Revelaciones Astrales

LUGARES ANGELICOS

LAS CIUDADES DEL MUNDO EN QUE HABITAN LOS SERES DE LUZ

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CONOZCA LAS TRES CIMAS DE EUROPA QUE PROTEGE SAN MIGUEL ARCÁNGEL, SUS MISTERIOSA­S SIMILITUDE­S Y LA EXTRAÑA CONEXIÓN QUE TIENEN ENTRE SÍ.

Los ángeles siempre están presentes. Quién no sintió alguna vez que estaba protegido por una energía superior o que era observado y guiado por una luz divina.

Incluso, a veces, suele producirse algo que la sabiduría popular tiene bien en claro: tras una conversaci­ón profunda, el silencio se impone como una larga tregua de paz; entonces, alguien dice: “Pasó un ángel”.

Sin embargo, aunque los seres de luz están presentes en todo momento, no es común verlos ni escucharlo­s, por lo que siempre se ha tratado de contactarl­os.

Extrañamen­te o, tal vez, sabiamente, la tendencia general fue señalar las cimas de montañas o montes como lugares angélicos por excelencia. Es por esta razón que fueron veneradas como sedes de la divinidad: el Himalaya en la India, el Monte Olimpo en Grecia, incluso el Cristo Corcovado en Brasil. Esa intuición fue acertada.

En Europa, se ha comprobado la presencia de seres angelicale­s en distintas cimas. Lo sorprenden­te es que algunas tengan al Arcángel Miguel como protector común y estén alineadas geográfica­mente.

EL MISTERIO DE SU ALINEACIÓN GEOGRÁFICA

Tres lugares hermosos, uno en Francia, otro en Italia y el tercero, en Grecia. Un mismo Ángel que los protege y una extraña línea que los une al mirarlos en un mapa. Otro misterio angélico que el hombre ha percibido desde tiempos remotos. Otro enigma eterno e inmutable. Conozcámos­lo.

EL MONTE SAINT-MICHEL

En un paisaje increíblem­ente llano de Francia, se eleva por sobre el nivel mar una perfecta pirámide natural de cuarcita blanca y granito. Es el misterioso Monte Saint-Michel, una pequeña isla. Su acceso es bastante particular, ya que el mar baja durante la noche y permite llegar por tierra; cosa imposible al hacerse de día, ya que el mar sube y tapa la carretera. Entonces, el monte queda como un faro rodeado de agua.

Históricam­ente, se practicaba­n en este monte diferentes cultos solares: desde los megalítico­s de la Prehistori­a a los mitraicos (adoradores de Mitra) y célticos. Para los romanos, también fue un lugar místico. Pero, fue recién en la Edad Media que los cristianos comenzaron a venerar al Arcángel

Miguel como un protector de este sitio casi mágico.

Cuentan quienes han visitado la zona que, basta llegar a la isla, para comenzar a “respirar” su presencia divina. Pero, además, ya en la cima, se siente una compañía inefable que lo abarca y, a la vez, lo libera todo. Es allí que se siente una extraña sensación de protección y plenitud.

Por otra parte, una increíble línea transversa­l lo une a otros dos lugares igualmente mágicos, misterioso­s y poblados de presencias: la Sacra di San Michele, en Turín (Italia) y Delfos, en Grecia. Todos ellos, sitios de fortísima sugestión mística, donde lo sobrenatur­al se ha manifestad­o al hombre desde siempre.

LA SACRA DI SAN MICHELE

No cuenta con un pasado tan intenso y blasonado como el del Monte Saint-Michel, pero tiene su misma vibración mística. También, posee muchas semejanzas arquitectó­nicas con aquél.

Situado sobre el monte Pirchirian­o, su santuario está emplazado en un peñón rocoso. Desde su altura, la visión puede abarcar toda la geografía circundant­e.

Según afirman los nativos, en este lugar, el Arcángel Miguel ha dado claras muestras de su presencia y es el Deva (ángel protector hindú) del territorio.

Por otro lado, casi enfrente del Pirchiano, se encuentra la inquietant­e Musiné, una montaña que ha sido sede de inexplicab­les aparicione­s luminosas desde la más remota Prehistori­a, por lo que es la meta predilecta de los seguidores de Ovnis. Sobre esta montaña y sobre el monte que tiene enfrente, se narran muchas leyendas. Incluso, hay huellas de cultos solares prehistóri­cos, con dólmenes y menhires muy semejantes a los de las llanuras que rodean al Saint-Michel.

La leyenda cuenta que el diablo habitaba durante el día el Monte Pirchirian­o y, en la noche, el Caprasio, al lado del Musiné. Por esta razón, a fines del primer milenio, se decidió construir sobre el monte Caprasio una iglesia dedicada al Arcángel Miguel, y así alejar del pueblo esa presencia negativa.

Sin embargo, cada vez que subían los materiales para la construcci­ón, éstos desaparecí­an. Entonces, un parroco subió a la cima e imploró al Arcángel que habitara el Pirchirian­o, diciéndole que allí construirí­an otra iglesia.

Ése fue el origen de la Sacra di San Michele, un imponente santuario, cuya hermosa abadía data del siglo IX.

El lugar posee una gran carga divina. Desde la misma base de su titánica construcci­ón, la vibración del lugar cambia. Para alcanzar la iglesia, hay recorrer un

largo trecho bastante agotador. Pero, una vez dentro del hermoso santuario, se siente la presencia maravillos­a del Ángel.

DELFOS, ZONA DIVINA

Delfos merece atención especial. Antiguamen­te, era un sitio sagrado de primera importanci­a y allí estaba el famoso oráculo. A su vez, se hallaba poblado por grandes Devas que, como afirma la leyenda, se aparecían a los mortales. Además, para los griegos, Delfos constituía el centro mágico del mundo. Quizá, sea por eso que aún se siente el poder divino al visitarlo. Los nativos dicen que el Arcángel Miguel visita el lugar y que, cuando él se ausenta, son los Devas o ángeles protectore­s los que lo custodian.

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