BASES Y PUNTOS DE PARTIDA PARA JUGAR SIMCITY
Toda una ciudad y la vida de sus habitantes dependen de nuestras acciones. ¡Si no sabés gobernar, no te pierdas estos tips!
NOTA: EL DESCONTENTO EXTENDIDO PUEDE PROVOCAR REVUELTAS.
Muchas veces damos por hecho que todos conocen los aspectos elementales de los videojuegos, como que en el Wolfenstein los malos son los nazis o que en el Super Mario Bros. los enemigos vienen de la derecha. Sin embargo, es importante hacer una pausa cada tanto y repasar algunas cuestiones aunque nos parezcan evidentes. Una de las grandes incomprendidas de esta época es la saga Simcity, un simulador donde estamos a cargo del diseño y administración de una ciudad con el objetivo de hacerla florecer. Parece tarea simple, pero ¡gobernar es más que apretar un par de botones y ver cómo se mueven los números! Por eso, hoy vamos a repasar algunas cuestiones, obvias para algunos, pero importantes para todos.
Lo primero que tenés que hacer siempre es crear una planta eléctrica. Las zonas residenciales e industriales necesitan electricidad para funcionar, por lo que es muy importante que puedas proveerles este servicio esencial (nota: los cortes de luz extendidos pueden provocar revueltas). En este mismo sentido, sería imposible moverse por la ciudad sin caminos y rutas: asegurate de crearlos y extenderlos a medida que se expanda la ciudad. Por supuesto, todo esto no es gratis y de algún lado tiene que salir la plata. Acá es donde entra el muy importante sistema de impuestos: sin impuestos, no puede hacerse nada. No pueden construirse hospitales, escuelas, estaciones de bomberos y tampoco va a crecer la ciudad. Claro que si ponemos impuestos altos, el descontento de la gente va a crecer (nota: el descontento extendido puede provocar revueltas) y va a estancarse el crecimiento. Por eso es muy importante ver qué impuestos se aplican y a qué sector, además de establecer un presupuesto balanceado donde no se joda al ciudadano común en nombre del superávit.
A medida que la ciudad crezca, es importante escuchar las demandas de los ciudadanos: seguí los diarios y consultá su nivel de felicidad. Van a pedir que construyas escuelas, hospitales, parques, zonas educativas y más. Responder a esas demandas es un aspecto vital del Gobierno, así como iniciar campañas para fomentar la lectura, dar cursos de RCP ¡y hasta tener salud pública!
Claro, la otra opción es librar todo al clic invisible del mercado: aumentar impuestos caprichosamente, recortar el presupuesto a casi nada y argumentar que ese descontento creciente del que hablan los diarios es una maniobra en contra de tu gestión. Eso sí: tené en cuenta que esta forma de gobernar puede provocar revueltas. Y quién te dice que también un game over.