ANDRES CAICEDO
CALI, COLOMBIA, 1951 1977 ESCRITOR
Trabajador disciplinado y compulsivo, Caicedo empezó a escribir a los 10 años y lo hizo sin freno hasta que murió, a los 25. Era un adicto al cine y fundó y dirigió ( junto con Ramiro Arbeláez, Hernando Guerrero y Luis Ospina, entre otros) el cineclub de Cali. mejores está el sorprendente “Maternidad”, una historia de inversión de roles que destruye la función materna. El cine estadounidense, las luchas de pandillas, el amor con o sin barreras de clase, la naturalidad del homicidio, los choques de músicas, las drogas, el encierro juvenil y el resto de los temas de Caicedo aparecen en ambos con su mayor brillo y potencia.
Gracias a las fechas anotadas al final de cada texto se destaca el precoz talento de un autor que también se dedicó a la crítica de cine, a los guiones, a las propias películas y obras de teatro, sin contar su única novela, ¡Que viva la música!, que como se sabe llegó a sus manos el mismo día en que su novia lo había abandonado. Ese día quedó claro que la publicación de una ópera prima no basta para disipar toda la angustia y el dolor de una existencia atormentada, presa en una sociedad enferma; la literatura no salva o al menos no salvó a Caicedo, que se despidió con 60 pastillas del barbitúrico Seconal a los 25 años. Había escrito: “Que no accedas a los tejemanejes de la celebridad. Si dejas obra, muere tranquilo, confiado en unos pocos amigos”.
Los amigos y familiares se ocuparon de difundir sus escritos, pero no pudieron evitar que su entrañable figura de rebelde con causa, compuesta de excelente material para edificar un mito, al crecer cada vez más alto arrojara sombra sobre su obra. Y las incesantes ediciones post mórtem solo continuaron enredando su leyenda de muerte joven en los tejemanejes de la celebridad.