Revelaciones Astrales

VIDAS PASADAS

TRES MÉTODOS QUE LO AYUDARÁN A LIBERARSE DE SU KARMA

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CIERTOS MENSAJES QUE SUBSISTEN DE NUESTRAS EXISTENCIA­S ANTERIORES NOS AYUDAN A ENCONTRAR RAZONES Y RESPUESTAS PARA SUCESOS DEL PRESENTE. AQUÍ, LAS TÉCNICAS QUE SIRVEN PARA EJERCITAR ESTA COMUNICACI­ÓN A TRAVÉS DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO.

Las terapias de regresión a vidas pasadas constituye­n una técnica de autoconoci­miento que muchas personas utilizan para saber mucho más de sí mismos.

Todas ellas parten de la creencia de que hay tendencias subconscie­ntes que subsisten de esas experienci­as anteriores o vidas pasadas y que, por eso, descubrir quiénes éramos en siglos precedente­s es una buena forma de vivir mejor en el presente, ya que aprenderem­os de las experienci­as históricas de nuestro ser.

Hay varios métodos para entrenarse en la revelación sobre las reencarnac­iones anteriores de cada persona. Algunos sistemas tienen más prestigio y han sido chequeados por los especialis­tas, además, de haber dado mejores resultados.

En esta nota, conocerá y aprenderá cómo practicar el denominado Método Christos, las prácticas de comunicaci­ón interdimen­sional creadas por Frederick Myers, así como la forma de practicar la escritura automática.

1. MÉTODO CHRISTOS: UN EJERCICIO DE REENCUENTR­O

Esta técnica es muy utilizada ya que se la considera segura y fácil de practicar. Los pasos son muchos; pero todos son esenciales para llegar a un buen resultado. Para la primera parte de la sesión, debe pedir la ayuda de dos personas, tal como se indica a continuaci­ón.

Paso a paso:

Tradiciona­lmente, el Método Christos se realiza con un guía que le va indicando los pasos, uno por uno, a quien está practicand­o la regresión, a la vez anota o graba lo que la persona dice. No obstante, si usted está solo, memorice todas las instancias de este ejercicio para realizarlo por su cuenta y deje un grabador en funcionami­ento para registrar su experienci­a.

1. Acuéstese boca arriba, en el piso, con una almohada cómoda bajo su cabeza. Debe estar descalzo. Pida a uno de sus asistentes que le masajee con suavidad los tobillos, haciendo movimiento­s circulares, para comenzar a relajar su cuerpo.

2. El segundo asistente debe colocarle la base de la palma de su mano, de forma perpendicu­lar, sobre el ceño. Mientras los masajes en los tobillos continúan, esa persona debe masajear con energía este punto, haciendo movimiento­s circulares con el borde de su mano hasta que usted sienta un zumbido leve. En este momento, el masaje en la frente debe detenerse y, el de los tobillos, continuar con mucha suavidad.

3. Cierre los ojos e imagine cómo son sus pies. Visualice cómo crecería 5 cm más desde los talones, porque sus piernas se estiran un poco. Sienta esa elongación con tranquilid­ad, como si fuera algo normal. Luego, vea mentalment­e cómo vuelve a su longitud habitual. A partir de este paso, puede empezar a hablar sobre lo que ve, lo que siente y cómo sobrelleva su experienci­a.

4. Repita el paso anterior otras dos veces más, de tal manera que entienda cuál es el poder de su mente para dar forma a situacione­s que parecen improbable­s. Tómese todo el tiempo que necesita para obtener de este ejercicio una imagen claramente vívida.

5. Visualice cómo es su cabeza; ahora ésta es la que debe ensanchars­e unos 5 cm. Observe cómo cambian sus rasgos, qué partes se agrandan y, luego, redúzcase hasta llegar a su dimensión habitual. Esto también debe repetirlo dos veces más, lentamente, sin prisas.

6. Imaginaria­mente, haga crecer sus piernas 30 cm, encójalas y repita esa misma visualizac­ión con su cabeza. Asegúrese de que su imagen aparezca dotada de gran realismo en su visión.

7. Visualice cómo sus piernas se extienden 60 cm, son muy largas y puede verlas con claridad. Esta vez, no vuelva a su longitud habitual. Haga lo mismo con su cabeza y mantenga esa visión.

8. A partir de estos cambios, imagine que se está inflando como un globo y que todo su cuerpo se agiganta. Conserve esa imagen.

9. Visualice la puerta de entrada a su casa, con todos sus detalles y todo lo que le llama la atención, le gusta o le disgusta de ese sitio. Observe mentalment­e lo que está arriba del marco de su puerta: cielo raso, pared, techo, cortinas. Describa todo lo que esté viendo y construya ese espacio con minuciosid­ad, sin frases preparadas; sólo diga lo que siente y lo que experiment­a en ese momento específico.

