Una propuesta para sumar exportaciones
La asignación de un presupuesto mensual muy bajo, destinado a neutralizar la carga impositiva a las ventas al exterior, podría generar en poco tiempo la respuesta de miles de emprendimientos.
Nuestro país se encuentra hoy en una encrucijada compleja y difícil. Para poder comenzar a resolverla, desde lo económico, necesita tres “shocks” cuasi simultáneos e interrelacionados: un shock de inversiones, otro de exportaciones y otro de creación de puestos de trabajo.
La exportación puede ser “uno” de los motores de arranque en el incremento del ingreso y del empleo de los argentinos. Debería ser hoy una iniciativa estratégica nacional.
La exportación es sólo un paso, muchas veces el primero, en la internacionalización de una empresa. Argentina ha venido sistemáticamente anulando las posibilidades de procesos de internacionalización y exportación exitosos, salvo excepciones. Sí, en cambio, hemos sido exitosos en expulsar a los empresarios locales hacia el exterior.
Pero centrémonos en la exportación: ¿Qué hace difícil hoy la exportación de una empresa pyme en Argentina? ¿Cómo podemos con pocas decisiones y medidas darle un impulso importante y así mover el amperímetro del empleo y del ingreso per cápita?
Lo que nos dicen los empresarios es que lo difícil es sostener el proyecto exportador a lo largo del tiempo, debido a que los cambios de normas impositivas y relacionadas al comercio exterior son permanentes. A ello se suma la volatilidad del tipo de cambio y de precios relativos, que modifican dramáticamente la ecuación económica de una exportación. Y se suman las regulaciones del Banco Central en todo lo referente al ingreso de divisas, con riesgos penales incluídos.
Todos estos puntos imposibilitan a las empresas asumir compromisos de largo plazo (e incluso de corto) por la falta de garantías en cuanto a su cumplimiento.
Personalmente considero muy válida la afirmación de Pablo Furnari, experto en exportación: “Cualquier empresa puede exportar cualquier producto o servicio a cualquier parte del mundo, simplemente tiene tiene que descubrir cómo y disponerse a hacerlo”.
Una propuesta para dar un fuerte impulso a las exportaciones de las pymes sería establecer un monto mensual de US$100.000 para que las pymes/ personas físicas puedan exportar bienes y servicios de cualquier tipo en las siguientes condiciones:
1. Eliminar todas las tasas e los impuestos directos a la exportación como retenciones, tasa de estadística, el SIRCREB. El Estado prescinde del cobro de unos impuestos que igualmente no tendría, pero sí cobraría el Impuesto a las Ganancias (que es un impuesto indirecto) al final del período fiscal; lo cual resultaría en un ingreso incremental.
2. Permitir que los dólares relacionados con dichas exportaciones sean liquidados en el MEP en forma directa por las empresas y a través de sus bancos. Esto haría fuertemente competitiva a nuestra industria y mano de obra. El flujo de dólares abastecería el mercado MEP y ayudaría a estabilizarlo, reduciendo la necesidad de intervención del Banco Central.
¿Podríamos movilizar 10.000 PyMEs/ personas físicas con esta propuesta? Igresarían así 1.000 millones de dólares mensuales al país que se distribuirían en las cadenas de valor vinculadas a los exportadores impulsando el consumo, la posible creación de nuevos puestos de trabajo y, a medio plazo, la inversión. Con estas dos simples medidas eliminamos las principales causas de la baja performance exportadora sin perjudicar al
pie.•
Estado. Sencillo, cortito y al Alejandro Carrera es profesor del IAE Business School.