar, hidroeléctrico, bioenergético. El proyecto de YPF Manantiales Behr alcanzó el mayor factor de planta a nivel internacional y tenemos muchas otras regiones que también podrían alcanzarlo. El recurso está, y eso es lo más importante. El tema es cómo se estructura, cómo se realiza el esquema financiero que hace viable los emprendimientos”.
“Cuando se ataca el problema del calentamiento global, se tiene que entender en toda su dimensión. Hoy la generación, transporte y uso industrial de la energía abarca 75% de las emisiones globales. Las energías renovables, en el ítem generación, vienen a resolver éste tema, con la dificultad de que son intermitentes, son variables: cuando hay recursos, se genera, y cuando no hay recursos, no”.
“Argentina tiene además otra ventaja que son las reservas de litio y acá entra en lugar el almacenamiento. Las baterías de litio hoy económicamente están en su curva de aprendizaje. Países como Estados Unidos, México y Chile ya están integrando baterías dentro de los proyectos de generación renovable, para entender cómo ambas tecnologías pueden proveer una potencia más cercana a lo firme. Argentina también debe trabajar en este sentido, no sólo por la incidencia que tendría de cara a un proyecto de potencia energética firme. Además, tiene la posibilidad de trabajar en un proyecto productivo de cara a la explotación del litio”.
“Las soluciones híbridas son otra solución, mediante la combinación de energías eólica y solar. Colombia y Uruguay están explorando combinar ambas tecnologías en un mismo sitio y, de esa forma, poder jugar con las curvas de generación para que se entregue una potencia más estabilizada en el sistema interconectado”.
“Veamos la legislación vigente en torno a las energías renovables. Antes de 2015, la Argentina se regía en esta materia con la Ley 26.190, que no llegó a buen término porque las estructuras de los PPA (PowerPurchase Agreement, por sus siglas en inglés o contratos de compraventa de energía) no tenían la robustez suficiente para que fueran viables”.
“A partir de la Ley 27.191 de 2015 y su posterior regulación, se obligó a los grandes usuarios a hacer híbrida su matriz de consumo energético, con el objetivo de incluir al menos 20% de energías renovables para 2025. Para eso había tres mecanismos: la autogeneración, la posibilidad de firmar un
“El mundo, después de la cumbre climática del 22 de abril, se encamina en una lucha global para alcanzar las cero emisiones en 30 años”.
contrato entre privados, y la compra conjunta, que son las iniciativas de CAMMESA para licitar a través de los programas de los programas RenovAr distintos megawatt/hora por distintas provincias, regionalizar las tecnologías y también las centrales de generación”.
“Ese esquema fue muy fructífero y resultó desfavorecido por la caída de la demanda por la pandemia, pero evidentemente requiere una continuidad. Y hoy esta continuidad está limitada por la infraestructura. Argentina tiene que seguir invirtiendo en transmisión eléctrica, sobre todo en las regiones donde tienen más potencialidad para hacer proyectos de energías renovables”.
“Otra limitación es la falta de robustez de los contratos que te garantizan el repago de la deuda. Ahí es donde entra el project finance, una estructura internacionalmente conocida para el financiamiento de este tipo de proyectos, donde tenemos que trabajar para entender la manera en que Argentina puede salvar el riesgo país este tipo de emprendimientos.
Hay mecanismos para evaluar en forma conjunta. Pero requiere la voluntad de del sector público, alineados en un objetivo común”.
“Al transporte (vehicular) le cabe entre 20% y 27% (dependiendo el país) de la generación de los gases del efecto invernadero. El transporte también requiere electrificarse para de esta forma dejar de emitir oil & gas, lo cual también es un problema en Argentina si pensamos en el interés en promover YPF y el desarrollo productivo y, como bien dijo Martin Cerdá, aprovechar los hidrocarburos y los recursos naturales que tiene nuestro país”.
“La electromovilidad, que es la tendencia a nivel internacional, va a requerir un aumento significativo de la demanda de energía eléctrica, muchísimo más que la demanda de combustibles fósiles. ¿Cómo vamos a mechar esas dos oportunidades de crecimiento? ¿Qué oportunidades van a haber en la Argentina, sobre todo, en las grandes ciudades? La migración hacia la electromovilidad es otro de los grandes desafíos que debería estar en la cartelera nacional. Me consta que está trabajando el Gobierno nacional en reglamentar una ley que favorezca este tipo de inversiones”.
“En Santiago de Chile ya anunciaron que todos los taxis de esa ciudad tienen que dirigirse a la electromovilidad y ya están armando las estaciones de carga, para encarar el cuello de botella. Argentina tiene grandes industrias automotrices, tiene una gran oportunidad de cara a la industria en este sentido y ahí es donde también tenemos que trabajar integradamente el sector privado y el sector público”.
“En cuanto a la eficiencia energética, es necesario definir qué política tarifaria vamos a tomar. Acá me voy
“La eficiencia energética comienza con la educación ciudadana, en trabajar para autogenerar energía en nuestras casas y poder venderla a la red”.
a meter en un esquema que posiblemente me arrepienta de entrar pero en la medida en que la energía sea subsidiada, ¿cómo vamos a hacer para que seamos competentes?”.
“La eficiencia energética comienza con la educación ciudadana: cómo vamos a trabajar en la energía distribuida, que es el nuevo concepto de las energías renovables. Es necesario trabajar en la posibilidad de ser productores, de autogenerar energía renovable, de tener unos paneles solares en los techos de nuestras casas, poder vender a la red cuando estamos con excedencia y poder consumir propiamente de nuestra generación”.
“Hoy en día, las provincias se están adhiriendo a esto, hay un gran consenso nacional en torno a esta medida porque también genera mucho empleo local y también ayuda a las redes de distribución a mejorar su infraestructura. Pero necesitamos una política clara de tarifas porque si no sabemos evaluar un proyecto a 5, 10, 15 años. ¿Cuál va a ser la rentabilidad? ¿Cómo va a ser el repago? Al final, termina siendo un conflicto en la puesta en práctica”.
“En síntesis, las energías renovables tienen un grandísimo potencial en Argentina, requieren de políticas públicas claras para la financiación, requiere inversiones en transmisión para que lo hagamos de forma efectiva. También existen oportunidades con tecnologías emergentes, para que Argentina nuevamente esté en el ranking mundial y aproveche bien todos los excelentes recursos naturales que tiene”.•