JUGUETES PARA (NO) OLVIDAR
Nos enviciamos tanto con el canal de videos de Tripo Dibujitos que decidimos contactarnos con la mente maestra detrás de esas animaciones que son ¡mundiales, culiao!
“EL PÚBLICO SE SINTIÓ CAUTIVADO POR LOS RELATOS QUE VIENEN ACOMPAÑADOS POR UN MIX DE TONADAS RIOJANAS Y CORDOBESAS”.
Dibujitos para hijos de padres separados”, así define Tripo las historias que narran algunas de las instancias más cruciales en la vida de Lautaro Vidal, desde que era apenas un infante y experimentaba sus primeras vivencias en Pituil, un pueblito ubicado al norte de La Rioja. Eran tiempos menemistas y la cultura popular pegaba fuerte en la pubertad.
El big bang artístico llegaría una tarde en la que presenció una transmisión de Los Caballeros del Zodíaco en el mítico canal ATC, y desde entonces la obra de Masami Kurumada se convirtió en la religión del joven Tripo. El rechazo hacia el fútbol y la devoción por el manga fueron esculpiendo su personalidad, mientras vivía nuevas aventuras en Chilecito y se sentía cada vez más aislado del resto de sus pares.
Después vendría el traspaso a la adolescencia en Córdoba, donde empezaron a aflorar los primeros romances y la diversidad de gustos musicales se expandió a bandas como Massacre, Gorillaz y Babasónicos. “Cuando arrancamos a andar en skate escuchábamos mucho
Club de Solos, de Loquero. Es un álbum que lo tiene todo; cancio
LA SAGA QUE TIENE A TODOS EN VILO ES KIHON KATA SHODAN, QUE VIENE PREPARANDO SU CUARTO CAPÍTULO. PERO ESAS ANIMACIONES NO SE VAN A LABURAR SOLAS, POR ESO TRIPO NECESITA DE TU BUENA PREDISPOSICIÓN CON UNA SIMPLE COLABORACIÓN A TRAVÉS DE CAFECITO. APP/TRIPO _ DIBUJITOS.
nes de amor, rabia adolescente, energía punk. Música para cuando te empezabas a dar cuenta de que no encajabas en un boliche”, nos confiesa Tripo.
De coleccionar muñecos truchos a pedir la Lazer desde Camelot por correo, hubo todo tipo de etapas reveladoras durante la edad del pavo, pero los videojuegos siempre fueron un acompañamiento inoxidable. A medida que pasaban los años, Tripo se fue adaptando al recambio de consolas, aunque ninguna le fascinó tanto como la primera Playstation. “No había tenido una experiencia de juego tan inmersiva como cuando jugué cosas como Metal Gear Solid, Silent Hill, Rockman X4 y Resident Evil”, se sincera.
Muchos de estos recuerdos fueron volcados al papel, casi como una catarsis nostálgica. Pero el verdadero boom llegó en el momento en que estos bocetos cobraron movimiento y los videos empezaron a salir a la luz. El boca en boca hizo su trabajo y los contenidos de Tripo no tardaron en volverse un furor. Desde la melancólica historia del Negro Dávila hasta la vez que cambió una plaqueta del Mega Man por una del Bomberman, el público se sintió cautivado por los relatos que vienen acompañados por un mix de tonadas riojanas y cordobesas y palabras como culiao, chango y pingo. Un universo que no para de expandirse en medio de risas y lágrimas. Porque todo niño sensible sabrá de qué estamos hablando.