Ventas argentinas en Untitled

Formado en historia, la tesis doctoral de Noah Horovitz fue publicada por la Universidad de Princeton con el título El arte del negocio: arte contemporáneo en un mercado financiero globalizado. Es posible imaginar entonces por qué ocupa el doble lugar de director de Miami Art Basel y responsable de la operación para toda América. Fascinado con el crecimiento de la feria y el impacto que ha tenido en la transformación de la ciudad, este es para él un año especial por muchas razones. Todas tienen que ver con el impulso de esa alianza que potenció a ambas, sostiene. Coincidió con la reapertura del Bass Museum, histórico museo de Miami que se fundó en los 60; también con la apertura del nuevo Institute of Contemporary Art (ICA), junto al espacio de la colección de Rosa y Carlos de la Cruz, también en vías de transformación en el Design District. Pero fundamentalmente la ampliación, del Miami Beach Convention Center (MBCC), que aunque falta terminar y recién estará totalmente lista para el año que viene, permitió aumentar un 10% los espacios y sumar veinte nuevas galerías en esta edición. Entre ellas, la mencionada Saltoun, que llevó la obra de Vigo y la argentina Isla Flotante, que presentó con gran éxito la instalación pictórica de Mariela Scafati. Para muchos, esto último fue efecto de la movida Buenos Aires del pro- yecto Art Basel Cities, que Horovitz destaca como otras de las perspectivas que impulsa su área y de algún modo expandió efectos más allá de la feria. Aunque la dimensión del impacto aún está por verse, muchos de los argentinos que estuvieron en Untitled, la feria ubicada sobre la playa, registraron los efectos de la publicidad sobre Buenos Aires en el interés por sus artistas que se derramó durante estos días en estos. La obra de Julián Prebisch que presentó Domitila Bedel en su galería mexicana Machete se vendió en su totalidad. Para el sábado pasado Henrique Faría había vendido una obra de Hernán Marina y estaba en negociaciones por la obra de Alicia Herrero que llevó. La galería Nora Fisch estaba en tratativas similares alrededor de la obra de Juan Becú y Silvia Gurfein que presentó en interesante proyecto focalizado en la pintura. De las piezas de Amaya Bouquet que Eleonora Molina de Miranda Bosch mostró como conjunto, se vendieron varias piezas a coleccionistas de Perú y argentinos. Un par de coleccionistas de Nueva York y Miami adquirieron obra de Gachi Hasper en el mismo stand que quedó prácticamente vacío cuando alguien de la Costa Oeste se llevó una pieza de Eduardo Rodríguez y otros argentinos se quedaron con dos trabajos de Marcolina Dipierro.