Una película con varias funciones
Preocupados por la rápida madurez y descomposición de muchas frutas, dos científicos y un ingeniero industrial tucumanos desarrollaron un producto, capaz de retrasar ese proceso natural, con las lógicas ventajas productivas y económicas que ello implica.
Se trata de un recubrimiento en forma de película, que aplicado a la fruta hace posible usar menos dosis de antifúngicos y, paralelamente, protege la fruta durante más tiempo.
La idea surgió durante 2021, cuando Julia Fariña, PhD en Bioquímica, Leandro Sanchez, Licenciado en Biotecnología y PhD en Ciencias Biológicas y Joaquín Fisch, Ingeniero Industrial, participaban en un proceso de incubación y formación de empresas en Grid Exponential, acelerador de base biotecnológica, con sede en Buenos Aires.
Con buenos resultados y avances en la investigación, a fines del año pasado, decidieron asociarse para crear NAT4BIO, emprendimiento que hace algunas semanas realizó una demostración (Demo Day) en IndieBio New York, un clásico mundial de la aceleración biotech.
Fisch agregó que la importancia de la innovación estriba en que, en la actualidad, existen alternativas biológicas para el control de patógenos a escala semilla y cultivo, pero no para uso generalizado luego de la cosecha del fruto.
“Nuestro producto tiene un doble objetivo. Por un lado, retrasar la tasa de respiración de la fruta en el ambiente, lo que en líneas generales implica disminuir el intercambio gaseoso en la fruta, estableciendo una barrera para mantener la humedad. Y en segundo lugar, prevenir infecciones fúngicas y bacterianas, que ocurren en la etapa post-cosecha”, dijo.
La firma se ha focalizado en la formulación del recubrimiento para limones frescos, la principal producción de exportación de Tucumán, pero podría extenderse al resto de citrus. También se propone abarcar la producción de arándanos, otro producto de la provincia que en buena parte se coloca en el mercado estadounidense.
El emprendedor aseguró que frutas y verduras se deterioran por factores fisicoquímicos, como la oxidación y desecación, y también por factores biológicos como el ataque de patógenos microbianos, como se suele definir a hongos y bacterias.
“El recubrimiento también es una barrera eficaz para que las frutas llamadas climatéricas, aquellas que pueden seguir madurando después de la recolección, retrasen su maduración preservando las características organolépticas durante más tiempo. De esta forma se evita la pérdida de peso de la fruta por la desecación que genera al ser transportada en las cámaras de exportación”.
Fisch contó que el origen de la investigación surgió cuando Julia Fariña y Leandro Sánchez descubrieron un biopolímero que tenía mucha sinergia con algunos antimicrobianos, con los que ellos estaban trabajando.
“El biopolímero tiene una función de vehículo, que fija los antimicrobianos en la superficie de la fruta, para liberarlos de forma gradual y controlada, durante el período de post-cosecha”.
NAT4BIO debe su nombre a la utilización de compuestos producidos en forma natural, que no requieren ser modificados genéticamente y porque se trata de una startup de base biotech, con la visión de apalancarse en la Biotecnología. Por su parte el 4 deriva de un recurso exclusivamente fonético: ‘for’ en Inglés. Una traducción literal del nombre sería: Naturaleza para la Biotecnología.