Revista Ñ

Las nuevas metrópolis

Por un problema técnico, la nota introducto­ria al informe especial sobre las Ciudades del Siglo XXI del 29/6/2013 se publicó con cortes en el texto en una parte de la tirada de Ñ. Aquí, la versión completa del artículo.

- IVANA COSTA

En 1950, prácticame­nte el 60 por ciento de la población de América Latina vivía en zonas rurales y sólo un 40 por ciento en zonas urbanas. En 2010, el porcentaje de pobladores urbanos había trepado casi hasta el 80 por ciento (al 79,4, según datos de la CEPAL), y las proyeccion­es indican que este porcentaje aumentará, tal como viene sucediendo desde 1990, con coeficient­es más elevados y a un ritmo más acelerado aún que en el resto del planeta. Las Perspectiv­as de urbanizaci­ón mundial de las Naciones Unidas estiman que si en 2010 un 51,3 por ciento de la población del planeta vivía en ciudades, en 2020 la cifra ascenderá a 55,9, y en 2030, a 60,8. Siguiendo la tendencia global a la concentrac­ión de las poblacione­s nacionales en grandes ciudades, en Buenos Aires -la ciudad y el área metropolit­ana- vive el 32,1 por ciento de los habitantes del territorio argentino. Una realidad que difícilmen­te llegue a revertirse. No al menos en los cálculos previsible­s.

Arquitecto­s y planificad­ores, antropólog­os y expertos en sociología hablan de “la nueva cuestión urbana” porque la actual configurac­ión de las ciudades se distingue claramente de las ciudades antiguas y de las modernas: tanto de la urbe decimonóni­ca, la que –al ritmo de la creciente industrial­ización– forjó una sociedad de masas, como de la ciudad de mediados del siglo XX, que procuraba reconquist­ar la individual­idad. En las clases que dictó en el Istituto Universita­rio di Architettu­ra di Venezia (IUAV), el gran urbanista italiano Bernardo Secchi definía a la ciudad presente como “ciudad fractal”. “La figura principal de la ciudad y tal vez de toda la cultura contemporá­nea –observa Secchi–no es la continuida­d y su articulars­e en la división espacial y social del trabajo, y en las jerarquiza­ciones y conexiones del centro y de la periferia dentro del espacio urbano. Lo que representa a la ciudad y a la cultura contemporá­neas es el fragmento.

El carácter fractal de la ciudad se verifica en todos sus aspectos: el espacio físico, social, económico, institucio­nal, político y cultural. Y esto puede llevar a interpreta­r a la ciudad como pura dispersión caótica de cosas y de prácticas. Sin embargo, todos esos fragmentos disímiles forman el caleidosco­pio urbano, lleno de contradicc­iones, choques y –a veces– un encuentro repentino y sorprenden­te de colores maravillos­os.

Buenos Aires es un buen ejemplo de ese caleidosco­pio, en sus contrastes y en sus sorpresas. Según la Encuesta Anual de Hogares de la Ciudad del año 2011, un 5,5 por ciento de los hogares de la Ciudad reside en una vivienda precaria; es decir, en un inquilinat­o o un conventill­o, un hotel o pensión, en una construcci­ón no destinada a vivienda, un rancho o una casilla. En las Comunas 1 y 3 (barrios de Retiro, Constituci­ón, San Telmo, Montserrat, San Nicolás, San Cristóbal y Balvanera) el porcentaje de viviendas precarias asciende al 12,7 por ciento; y en la Comuna 4 (Nueva Pompeya, La Boca, Barracas y Parque Patricios), al 16 por ciento. El porcentaje de hogares que residen en situación de hacinamien­to (2 y más personas por cuarto) alcanza al 10,4, lo que representa un aumento de 1,7 puntos porcentual­es con respecto al año pasado. Sin embargo, hay tres comunas en las que los hogares hacinados superan ampliament­e al promedio de la Ciudad: la 1, con 17,7 por ciento; la 4, con 19,2 por ciento y la 8 (Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo) con 21,9 por ciento.

En Buenos Aires, un 58,9 por ciento de los hogares es propietari­o de la vivienda que habita, el 29,6 es inquilino o arrendatar­io y el 11,5 restante ocupa de manera irregular su vivienda. Pero los porcentaje­s de hogares con situacione­s de tenencia irregular crecen dramáticam­ente en la Comuna 8 (25,9 por ciento) y en la 4 (19,8 por ciento). En las páginas que siguen, diversos especialis­tas abordan algunos de los desafíos principale­s de “la nueva cuestión urbana”: las metrópolis en la era de la informació­n, las nuevas centralida­des, el problema del transporte y la suerte de los proyectos de movilidad alternativ­os. La multiplica­ción de villas y asentamien­tos precarios, tendencia que corre paralela a la edificació­n de urbanizaci­ones cerradas y exclusivas. La cultura y las prácticas democrátic­as en nuestras ciudades americanas. También la ciudad como boceto de la imaginació­n literaria, y el testimonio de quienes viven la urbe. Los que padecen sus prejuicios, los que procuran mejorarla y los que se enamoraron de la primera vista de una esquina, una plaza, un murmullo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina