EJERCICIO BÁSICO DE RELAJACIÓN

Objetivo: distender el cuerpo físico y promover la quietud mental. Práctica: realizarlo dentro del espacio interior, una vez al levantarse y otra antes de acostarse. Su duración debe ser de 10-15 minutos. Ubicado en su espacio interior, siéntese en una silla de respaldo recto, la espalda derecha bien apoyada, los pies en el piso, los brazos suavemente colocados sobre el regazo. Puede también recostarse en un sillón cómodo, con el torso un poco levantado y la cabeza apoyada en un almohadón fuerte. Su cabeza debe estar a la altura de su mirada sobre el horizonte, ni más baja ni más alta. Una vez en esa posición, cierre los ojos. Comenzando por los pies y yendo hasta la coronilla, usted irá concentrándose en cada una de las partes de su cuerpo que nombraremos. A continuación, la tensará lo más fuerte que pueda y, acto seguido, la relajará lentamente por completo. Comience por los pies. Con los ojos cerrados, concéntrese en ellos. Tense durante 5 segundos y relaje muy lentamente. Vuelva a tensar y relaje muy despacio. Repita la misma operación de forma completa, en este orden: pies, pantorrillas, muslos, glúteos, vientre, mano derecha, mano izquierda, brazo derecho, brazo izquierdo, pecho o torso, rostro, ojos. Concluido el ejercicio, usted sentirá una profunda sensación de relajación general. La relajación corporal tiene muchos efectos benéficos, además de permitirle alcanzar la quietud necesaria para comunicarse con los ángeles y constituir una base para la práctica de la meditación.