FORTUNA & PROSPERIDAD
La Alquimia fue practicada por muchas culturas: primero, en el Antiguo Egipto, la India, China y el Imperio Islámico; luego, en la Antigua Grecia y el Imperio Romano y, finalmente, en toda Europa. Además, ha estado estrechamente relacionada con el esoterismo y se la consideró una ciencia oculta, ya que quienes la practicaban en la Edad Media fueron perseguidos por la Inquisición y debieron guardar sus secretos codificando sus escritos en un idioma simbólico sólo conocido por sus adeptos.
Aunque se la considera la precursora de la química moderna, su aspecto esotérico es muy valioso, ya que posee fórmulas que actúan a nivel energético, de una manera que los científicos modernos no han podido explicar aún.
POCIONES, ELIXIRES Y OTROS PREPARADOS Los antiguos alquimistas combinaban diferentes sustancias en busca de remedios para todo tipo de enfermedades, tanto físicas como mentales y espirituales.
Aunque el objetivo principal de los alquimistas era convertir el plomo en oro y obtener así la piedra filosofal para adquirir la eterna juventud y la riqueza, eran muy renombrados por sus preparados curativos. Entre ellos, se cuentan los elixires, las pociones, los óleos y las aguas mágicas.
Algunas de estas fórmulas antiguas han sido dadas a conocer por alquimistas modernos, quienes generosamente permitieron divulgarlas para el aprovechamiento de todos.
ALGUNAS ACLARACIONES VÁLIDAS
Antes de introducirnos en su explicación, es importante conocer, primero, qué significan los términos con los que hacemos referencia a cada sustancia:
Poción: sustancia, generalmente disuelta en un medio líquido como el agua.
Óleo: preparación a base de aceite que, por lo común, es de uso externo.
Elixir: licor compuesto de hierbas medicinales, generalmente, maceradas en alcohol.
Agua mágica: pócima a base de agua potenciada energéticamente para aumentar su poder vibracional.
Perfumes alquímicos: sustancias a base de alcohol con aromas de alta vibración positiva.