MARÍA, LA MUJER DE MIL CARAS
Estas son algunas de las advocaciones más importantes de la Virgen: Guadalupe: en 1531, se produjo la primera aparición en América. Sucedió en México y el elegido fue un indio convertido, bautizado Juan Diego. La Virgen le solicitó que se construyera un templo y realizó un milagro público: hizo florecer un rosal en invierno. Medalla Milagrosa: en 1830, Catalina Labouré, una novicia de un convento de París, tuvo una visión en la que la Virgen le encomendaba la confección de una medalla con su imagen. La joven así lo hizo, y la Virgen de la Medalla Milagrosa comenzó a multiplicar sus milagros por todo el mundo mediante el ritual sencillo de regalar medallas entre los fieles para que le recen a esta advocación de María. Lourdes: en 1858, una chica pobre llamada Bernardette Soubirous recibió varios mensajes en nueve encuentros que se hicieron los 13 de cada mes. En una de las citas, hizo que la niña abriera, con sus manos, un pozo en la tierra que se transformó en el manantial de curación cuya agua nunca dejó de brotar. Fátima: en 1917, tres niños portugueses recibieron la visita de la Virgen en varias ocasiones. En todas, les pedía que hubiera paz y que el mundo se convirtiera a la fe de Cristo, olvidando las guerras y los rencores. Les anunció que dos de ellos morirían jóvenes –así fue– y que la tercera, Lucía dos Santos, sería la encargada de transmitir su mensaje. Lucía ingresó en un convento y escribió una carta al Vaticano con los tres secretos de Fátima. El último fue difundido recién en 2000, pero su enigmática redacción y el secreto con el que lo ha conservado la Iglesia hacen dudar de su publicación.