XIBALBÁ, EL INFRAMUNDO MAYA
Xibalbá o Xib’alb’a es un lugar mitológico de la cosmogonía maya, descrito como un mundo subterráneo o inframundo, regido por los espíritus malignos de la enfermedad y de la muerte. Con la llegada de los colonizadores españoles a América, la traducción de lo que representa Xibalbá –narrada en el Popol Vuh (libro mítco sobre el origen del pueblo y el mundo maya)- equivaldrá a la visión del infierno de la religión católica. Sin embargo, ambos conceptos se diferencian; ya que Xibalbá simboliza el espacio del sufrimiento y la enfermedad vistos como parte natural de la existencia y no, como un espacio espiritual en el que son castigados después de la muerte quienes han pecado en vida. En el Popol Vuh se hace una descripción de Xibalbá. Se lo describe como un descenso por unas escaleras muy inclinadas que desembocan en la orilla de un río, donde se bifurcan cuatro caminos. Es el sendero “negro”, que se dirige hacia el encuentro con los “Señores de Xibalbá”, quienes tienen destinados muchos lugares de tormentos y castigos para los que los hombres. Éstos son 6:
1. La Casa oscura, en cuyo interior sólo hay tinieblas;
2. La Casa del frío, donde sopla siempre un viento frío e insoportable;
3. La Casa de los tigres, donde los tigres se amontonan, gruñen y se mofan;
4. La Casa de los murciélagos, donde no hay más que murciélagos que chillan y revolotean;
5. La Casa de las navajas, en que sólo hay navajas cortantes y afiladas;
6. La Casa del calor, donde sólo hay brasas y llamas. Pero, el Popol Vuh también narra el enfrentamiento entre los Señores de Xibalbá y los gemelos divinos: Hunahpú e Ixbalanqué, quienes salen triunfadores.