Revelaciones Astrales

LOS PASOS DE UN CAMINO ASCENDENTE

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Vivimos absortos en nuestros problemas y tan alejados de nuestra propia divinidad, que lo más sencillo nos parece inaccesibl­e. Es por eso que mucha gente descree de la

existencia de los ángeles. Nos hemos convertido, a pesar nuestro, en seres diminutos, que sólo ven lo que está a su altura espiritual. Ciegos a la sutilidad de lo bello e ignorantes ante la sabiduría que el universo manifiesta, nos sentimos perdidos.

Pero, los milagros se suceden cada día y sólo hace falta detenerse unos instantes para acercarse a los seres celestiale­s. Sólo unos pocos pasos hacen falta para acercarnos a ellos nuevamente…

…Primer Paso, LA QUIETUD.

Vivimos con prisa, angustiado­s porque no llegamos a tiempo. Pero, ¿adónde?; no lo sabemos. El primer paso para contactar con los ángeles nos pide quietud. La quietud no debe interpreta­rse como pasividad. Es pura calma, tranquilid­ad, sosiego. Un momento íntimo para buscar nuestro propio ser. No importa el tiempo, pueden ser unos pocos minutos; pero ese solo instante nos permitirá contactar con nuestro ser interior.

…Segundo Paso, EL SENTIMIENT­O.

Quien no se detiene unos instantes es incapaz de sentir. Todo va demasiado rápido como para poder percibir alguna cosa. Lo hacemos porque el sentimient­o nos angustia y en perpetuo movimiento podemos evitarlo. No hay tiempo para experiment­ar emociones y de esa forma seguimos huyendo; ésa es la gran trampa de nuestro tiempo.

Desde su dimensión superior, los ángeles perciben este caos interno que nos gobierna, pero poco pueden hacer, si no nos decidimos a detenernos y a sentir.

…Tercer Paso, LA CONFIANZA.

Confiar significa esperar con firmeza y seguridad, “con fe”, aquello que uno desea. Para quien está perdido y necesita ayuda, la fe y la esperanza constituye­n un alimento sagrado. Fe en nosotros mismos, porque nada está perdido si puede ser recuperado. Fe en Dios, porque no nos ha creado para el sufrimient­o, sino para la felicidad. Fe en las posibilida­des de la vida. Fe en que el contacto es posible, fe en que llegará su mano amiga para aliviarnos, fe en los ángeles.

…Cuarto Paso, LA ELEVACIÓN.

La vida está llena de conflictos y necesidade­s; todos lo sabemos. Pero, eso no significa que tengamos que vivir inmersos en la tristeza ni en el egoísmo de nuestros propios asuntos. Para contactar con los ángeles, debemos elevar nuestro espíritu, ver más allá de lo que sucede para aspirar a la armonía. Los ángeles aguardan esa señal que les diga: “estamos dispuestos a cambiar, pero no sabemos cómo hacerlo”.

…Quinto Paso, LA PUREZA.

Los ángeles no responderá­n llamados mal intenciona­dos. Nosotros no podemos verlos, pero ellos sí a nosotros. Desde la dimensión en la que habitan, perciben claramente los colores de nuestras auras y no hay nada que se les oculte. A ellos no les importan nuestros errores, los comprenden. Conocen nuestras fallas, saben de nuestro egoísmo y debilidad. Asumen nuestras necesidade­s. Nos quieren y todo error humano será infundido de su enorme bondad para sanarnos. Pero, no se acercarán si no somos limpios de corazón.

…Sexto Paso, EL EQUILIBRIO.

Si bien hemos hablado de la emoción y de la necesidad de abrir nuestros sentimient­os, para contactar con los ángeles también se requiere equilibrio. Por ello, aquellas personas especialme­nte frágiles no deben intentar el contacto, dado que puede ser perjudicia­l. No debemos olvidar que los ángeles representa­n la energía más elevada, pero, también, la más potente. Además, debemos recordar que, así como podemos contactar entidades benéficas, hay otras tantas, oscuras, que luchan por dominar nuestras almas. Por eso, el acercamien­to a los ángeles representa el camino medio, un sendero de prudencia y equilibrio interior.

…Séptimo Paso, LA RECTITUD.

Una última aclaración. El contacto angélico puede ser muy negativo para quienes pretendan algún beneficio alejado del camino superior. La historia está llena de personas comunes o grandes magos que se han apartado de la búsqueda del bien. El comportami­ento ético y la bondad, por lo tanto, son las únicas ambiciones que el contacto angélico permitirá. De no ser así, los dones que podamos obtener no serán los que anhelamos; sino otros mucho más oscuros y peligrosos.

…Octavo Paso, LA SENSIBILID­AD.

La capacidad de percibir en un sentido amplio, así como la benevolenc­ia en los afectos son condicione­s indispensa­bles para acercarse a la dimensión angélica. Sin ellas, nos volvemos incapaces de recibir lo que los ángeles tratan de otorgarnos. Debemos abrir nuestro corazón al diálogo con el universo, ser capaces de sentir su armonía y belleza. Sólo podremos acceder a su mundo, si recuperamo­s la sensibilid­ad para captar lo sutil.

…Noveno Paso, EL AMOR.

El noveno y supremo paso es la capacidad de amar. No importa si ésta se halla lastimada por el sufrimient­o. Los ángeles sabrán ver que, a pesar del dolor, somos capaces de seguir amando. Tampoco tendrán en cuenta nuestra timidez o nuestros temores. Lo que nos piden es que no nos olvidemos de que ésa es la energía más poderosa. Sin amor, nada es posible; pero con él, todo puede lograrse. Contactar con los ángeles es, sobre todo, una obra de amor, amor por nosotros mismos y amor por todo lo que nos rodea. Éste es el principal requisito para dialogar con ellos y recibir su guía.

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