El ciudadano y el poder
Rocío Annunziata es profesora Adjunta de Teoría Política Contemporánea (UBA), investigadora del Conicet y doctora en Estudios Políticos (EHESS-París) y en Ciencias Sociales (UBA). Está realizando una investigación sobre representación y participación ciudadana a la que aquí se refiere.
–¿Cuál es el estado de la cuestión una vez asumida la crisis de representación política dada entre la década del 90 y los primeros años de este siglo?
–Se ha hablado mucho en las ciencias sociales de la “crisis de representación”, pero el concepto de crisis presenta en mi opinión dos problemas: por un lado, puede dar a entender que estaríamos frente al colapso de las instituciones representativas; por otro lado, puede entenderse con la idea de “crisis” que la representación se enfrenta a un momento turbulento pasajero que deberá, tarde o temprano, ser superado para volver a su estado “normal”. Ambas formas de pensar la representación a partir del concepto de crisis dejan escapar algo esencial: que la representación sí se encuentra en un proceso de transformación, y esto implica que no desaparece pero tampoco va a volver a ser como era. ¿En qué sentido se transforma? Los partidos políticos como organizaciones no tienen ya el lugar de mediadores entre la sociedad y la política que tuvieron en el pasado; son los líderes los que movilizan a la ciudadanía y constituyen la escena política, estableciendo los principios de diferenciación. Cambia también el rol de las elecciones en la representación, porque los lazos representativos no se construyen en torno a programas o promesas electorales, y, por lo tanto, aquel lazo que se teje en el momento electoral ya no se prolonga necesariamente en la duración del mandato; la representación se re- elabora de modo permanente.
– ¿ Qué características tiene un líder en el presente?
–La personalización de la política es un hecho transideológico. En mis investigaciones he visto que en todo el arco político y en los distintos niveles de representación ( local, provincial, nacional) se da al mismo tiempo un fenómeno que podría llamarse “representación de proximidad”: los líderes se presentan como cercanos y semejantes a los “hombres comunes”, apelan a la escucha y buscan mostrarse atentos a las experiencias singulares de los ciudadanos, haciendo también visible su propia intimidad. La figuración del poder es crecientemente intimista. Sin embargo, los líderes menos efímeros en el presente son aquellos que pueden pasar de la escucha y la compasión a la institución de un sentido, al establecimiento de principios de inteligibilidad en sociedades sin pertenencias ni identidades estables.