• Videojuegos y cultura
A: La persecución de los políticos inútiles, de los periodistas coimeros, esta industria la tuvo siempre. El videojuego no existiría si por ellos fuera. Porque es muy fácil prohibir, muy difícil es reglamentar razonablemente y que exista. Nosotros tuvimos una campaña en contra enorme en Capital Federal y llegamos a consultar al doctor Rascovsky, un tipo que era como Cormillot, uno de los grandes nombres de la difusión de la psiquiatría. Y nos escribió media página en los diarios. Él opinaba a favor del videojuego científicamente, lo que hoy en día no se discute. En aquella época era un tema controvertido. Mi tarea en este oficio fue difundir eso en todo el país, personalmente. Con gobernadores, con consejos deliberantes, con intendentes. Abrí (para mí y todos los que venían después) Corrientes, Comodoro Rivadavia, Neuquén, Mendoza. Algún colega mío también hizo lo que pudo o me acompañó en algún caso particular. Córdoba, por ejemplo, la peleamos juntos con Periales, de Neverland. Años prohibidos, años trabajando con recursos de amparo. Hoy en día hay millones de estudios que lo aprueban o incentivan y ya no se discute.