Revista Ñ

Revueltas en tiempo pasado. Entrevista con el director de la Biblioteca de Alejandría, por Ima Sanchís.

Desde Alejandría, sostiene que la revolución egipcia dio lugar al autoritari­smo.

- IMA SANCHIS © La Vanguardia

Cuando trabajaba en el Banco Mundial reinaba todavía la ilusión de reconstrui­r con humanidad los desastres de la guerra. Durante 30 años, Ismail Serageldin, fundador y director de la nueva biblioteca de Alejandría, dirigió programas de desarrollo social y medioambie­ntal, de desarrollo en Africa y recursos hídricos en Oriente Próximo. Hoy es asesor de numerosas institucio­nes académicas y científica­s y tiene publicados más de sesenta libros. Miembro del Grupo de la Alianza de Civilizaci­ones, busca el buen entendimie­nto entre Occidente y el mundo árabe-musulmán. “Tengo un credo personal: El mundo es mi hogar, la humanidad es mi familia, y mis objetivos son la dignidad y la libertad para todos”. –Es fácil de decir, ¿pero cómo lo lleva a la práctica? –La biblioteca de Alejandría fue destruida en el siglo IV y en 2002 recuperamo­s su esplendor, un proyecto gigantesco de conocimien­to que se vio amenazado durante las revueltas de la primavera árabe.

–¿Hubo violencia? –La Academia de Ciencias ardió enterita. –Y frente a la Biblioteca una muchedumbr­e pedía mi cabeza porque yo había sido designado en la época de Mubarak.

–¿Funcionó su credo personal? –Pasé nueve horas encerrado hasta que las fuerzas especiales vinieron a rescatarme. El jefe militar me dijo: “Doctor: ahí fuera hay más de cien personas, pero no se preocupe son pocos para nosotros”. ¿Saldrán dando golpes?, le pregunté. Si uno solo de esos jóvenes es herido por un día de ira no me lo perdonaría”.

–¿...? –“La única alternativ­a sería sacarlo por la ventana y estamos en un 5° piso”. Pues sáqueme por la ventana porque no creo en la violencia, le dije, y eso hicieron.

–Atrevido. –Hoy esos jóvenes siguen trabajando en la biblioteca y recuperaro­n el sentido común. Tengo fe en ellos. La violencia es la salida fácil, pero siempre hay opciones.

–Lo –¿Decepciona­nte? que ocurre en Me Egipto enorgullec­e es... que el pueblo Pero sí, detuviera ha vuelto el el estado proyecto autoritari­o. islamista. –Y lo islamista en otras muchas se está imponiendo. regiones el mode– retroceso: Son tiempos suele de ocurrir revuelta, después confusión de una y revolución. Los ingleses quieren esconder el hecho de que fueron los primeros revolucion­arios que mataron a su rey. –Prefieren que el mundo crea que fueron los franceses. –Y lo hicieron 130 años antes: guerra civil y luego Cromwell, un dictador. Tras la revolución, en Francia reinó el terror. La revolución rusa trajo siete años de guerra civil. La evidencia histórica dice que esa idea romántica de que en dos o tres años vamos a tener democracia es falsa. En los países árabes reina el colapso.

–¿Cuál es su esperanza? –Los islamistas son una minoría y tienen un peso desproporc­ionado. Pero si estabiliza­mos Egipto haciéndolo un país democrátic­o, será un faro para el resto. –Estuvo 30 años en el Banco Mundial, hoy una institució­n a los ojos de muchos en decadencia. –Fue diseñado para financiar proyectos de desarrollo a largo plazo, hicimos cosas fantástica­s. Pero vi escenas dolorosas.

–¿Cómo cual? –Ante la crisis asiática, Occidente reaccionó con prepotenci­a: “Son corruptos”. Diez años después cuando ocurrió lo mismo aquí lo llamaron fallo sistémico. –La reserva federal no estaba supervisan­do los bancos. –Las puertas giratorias iban a toda velocidad: el jefe del tesoro venía del Goldman Sachs, el primer paquete de 700.000 millones del gobierno federal se lo habían repartido previament­e... Fue el mismo capitalism­o de amiguetes. Una desvergüen­za. Banqueros que en cada transacció­n se han metido en su bolsillo durante años una cantidad indecorosa de dinero.

–¿Hacia dónde vamos? –Ha habido un shock más profundo de lo que la gente cree. Por primera vez tenemos muchas personas en las sociedades occidental­es que sienten y piensan que la democracia no funciona, que las personas en el poder no los representa­n. –Las medidas de austeridad en Europa han sido muy impopulare­s. – Se están llevando a cabo políticas del siglo pasado en vez de tratar el futuro con imaginació­n. Mis héroes son políticos como Jean Monnet y Robert Schumann que tras la Segunda Guerra y sus ríos de sangre fueron capaces de imaginar una Europa Unida. ¿Dónde está esa imaginació­n política?, ¿dónde está el liderazgo? Los líderes se sientan con el FMI y lo único que se les ocurre es la oclusión de la austeridad en lugar de una nueva visión de dónde tiene que estar Europa que ilusione a los jóvenes. El proceso político fue secuestrad­o por el capitalism­o.

–¿Qué futuro le ve a Occidente? –Creo que vivirá un período continuado de deriva durante unos cinco años que dará paso a una nueva generación muy distinta que está madurando y que tiene un nuevo discurso. Occidente es mucho más flexible y resistente de lo que la gente imagina.

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EFE Biblioteca. El proyecto arquitectó­nico ganó el premio Aga Khan en 2004.

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