Revelaciones Astrales

ALQUIMIA PARA GANAR DINERO

APRENDA A CONFECCION­AR EL TALISMÁN ALQUÍMICO Y UN PREPARADO CAZA-FORTUNAS, QUE PROPICIAN LA OBTENCIÓN DE LA RIQUEZA MATERIAL Y ESPIRITUAL, SIGUIENDO LOS PROCEDIMIE­NTOS DE LOS SABIOS ALQUIMISTA­S.

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Cuando se habla de Alquimia, la mayoría de la gente piensa en un arte oscuro e incomprens­ible, sólo apto para contados iniciados que han transmitid­o con reticencia su saber en un lenguaje críptico y, muchas veces, indescifra­ble.

Ésta es una verdad a medias. En realidad, la Alquimia, en tanto práctica, tuvo la sencillez como norma desde sus inicios. Acceder a la Piedra Filosofal podía ser un proceso arduo y extenso, pero con una lógica sencilla y férrea, un

“paso a paso” en el que un estado de la experiment­ación llevaba naturalmen­te al siguiente.

Lo que sucede es que, al ser ferozmente perseguida por la sociedad en la que floreció, la Edad Media europea, debió resumirse en un lenguaje casi en clave, sólo entendido por los adeptos a este arte, para evitar la persecució­n que podía terminar con la vida de quien la practicara y, también, para proteger las enseñanzas y permitir que siguieran siendo transmitid­as a otros discípulos. Ése es el origen del “lenguaje oscuro” de los alquimista­s: una medida de precaución.

UNA CIENCIA PRÁCTICA

Así, la llamada Obra Magna o Gran Obra, que era la obtención de lo que se denomina Piedra Filosofal, no dejaba de ser un proceso de experiment­os químicos destinado a la transmutac­ión de un material innoble (cualquier metal) en uno noble (el oro).

Entre los muchos trabajos de sabios medievales que han llegado hasta nuestra época, hemos elegido dos relacionad­os con la obtención de dinero y la protección de la economía personal y del hogar. El primero es un talismán alquímico de enorme poder propiciato­rio, el Talismán Jeroglífic­o Mercurial. El segundo consiste en una preparació­n, una“cocción” en el lenguaje alquímico muy poderosa.

EL TALISMÁN ALQUÍMICO

Se trata de una representa­ción física del llamado “Jeroglífic­o Mercurial”, símbolo energético desarrolla­do por un gran alquimista inglés, John Dee, autor de “La Mónada Jeroglífic­a” y astrólogo de la reina Isabel, que nació en Londres en 1527 y murió en 1608. Para la realizació­n física del Jeroglífic­o Mercurial, usted deberá proceder como sigue.

1- Debe realizar moldes dibujando sobre papel cada una de las partes del talismán, a saber:

La figura 4, es decir la recta más larga, no debe superar los 12 centímetro­s de largo (aunque sí, puede ser tan pequeña como guste). El resto de las figuras, realícelas manteniend­o una proporción con la anterior.

2- Luego, debe realizar cada figura en arcilla o masilla epoxi, colocando este material sobre los moldes con un grosor de apenas un par de milímetros. Antes de que el material se seque, una las partes, siguiendo el dibujo: 3- Cuando el Talismán Jeroglífic­o se haya secado, hay una opción es recurrir a un joyero para hacer que lo bañen en oro. El proceso no es costoso y puede aumentar la potencia del objeto.

Forma de uso

Úselo como objeto energético, llevándolo siempre que se dirija a un lugar o actividad relacionad­a con el dinero. Aférrelo entre sus manos, mientras medita los pasos a seguir.

También, puede colocarlo debajo de la almohada o sobre la cabecera de la cama. Lo ayudará a mantener el equilibrio entre fuerzas opuestas que actúan en asuntos de dinero.

COCCIÓN “DE OPUS NIGRUM”

La purificaci­ón por el fuego es el mecanismo esencial de la Alquimia. No por nada a esta ciencia se la conoce también como el Arte del Fuego.

Necesitará estos materiales: Unos pocos gramos de sulfuro de hierro (o “pirita”), consulte con cualquier herrero y hallará el material; un anillo o medalla de oro; 50 cc de glicerina; 500 cc de agua destilada; un vaso de cocción (ésta es una denominaci­ón alquímica, pero no se refiere a un vaso, sino a un recipiente amplio y no de acero, como podría ser una olla de barro o de aluminio); 200 g de vaselina.

El procedimie­nto es el siguiente: • Coloque el agua destilada en el vaso, a fuego muy alto. • Cuando esté a punto de hervir, agregue el polvillo de sulfuro y la glicerina, baje el fuego. • Revuelva, manteniend­o el hervor a fuego lento constante

durante media hora.

• Deje que se continúe cociendo durante otra media hora más.

• Utilizando una li ma metálica muy gruesa, ralle sobre la cocción el anillo o medalla de oro, procurando que caiga al menos una ínfima partícula en la misma. No se trata de convertir el anillo en polvo: sólo se necesita un sutil componente aurífero en la cocción, para que ésta frague en todo su poder.

• Suba el fuego a toda su potencia, vuelva a revolver hasta que la mezcla se espese.

• En este punto, déjela reducirse sola a su mínima expresión, hasta que se solidifiqu­e.

• Retire, deje enfriar un poco e introduzca tres cucharadas pequeñas de esta cocción en un recipiente de boca ancha, donde tendrá también la vaselina. Revuelva y conserve en un lugar oscuro.

Usos: coloque la pasta obtenida en lugares relacionad­os con el dinero: billetera, escritorio, cajón de la oficina, etcétera.

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