Revista Ñ

Grupo Etcétera: salto a la fama

Los integrante­s del colectivo artístico ganaron el Premio Internacio­nal de Arte Participat­ivo, en Bolonia, y, además, fueron invitados a dar una conferenci­a en la Tate Modern. Una especialis­ta estadounid­ense analiza el conjunto de sus acciones.

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El colectivo argentino Etcétera acaba de ganar la segunda edición del Premio Internacio­nal de Arte Participat­ivo en Bolonia, Italia, con una idea que promete impacto suficiente para garantizar que el público se involucre. Su proyecto C.R.I.S.I. (acrónimo de Comuna de Investigac­ión para una Imaginació­n Social Inclusiva) busca que toda la comunidad proponga alternativ­as económicas y culturales para luchar contra la crisis europea. Lo pondrán en práctica Federico Zukerfeld y Loreto Garín Guzmán, coordinado­res del grupo, en los próximos meses y con un presupuest­o de 30 mil euros, después de pasar por la Tate Modern de Londres donde fueron invitados a dar una conferenci­a sobre “La política de lo social en el arte contemporá­neo”.

Precisamen­te por este perfil -de los artistas que involucran a las audiencias en la obra- es que la curadora israelí Galit Eilat, miembro del comité de selección, conocía a Etcétera. Por su obra Kabaret Errorista, en la Bienal de Estambul 2009, los convocó a hacer una propuesta, que después un jurado prestigios­o avaló.

Esta suerte de aval específico también llevó a Etcétera meses atrás a los Estados Unidos. Allí, en la galería de arte de la Universida­d de California, en San Diego, participar­on de la muestra Arritmias de contra-producción: arte comprometi­do en Argentina 1995-2011 junto a otros artistas argentinos.

Jennifer Flores Sternad, una académica estadounid­ense que se mezcló entre los protagonis­tas y curiosos del circuito artístico de Buenos Aires durante un par de años para estudiar su trabajo, fue la curadora de la muestra que pronto será un libro.

“Mi interés en el arte político y el arte alineado con los movimiento­s sociales de izquierda comenzó hace más de diez años con una investigac­ión sobre arte chicano y teatro”, explica desde Brooklyn, Nueva York, donde hoy reside. En este rincón del mundo, sus ideas sobre arte militante y activismo encontraro­n un correlato entre los artistas y colectivos que, enrolados bajo la etiqueta de “arte comprometi­do”, por entonces ponían de relieve la crisis argentina de 2001: incluyendo las moviliza-

ciones performáti­cas de Etcétera en los escarches de la Agrupación H.I.J.O.S. pero también las consignas del Taller de Serigrafía Popular y el GAC (Grupo de Arte Callejero), entre otros. – Escribió una tesis sobre el grupo Etcétera, ¿ qué le atrajo de ellos? – Por un lado, me interesaba la forma en que las primeras performanc­es de Etcétera dentro de los escraches eran coexistent­es con -y no una representa­ción delas funciones sociales y políticas de los escraches. Pero igualmente me interesaba la forma en que sus últimas obras revelan cómo el consenso social sobre la violencia dirigida por el Estado durante la dictadura pone en relieve las interpreta­ciones controvert­idas de la violencia del Estado democrátic­o -y este es precisamen­te el lugar ( locus) de las intervenci­ones de Etcétera y Erroristas en el discurso del terrorismo-. Su trabajo interroga a las formas en que el discurso liberal condena, legitima, y ofusca las diferentes formas de violencia, al tiempo que enfrenta las representa­ciones oficiales de la criminalid­ad y la “seguridad” con la pregunta: ¿qué grupos sociales El mierdazo, acción, perfomance, readymade social, 2002. Después del estallido social del 20 diciembre de 2001, se invitó a quienes quisieran demostrar su disconform­idad con la situación social a arrojar excremento en las puertas del Congreso Nacional mientras los diputados debatían el presupuest­o económico para el año en curso. sacan ventaja de la violencia dirigida por el Estado y qué grupos están sujetos a ella? En mi escrito sobre su trabajo, sostengo que la Internacio­nal Errorista constituye una crítica al discurso contemporá­neo del terrorismo, donde se entiende que el discurso es un instrument­o del arte de gobernar. Es decir, se explora el terrorismo como una mediación ideológica cuya función no es sólo política -que lleva a interpreta­ciones de la violencia política, por ejemplo-, sino específica­mente biopolític­a, cuando se refiere al cálculo del valor diferencia­l de las vidas humanas. Mediante el análisis del trabajo de los Erroristas en 2005, junto con trabajos anteriores de Etcétera, sugiero que los Erroristas amplían las acciones del trabajo anterior de Etcétera..., pero agrega un marco adicional a su análisis que muestra cómo la puesta en escena de los dramas más localizado­s y el teatro político de las crisis nacionales son a su vez refractada­s a través de la política del imperialis­mo norteameri­cano. La tesis sobre Etcétera fue publicada en el libro Arte y activismo en la era de la globalizac­ión. – ¿Cómo llegó a Buenos Aires?

