Indusplast
En los últimos meses la empresa cordobesa Indusplast Piscinas tomó dos créditos en Banco Macro, unos prendario por $5 millones y otros hipotecario, por $63 millones. “Pretendemos crecer y mantener el ritmo acelerado con el que venimos trabajando, por lo que decidimos apalancarnos, y buscar en los servicios financieros el motor o la energía para aclarar nuestra proyección de crecimiento”, dijo su CEO, Mauro Piccini.
El empresario dijo que el Banco les pidió los dos últimos balances de la empresa, las proyecciones de venta y su justificación y garantías, que en este caso fueron inmobiliarias. Los préstamos en cuestión fueron utilizados en la construcción de una nueva planta de producción en el Parque Industrial Malagueño y la adquisición de nuevas de máquinas inyectoras y almacenes automáticos, a fin de aumentar la capacidad instalada.
“La construcción de la planta y del edificio corporativo se encuentran avanzadas, estimando que en pocos meses estaremos empezando a mudar nuestras oficinas de Villa Carlos Paz al Parque. Allí dispondremos de cinco hectáreas y 20.000 m2 cubiertos para producción. Confiamos en lo que hacemos, en la calidad de nuestros productos y en las chances de seguir exportando”.
La firma fabrica piscinas de composites, término con el que se conoce en la industria el plástico reforzado con fibra de vidrio, en tamaños que van de 4 a 9 metros de largo y un modelo autoportante para espacios reducidos, comercializado bajo marca Lagune.
En la actualidad, Indusplast produce buena parte de los componentes y accesorios que requiere la instalación de piscinas, como luces, tableros eléctricos, gabinetes, skimmer y las losetas (que fabrica y exporta de manera independiente). La empresa exporta piletas desde hace un par de años a Chile y a Uruguay.
Fundada en 1982 por Eduardo, padre de Mauro, la empresa arrancó fabricando carrocerías de vehículos Jeep, en fibra de vidrio. Luego anexó la producción de distintas autopartes en ese material hasta que la venta de esos productos empezó a declinar y, bien entrado los noventa, empezó a producir e instalar piscinas con servicio completo.
Primero abarcaron la zona de influencia y la provincia de Córdoba. Más adelante, con la crisis de 2008, ampliaron el rango de ventas a otros puntos del país. Dos años después incorporaron el sistema de franquicias, buscando llegar a otras zonas y en 2012 decidieron empezar a fabricar los accesorios de piscinas, para no depender de proveedores externos.
“Año tras año fuimos sumando productos necesarios para la producción, la instalación o el mantenimiento o limpieza de la piscina. No fuimos una empresa familiar que se paralizó cada vez que el país enfrentaba una crisis, todo lo contrario. Las crisis nos impulsan a cambiar algo, investigar y sacar un nuevo producto. O como ocurrió en 2018, que empezamos a buscar mercados externos en respuesta a la recesión que vivíamos en la Argentina”, dijo Piccini.
Para este año, el empresario se muestra optimista: “Vamos a seguir creciendo, porque estamos reforzando la estrategia de abrir puntos de venta en la provincia de Buenos Aires, que constituye una gran oportunidad y donde tenemos menos presencia”.
“Pretendemos crecer y mantener el ritmo acelerado con el que venimos trabajando, por lo que decidimos apalancarnos en los servicios financieros”.