Doble versión No daré hijos, daré versos
Para la edición del Festival de Dramaturgia Europa + América que comenzó en junio pasado, su director, Matías Umpierrez, decidió que la obra uruguaya No daré hijos, daré versos, de Marianella Morena, encajaba con la estética del director Francisco Lumerman. No se equivocó. Como resultado de la mixtura entre la dramaturgia de otras geografías y la dirección y actuación local -esa es, en pocas palabras, la propuesta del festival– No daré hijos, daré versos fue uno de los trabajos más exitosos.
A la versión local, se sumará por primera y única vez el lunes 10 la versión uruguaya, con puesta de Marianella Morena. Habrá doblete en la sala grande de Timbre 4: a las 20, representará la obra el elenco argentino: Malena Figó, Iride Mockert, Rosario Varela, Jorge Castaño, Diego Faturos y Germán Rodríguez; y a las 22.30, los uruguayos Lucía Trentini, Mané Pérez, Laura Báez, Agustín Urrutia, Leonardo Noda y Domingo Milesi.
“La imagen matriz para la escritura del texto fue una bala cruzando el cielo y estallando en la habitación de la pensión donde sucede el crimen de Delmira Agustini (1886-1914). Esa imagen nutrió mi escritura, el concepto de la guerra en los vínculos, cuando dos no pueden con lo que sienten, cuando la incomunicación es tan grande que se instala una guerra”, cuenta Morena. De ahí, el lenguaje de la obra: tres actos, tres abordajes estéticos y tres puntos de vista sobre la poeta uruguaya y las formas en las que transgredió su tiempo. “Me importaba hablar sobre alguien, desde alguien, a través mío y con el cuerpo actoral. Nos encontramos, y nos entregamos para que suceda el acontecimiento, pero también establecer un lugar para que el otro que está en la platea sienta que puede elaborar su propio relato sobre una biografía y volver a pensar el cómo, el para qué y el por qué”, sigue la autora.
Los abordajes son completamente diferentes y eso es lo más atractivo del doblete. Reconocer en un mismo texto una infinidad de voces. Es casi intrínseco al procedimiento de la obra misma: habilitar más, muchos puntos de vista sobre una historia. Seguir multiplicando preguntas como Delmiras al infinito. Es sabido que Roger Waters es uno de los músicos más politizados del rock, y entonces la expectativa fue creciendo a medida que llegaba la fecha de su concierto masivo en el Zócalo de México, porque se venía hablando de que iba a criticar al presidente de ese país. Y, en efecto, en las pantallas gigantes apareció un cartel impactante: “Renuncie ya”.