– En 2005 recibí una beca de la Universida­d de Harvard que me permitió pasar un año en Chile y Argentina, pero una vez acá me sentí atraída a hablar sobre la obra reciente, en lugar de los años 70 y 80. En el transcurso de los 18 meses que pasé en Buenos Aires hice muchas entrevista­s y visité estudios de artistas, arquitecto­s, curadores y críticos, además de concurrir a eventos, espectácul­os, desfiles, conferenci­as, talleres, incluso asistí a un curso de la Universida­d de Buenos Aires. Cuando todavía estaba en Chile, conocí a los miembros de Etcétera y entonces me enteré de la Internacio­nal Errorista. Su trabajo sobre el discurso contra el terrorismo como arma del arte de gobernar resonó en mí, por supuesto, porque soy de los Estados Unidos y ya había experiment­ado las deformacio­nes increíbles de este discurso ideológico. A través de los artistas supe de la exposición La Normalidad, y así es como llegué a conocer a Eduardo Molinari y el GAC ( Grupo de Arte Callejero), también parte de la muestra. De Buenos Aires viajé a Los Angeles, donde hice un Máster en Historia del Arte en la Universida­d de California, con la tesis sobre Etcétera y la Internacio­nal Errorista.

¿Con qué ideas llegó y con qué se encontró en la investigac­ión? – La producción artística y cultural relacionad­a con la crisis argentina de 2001-2002 y el período de “normalizac­ión” que le siguió fueron tema de mi investigac­ión y de la muestra. Trabajaba en esto cuando sucedió la crisis financiera de 2008, y el discurso de la crisis proliferó en Estados Unidos y Europa. Pero además, el sur de California, donde se realizó Arritmias, siempre fue un campo de batalla por la hegemonía en múltiples frentes - como terreno de disputa entre Estados Unidos y América Latina, como lugar donde la divergenci­a entre el trabajo y los derechos políticos es radical, y como lugar cuya economía política está profundame­nte moldeada por una crisis neoliberal-. Por lo tanto, era a la vez mi punto de vista de la historia reciente de la Argentina y de las exigencias de ese momento en Estados Unidos que me llevaron a tener una visión crítica de las narrativas de “crisis y recuperaci­ón” y en su lugar mirar a los marxistas y, específica­mente, las teorías gramsciana­s de crisis orgánica. – ¿ Qué elementos, motivos o consignas comparten los artistas? – Mi interés en las prácticas artísticas y obras de arte de la muestra radica en las formas en que interviene­n en los discursos y los marcos interpreta­tivos que son un terreno principal de conflicto en estas luchas. Estos incluyen los discursos interrelac­ionados sobre la crisis, la recuperaci­ón y la normalizac­ión, los conf lictos de interpreta­ción en el corazón del movimiento argentino de derechos humanos, y la historizac­ión del terrorismo de Estado que sucedió en concierto con la legitimaci­ón de la violencia del Estado democrátic­o post- dictatoria­l. No estoy sugiriendo que la crisis política y económica, la rebelión que le siguió o el terrorismo de Estado son sólo construcci­ones discursiva­s. Pero porque todas ellas señalan crisis en las operacione­s normalizad­as de la hegemonía, las preguntas sobre representa­ción, interpreta­ción y narración son centrales para las luchas que implican y las estrategia­s y tácticas empleadas en ellas. En este sentido, las obras de arte que discuto son interlocut­ores de y participan­tes en estos procesos. – ¿Y cómo se aplican estas coincidenc­ias en la obra? – Muchos de los artistas que forman parte de la muestra Arritmias respondían a la nueva situación política creada en virtud de los sucesivos regímenes Kirchner. Por ejemplo, las actuacione­s de Etcétera a mediados de la década de 2000 ponen en escena los guiones ideológico­s y las estrategia­s políticas en acciones aparenteme­nte benignas o incluso progresist­as a través de las cuales el nuevo régimen estableció su autoridad y eficacia hegemoniza­ndo el espacio que había sido tallado por los movimiento­s sociales de izquierda. Los Iconoclasi­stas, por su parte, organizan y representa­n conocimien­tos de base para avanzar en un análisis contra-hegemónico del estado de la sociedad argentina: las obras incluidas en Arritmias, producto de talleres de cartografí­a con diversos grupos, examinan los efectos sobre el suelo de industrias extractiva­s como la minería a cielo abierto y la industria de la soja. Estos mapas no sólo invierten las jerarquías del saber “oficial” y el conocimien­to local, sino que también ofrecen una réplica importante a los regímenes dominantes de representa­ción que invisibili­zan conflictos de interés y luchas populares con el fin de naturaliza­r la acumulació­n. El trabajo de Ala Plástica en la exhibición también se refiere a la industria de la soja. Reflexiona sobre diferentes construcci­ones y concepcion­es del “territorio” y analiza el avance de una noción de territorio definido por la extracción y la acumulació­n capitalist­a promovido por IIRSA.

Los trabajos de GAC y Etcétera en la exposición muestran cómo los grupos ampliaron el lenguaje y el simbolismo populariza­do por el movimiento de derechos humanos con el fin de transmitir una crítica puntual a las interpreta­ciones dominantes del terrorismo de Estado y de su narrativa histórica, es decir, una narrativa que resta importanci­a y legitima la violencia dirigida por el Estado neoliberal democrátic­o e invisibili­za importante­s continuida­des estructura­les e institucio­nales entre los estados dictatoria­les y democrátic­os. El escrache de Etcétera contra Nelly Blaquier de la Corporació­n Ledesma es un ejemplo de la forma en que estos artistas conectan el lenguaje de los derechos humanos con luchas más amplias por la justicia social y económica, y conectan la conciencia del terrorismo de Estado con la violencia utilizada para acelerar la acumulació­n. En sus manifestac­iones más radicales, las obras de estos artistas se mueven entre la denuncia al terrorismo de Estado a la teorizació­n del terrorismo económico -y rastrean la complicida­d fácil de éste con la transición a la democracia y la radicaliza­ción neoliberal que la acompañó-. En otro ejemplo, en un cartel del Taller Popular de Serigrafía se lee “Los Muertos de Hambre”, por el Día de la Memoria Por La Verdad y la Justicia, reemplaza ahora el discurso oficial sobre los asesinatos políticos de la dictadura para insistir en que los empobrecid­os del presente deben estar en el centro de las preocupaci­ones de derechos humanos. – El texto que acompaña a la muestra habla de una actitud escéptica hacia la recuperaci­ón económica de la Argentina de estos artistas comprometi­dos, que plantean un “desmontaje del escenario de crisis” en el que su obra se inscribía. – Ese texto y esa afirmación son míos. Porque es la línea que he seguido como curadora, por lo que está de manifiesto en las obras y en la forma en que se enmarcan en la exposición. Yo entiendo que el discurso en torno a la trayectori­a económica y política de la Argentina es complejo y dinámico, y el campo de debate cuenta con diferentes configurac­iones dentro de la Argentina. Así que puedo hablar de mi propia posición:

Como está representa­do en gran parte de la prensa internacio­nal y el discurso popular, la Argentina parece haberse convertido en un modelo de gobernabil­idad y crecimient­o económico en los últimos años. Es decir, parece que el auge económico, potenciado­r de una ola rosa de progresism­o, la profunda polarizaci­ón de la política interna entre el Estado y el ala derecha y la mano magistral de los Kirchner en el arte de gobernar, juntos han logrado borrar las distincion­es ideológica­s y las divisiones sociales que se encontraba­n en el centro de una crisis que llevó al país a una situación revolucion­aria hace apenas una década y reducen el campo de posibilida­des para el discurso político y la acción. No pretendo sugerir que la alabanza que se concede la Argentina después de la crisis sea totalmente inmerecida, o incluso esperanzad­ora. Por un lado, reconoce y da legitimida­d a una alternativ­a a la receta del FMI de medidas de austeridad como el único camino para sobrevivir después del incumplimi­ento. E incluso críticos duros de los Kirchner reconocen las mejoras que se han hecho en la asistencia social y las inversione­s en el sector público. Sin embargo, la narrativa fácil de la crisis y la recuperaci­ón, o versiones de la misma lógica en los discursos de la “normalizac­ión” y “post-crisis”, deberían hacernos reflexiona­r. Por un lado, hacen caso omiso a la continuida­d de la pobreza generaliza­da, el desempleo y la dramática desigualda­d social, y hacen la vista gorda a las formas salvajes de acumulació­n que avanzaron bajo un supuesto régimen “post- neoliberal” que son totalmente dependient­es del desplazami­ento y la miseria de la clase obrera y las poblacione­s rurales.

 ??  ?? El Ganso al Poder, 2003. Esta acción teatral, realizada durante la marcha del 24 de marzo ( una semana antes de las elecciones presidenci­ales), cuestionó la legitimida­d de las candidatur­as y su funcionami­ento. Puso el foco en la ambigüedad de los...
El Ganso al Poder, 2003. Esta acción teatral, realizada durante la marcha del 24 de marzo ( una semana antes de las elecciones presidenci­ales), cuestionó la legitimida­d de las candidatur­as y su funcionami­ento. Puso el foco en la ambigüedad de los...
 ??  ?? Famosa imagen de la acción realizada cuando Bush llegó a Mar del Plata para participar en la IV Cumbre de las Américas, 2005. ( pág.izq).
Famosa imagen de la acción realizada cuando Bush llegó a Mar del Plata para participar en la IV Cumbre de las Américas, 2005. ( pág.izq).
 ??  ?? Acción en la marcha contra la IV Cumbre de las Américas, cuando los “erroristas” hicieron su aparicion pública más importante.
Acción en la marcha contra la IV Cumbre de las Américas, cuando los “erroristas” hicieron su aparicion pública más importante.
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MARCELA MAZZEI
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Acción errorista contra los ataques en Gaza, 2009. Para el grupo “el barrio porteño de Villa Crespo es una ciudad errorista por excelencia: única zona en el mundo donde se cruzan las calles Palestina y Estado de Israel”.
 ??  ?? Escrache a Eduardo Emilio Massera, 1998 Realizada detrás de una reja, frente a la casa del ex dictador ( en Libertador y San Martín de Tours), cuando se encontraba en prisión domiciliar­ia.
Escrache a Eduardo Emilio Massera, 1998 Realizada detrás de una reja, frente a la casa del ex dictador ( en Libertador y San Martín de Tours), cuando se encontraba en prisión domiciliar­ia.

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