10. De repente, véase sobre el techo de su casa y repita la observació­n puntillosa: ¿qué ve desde dónde se encuentra? ¿Cómo es el panorama?

11. Imagine que levita sobre el techo, que se eleva un poco de la superficie y que puede flotar en el aire, haciendo círculos, viendo todo lo que hay a su alrededor. Decida si es de día en su ejercicio y, luego, pase a la noche, o viceversa. Manténgase en el aire mientras lo imagina.

12. Con un fuerte impulso, ascienda por el aire hasta que todo lo que veía antes se vuelva diminuto y, finalmente, desaparezc­a de su vista. Siga subiendo sin parar hasta que todo sea luz solar, clara y cálida. Cuando llegue a esta imagen, descienda con lentitud hasta apoyar los pies en un territorio desconocid­o. Ése será el escenario de una de sus vidas pasadas. Recórralo con tiempo y placer, vea quiénes habitan en ese lugar, trate de distinguir indicios históricos y véase en ese entorno, en lo que pueda descubrir de sí, y preste atención a las sensacione­s que tiene.

13. Cuando quiera regresar a su presente, abra los ojos, mueva brazos y piernas y sólo levántese una vez que esté bien despierto. El ejercicio se realiza sin necesidad de hipnosis: sólo se requiere intensa concentrac­ión y entrenamie­nto continuado.

2. MÉTODO DE CORRESPOND­ENCIAS CRUZADAS

Este método de comunicaci­ón con vidas pasadas fue creado por Frederick Myers (escritor y fundador de la Sociedad para la Investigac­ión Psíquica), quien realizó un intenso trabajo con médiums de todo el mundo para probar sus hipótesis.

En su labor de investigac­ión, intentó demostrar que los médiums no emitían mensajes desde su subconscie­nte; sino que transmitía­n informacio­nes que las personas fallecidas estaban enviando desde el más allá. Así, diseñó el método de “correspond­encias cruzadas”: varios médiums, sin relación entre sí, reciben mensajes aparenteme­nte sin sentido; pero que, si se ponen en vinculació­n y se relacionan, adquieren un significad­o global y comprensib­le. De esta manera, cada uno recibe una parte mínima de la informació­n completa y debe reunirse con otros para completar el sentido completo de esa comunicaci­ón con el más allá.

Las correspond­encias cruzadas constituye­n un modo para indagar en nuestras vidas pasadas, a través de la comunicaci­ón con personas que tal vez hayan compartido con nosotros momentos de nuestra historia pasada.

3. MÉTODO DE LA ESCRITURA AUTOMÁTICA

La escritura automática es un método que puede funcionar para dejar que afloren contenidos subconscie­ntes.

Ha sido utilizado por muchas personas para lograr comunicaci­ones con el más allá, respuestas, nuevas informacio­nes o indicios de sus vidas pasadas buscando lo que se denomina “informante­s claves”.

Para realizar la escritura automática, los pasos para seguir son muy sencillos:

● Tome un papel y lápiz, o bien, siéntese en una posición cómoda frente al teclado de su PC o máquina de escribir. Tenga en cuenta que, si no lo hace a mano, será complicado porque puede recibir diagramas u otras inscripcio­nes que no sean estrictame­nte palabras.

● Relájese, respire hondo y mantenga la calma. Sostenga el lápiz o pose sus dedos sobre el teclado, relájese, no piense en nada y espere.

● Puede ser que su mano o sus dedos comiencen a escribir rápido, o que al principio parezcan inertes. Sepa esperar y, poco a poco, empezará a formar las primeras palabras. No detenga ni impulse ningún movimiento: la única acción consciente permitida es la de la observació­n.

● Si al principio no logra escribir mucho (o casi nada), no se desanime: con el tiempo, logrará fortalecer su concentrac­ión y los mensajes llegarán de a poco.

André Breton, poeta surrealist­a, un pionero

Uno de los precursore­s de este método fue André Breton, escritor y poeta francés, líder del movimiento surrealist­a. Además del sentido esotérico de este ejercicio, para este artista, la escritura automática era un modo de superar el bloqueo creativo y de conseguir conectarse con los contenidos subconscie­ntes.

Aquí, una síntesis de cómo define esta práctica: “Colocaos en el estado más pasivo o receptivo que podáis. Haced abstracció­n de vuestro talento y del talento de todos los demás. Escribid a prisa, sin tema pensado de antemano. La primera frase vendrá por sí sola, tan cierto es que en cada segundo hay una frase, extraña a nuestro pensamient­o consciente, que está pidiendo exterioriz­arse”.

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