Maderas con trazabilidad
Desde 1987, cuando era una pequeña carpintería en el fondo de su casa, hasta hoy, que se convirtió en una industria que fabrica muebles para todo el país y el exterior, Gustavo Ortega se especializó en productos de madera nativa con terminaciones artesanales; es decir, son productos donde cada hueco, grieta o nudo de la madera es tratado no como un defecto a eliminar sino un elemento que hace que cada mueble sea único.
Belén Ortega, hija del fundador y actual gerente general de la empresa, explicó que el gran diferencial de la empresa es que se autoabastecen de materia prima: la madera de sus muebles proviene de árboles plantados en un monte al norte de la provincia de Misiones, que adquirieron en 2008; tierras que no solo les permite autoabastecerse en el largo plazo y de manera continua sino también tener un riguroso control de la trazabilidad.
“De esta forma estamos seguros de trabajar con madera nativa y autosustentable porque el bosque se regenera si uno tiene los cuidados necesarios y extrae las cantidades permitidas a tal fin; es un bien que no se puede extraer ilimitadamente, por eso nuestros producto es de nicho. Nuestros muebles están dirigidos a aquellos clientes que, además de la comodidad y la estética, se preocupan por generar un impacto ambiental positivo”.
Tradicionalmente, la calidad del mueble está determinada por la especie de madera utilizada como ser el algarrobo, roble o pino. “Sin embargo nosotros proponemos un cambio de paradigma, utilizando todas las especies maduras que técnicamente sean aptas para ser muebles sin desequilibrar la biodiversidad del bosque extrayendo solo una especie. Con una extracción controlada y selectiva el bosque, se va renovando solo”, explicó la empresaria quien además, cuando hay remanentes, abastece también a colegas del sector.
Entre el monte misionero de 1.500 hectáreas (algunas destinadas para conservación de especies y otras para extracción), su planta industrial que emplea a 28 personas y una red de alrededor de 80 carpinterías, Drift produce alrededor de 5.000 piezas al año. Abastece a 45 locales en la Argentina y exporta 25 % de la producción a Chile, Paraguay, Uruguay, Estados Unidos y, a partir de octubre, a España.
“El despegue internacional tiene que ver con mercados externos que buscan productos que respeten las características naturales de cada material. Esta tendencia nos acompañó mucho».
Dentro de las crisis que atravesó la empresa, un golpe importante fue la crisis internacional de 2008/2009 (Lehman Brothers), ya que para entonces habían llegado a exportar 80% de su producción. Ahora se plantean como objetivo llegar a exportar el 40% en los próximos cinco años.
“La realidad es que hoy también estamos frente a un contexto de desventaja para la generación de exportaciones, porque tenemos costos internos asociados a un dólar no oficial y las exportaciones son pagadas al dólar oficial. Aun así, nuestra filosofía de trabajo está ligada al compromiso con los clientes, de modo que esa visión no puede estar sufriendo los vaivenes de nuestra economía. Retornar a un mercado internacional es muy difícil, y más aún cuando uno se ausenta por un tema de conveniencia” .
Desde 1987, Gustavo Ortega se especializó en productos de madera nativa con terminaciones artesanales, donde cada hueco, grieta o nudo es tratado para hacer único al mueble.